Hubo una d�cada en que Adnan Khasshoggi se apoder� del t�tulo de 'hombre m�s rico del mundo'. El c�lebre traficante de armas saud� construy� una imagen a base de opulencia y buenas relaciones que consiguieron que muchos creyeran que su cuenta era la m�s abultada del planeta. Culpa de ello ten�an tambi�n sus propiedades. Sin embargo, esa copiosidad no dur� m�s de tres lustros. Acuciado por los problemas, el empresario pas� de la opulencia a una celda de una c�rcel suiza. Khashoggi falleci� el pasado 6 de junio en un hospital de Londres con una discreci�n en la que vivi� las �ltimas d�cadas. Sin embargo, no siempre fue todo austeridad en su vida.

Khasshoggi se hizo conocido para el p�blico espa�ol por dos motivos. Por un lado, su cu�ado, Abdul Rhaman el Assir, le facilit� el acceso a Don Juan Carlos y Khassoghi ayud� a afianzar la monarqu�a tras la muerte de Franco. Por otro, sus veraneos en Marbella, donde atracaba el barco m�s grande del mundo, le valieron muchas p�ginas en las cr�nicas de sociedad. AK ten�a una cita anual con Espa�a . En Marbella pose�a la finca Al Baraka, un territorio de m�s de 5.000 hect�reas a la altura del municipio de Benahavis. Las fiestas en la casa eran el acontecimiento del pueblo en los 80, as� como la lista de sus ilustres invitados, no faltaban grandes actores, cantantes o pol�ticos como Richard Nixon ,con quien guardaba una estrecha relaci�n gracias a su trabajo como 'facilitador'. Adem�s de la finca, Khasshoggi atracaba en Puerto Ban�s el Nabila, el espectacular barco de 85 metros de eslora construido en 1979 en un astillero italiano. El yate lleg� a salir en una pel�cula de James Bond en 1983.

A esas dos propiedades se sumaban sus casas en Suiza, Montecarlo, Nueva York y Kenia, as� como una decena de jets privados para desplazarse por el mundo junto a su extensa familia. Con Soraya, su primera mujer, tuvo cinco hijos, y con Lamia, uno. Al peque�o Al� le organiz� en 1985, con cinco a�os, un cumplea�os de cinco d�as en Viena. Despu�s se cas� con, Shahpari, una cultivada mujer iran� con la que tuvo a sus dos hijos peque�os. Esos fueron probablemente sus �ltimos momentos de opulencia. En una �poca en la que el millonario gastaba 200.000 euros al d�a para mantener su tren de vida, en 1989 sus huesos dieron con una celda de seis metros cuadrados en Berna, acusado de ayudar al ex dictador filipino Ferdinand y a su mujer, Imelda Marcos, a evadir 160 millones de d�lares.

Ah� comenz� su decadencia. Las personas influyentes que antes se juntaban con �l, dejaron de hacerlo en p�blico. En el juicio que tuvo en Estados Unidos por obstrucci�n a la justicia sali� absuelto, pero se descubri� que no era el 'hombre m�s rico de la tierra' Al contrario estaba muy endeudado. Primero vendi� el Nabila, su yate, que qued� en manos primero del sult�n de Brunei y despu�s de Donald Trump. Despu�s, en 1990, el National comercial Bank of Jedah subast� su casa de Marbella, que estaba embargada por las deudas. Se vendi� por 24 millones de euros, aunque, seg�n las cr�nicas de la �poca, su valor ascend�a a 42. Termin� por deshacerse de su fincad e Kenia y, cuando empez� a tener efectivo, un casino brit�nico le reclam� 22 millones de euros que adeudaba.

Una vez 'saneada' su situaci�n econ�mica, Khasshoggi volvi� con Lamia, su segunda mujer. Con ella resid�a entre Cannes y Riad y juntos fantaseaban con comprar una casita en Marbella y revivir aquellos veranos de los 80. Esa aspiraci�n se ha quedado en fantas�a tras la muerte de quien quiso ser el hombre m�s rico del mundo.