¿Qué acabo de ver? Es la pregunta que ronda por mi cabeza desde que hace unos días terminé El caballero verde, el críptico estreno de Amazon Prime. Y es que David Lowery lo ha vuelto a hacer, ha cogido un mito tan clásico como las historias de fantasmas o la de Peter y el dragón para volarnos la cabeza. Claro, que este relato artúrico trata sobre eso, sobre cabezas decapitadas, pero al final la cabeza que ha acabado rodando por el suelo ha sido la mía, la del espectador.

La película adapta el romance caballeresco de Sir Gawain y el Caballero Verde escrito en el siglo XIV y que ya fue llevado al cine con Sean Connery como protagonista en 1984. Entre el Excalibur de John Boorman y El laberinto del fauno, Lowery respeta el material original como pocos, actualizando la iconografía artúrica a una estética digital donde los iconos bizantinos conviven con el art decó y unos excesos encantadores y, si se quiere, ridículos como el de ese zorro digital que acompaña al héroe.

Dev Patel (Slumdog Millionaire) es Sir Gawain, el más humano de los caballeroso de la Mesa Redonda. Cuando le conocemos aún no ha realizado ninguna hazaña importante, no sabe qué hacer con su novia plebeya (Alicia Vikander) y todavía vive en casa de su madre Morgana, esperando una oportunidad en que mostrar su valía.

el caballero verde, final explicado
Amazon Prime

Un día, un misterioso Caballero Verde que se parece a un ent de El señor de los anillos (por cierto, que a Tolkien le chiflaba esta historia) desafía a la corte del Rey Arturo a un juego navideño: se dejará golpear por su propia hacha dando honor y gloria al caballero que le derrote, pero a cambio en un año y un día ese caballero tendrá que viajar hasta la Capilla Verde y dejar que le devuelva el golpe. Gawain acepta el juego y le decapita. Entonces el Caballero Verde se levanta, recoge su cabeza a carcajadas y le recuerda que tienen una cita dentro de un año y medio.

Qué rápido pasa el tiempo cuando se es famoso. Se acerca la fecha y Gawain parte de viaje hacia su destino. Acojonado, sí, que está yendo a que le corten la cabeza, pero decidido a comportarse como un noble caballero. Y por el camino demostrará caballerosidad y lealtad, al menos hasta la prueba más difícil de todas, precisamente porque no lo aparenta, cuando llegue al castillo de Bertilak de Hautdesert y sea acogido por el señor y la señora de las tierras en que se encuentra la Capilla Verde, y por una misteriosa anciana.

No hay sorpresas. Finalmente Gawain llegará a la Capilla Verde. ¿Cómo una historia tan sencilla puede ser tan críptica? Estamos ante la clásica búsqueda lineal de un héroe y su proceso de maduración pero si algo ha caracterizado las leyendas del ciclo artúrico es una densidad abierta a las más variopintas interpretaciones: teológicas, psicoanalíticas, históricas, míticas… Y David Lowery no ha renunciado a ello.

El final de El caballero verde condensa años de la vida de Sir Gawain en pocos minutos y acaba abierto a la interpretación del espectador. Vamos a explicarlo, pero primero hay que recapitular qué significa todo lo que hemos visto hasta entonces. Con spoilers.

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El color verde de El caballero verde

La clave de El caballero verde está, dónde si no, en su título. ¿Por qué verde? ¿Por qué no azul?, ¿o rojo? le preguntará a Gawain la Dama del Castillo de Bertilak (de nuevo, Alicia Vikander en un papel doble). Cuando ella se lo explique en un largo, poético y tal vez demasiado explícito monólogo sabremos que no es el verde de te quiero verde, ni el verde esperanza, ni el verde de la naturaleza.

El verde es lo que queda cuando el ardor se desvanece, cuando la pasión se muere, cuando nosotros también morimos. Cuando te vayas, tus huellas se llenarán de hierba, el musgo cubrirá tu lápida, y al salir el Sol el verde se extenderá sobre todo, en todas sus tonalidades y matices… Y por más que lo intentes, todo lo que aprecies sucumbirá ante éste. Tu piel, tus huesos. Tu virtud.

Es el verde de la podredumbre y la decadencia.

La faja verde de El caballero verde

El otro elemento clave es la faja verde que le da su madre Morgana a Sir Gawain. Mientras lleve la faja en la cintura, nada ni nadie podrá hacerle daño. Con ella podrá sobrevivir al Caballero Verde y volver a Camelot triunfante. Es al mismo tiempo un talismán de protección y una trampa, un símbolo de vergüenza y de cobardía.

Al comienzo de sus aventuras Gawain perderá la faja -tal vez haya que pensar que el ladrón estaba haciéndole un favor-, pero la recuperará en el castillo poco antes de su encuentro con el Caballero Verde, cuando se la entregue la Dama de Bertilak a cambio de ceder a su cortejo.

Es un momento capital en la película. Después de superar numerosas aventuras y demostrar su virtud, por conseguir la faja verde Gawain deja de comportarse como un caballero y engaña a su anfitrión, a quien había prometido entregarle todo lo que se encontrara mientras éste salía de caza. Obviamente, Gawain no piensa entregarle el talismán que puede garantizar su supervivencia. “No eres un caballero”, sentenciará la Dama nada más entregarle la faja verde.

Aunque no lo parezca estamos ante el tópico de la caída del héroe. En el relato original es todavía más claro que en la película, revelándose al final que Bertilak y el Caballero Verde son la misma persona, dedicada a poner a prueba a los caballeros. Y deja un detalle más: aquella “anciana” misteriosa con los ojos tapados es, según el romance, la madre de Gawain, Morgana. Todo era una prueba para el protagonista.

el caballero verde, final explicado
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¿Quién es el Caballero Verde?

No hace falta recurrir al relato original del siglo XIV para desvelar quién es el Caballero Verde. Sea o no Bertilak, el anfitrión de Gawain, queda claro que es una especie de juez de los caballeros. Gawain puede enfrentarse a él con la faja sabiendo que nada ni nadie podrá hacerle daño y volver a Camelot vivo para celebrar la gloria recién adquirida, o puede dar un salto de fe y comportarse como un buen caballero que acepta una muerte más que probable porque dio la palabra de hacerlo.

La misión de Gawain consiste, en realidad, en una búsqueda del reconocimiento y estatus, del verdadero (o falso) honor. Un viaje por la Inglaterra medieval de verde hiedra y bosques misteriosos, campos de batalla regados de cadáveres y llanuras de la desesperación habitadas por gigantes, sí, pero un coming of age de toda la vida. El paso a la madurez del héroe.

En los últimos minutos de El caballero verde Gawain ve lo que sucederá si decide llevar aquella faja durante el resto de su vida. Sobrevivirá al Caballero para vivir una vida en verde de decadencia, llena de éxitos pero también de traición a la plebeya que amaba. Hasta acabar, porque todo acaba en la vida, en una Mesa Redonda de tintes verdosos, muriendo decapitado en el momento en que decide sacar de su cuerpo la cinta verde que desde entonces ha controlado su destino.

Por eso, de vuelta a la Capilla Verde, Gawain decidirá poner sin trucos su cabeza a disposición del caballero. Se desprende de la faja verde y confiesa: “Ahora estoy listo”. Preparado para morir. “Bien hecho, mi valiente caballero”, le reconoce el Caballero Verde.

Y cuando pensamos que todo ha terminado, continúa: “Ahora, a que te corten la cabeza”. Corte a negro. La película ha acabado. ¡¿Cómo?! ¿Qué acabamos de ver?

el caballero verde, final explicado
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El final de El caballero verde

Entonces, ¿le cortan o no le cortan la cabeza al, ahora caballero, Sir Gawain? El propio David Lowery ha respondido a la pregunta: no importa.

Lo relevante es que Gawain ha aceptado morir con honor cuando sea necesario: sea en la Capilla Verde o de regreso en Camelot. Como diría Arturo Pérez Reverte, “no pasa nada, hace millones de años que los seres humanos mueren”. Lo importante, según Lowery, es que Gawain ya no tendrá una vida en verde. Es un caballero.

Lo que es importante es que sabemos que nos estamos convirtiendo en lo mejor que podemos ser, que estamos viviendo nuestras vidas con bondad e integridad, con un sentido de la justicia que no está definido por la grandeza o el legado, sino por nuestro sentido personal del valor.