Tras rechazar algunos cantos de sirena de Hollywood en los últimos años, Juan Diego Botto (Buenos Aires, Argentina, 1975) decidió saltar a la arena blockbuster de El Escuadrón Suicida, cuenta a FOTOGRAMAS, “sin dudar. Primero por James Gunn, que me parece un pedazo de director del que disfruté muchísimo Guardianes de la Galaxia. Pero también por el texto. La secuencia con la que hice la prueba realmente estaba muy bien escrita. Era muy tentadora. Aunque si no hubiese sido así posiblemente me habría apetecido solo por el hecho de conocerlo. Y cuando después me dijeron que todas mis escenas eran con Margot Robbie pensé... ‘Bueno, vamos a darle una pensada’”, ríe.

juan diego botto y margot robbie en "el escuadrón suicida"
Jessica Miglio

En el film, Botto encarna a Silvio Luna, “un joven dictador emergente en la pequeña isla de Corto Maltés. En ella hay algo que es como una especie de experimento científico que no puede caer en las manos equivocadas... es decir, las mías. Luna tiene una pequeña obsesión con Harley Quinn”, apunta sin tener muy claro “qué puedo contar y qué no. También tiene una colección de pájaros, que es su gran orgullo. Y un plan, claro. Aunque eso no es garantía de nada: sobrevivir en esta saga requiere de unas cualidades muy especiales”, bromea. “La idea fue la de construir un villano perverso y muy seductor y encantador porque la maldad es evidente que está ahí. No es de mis personajes más intensos. De hecho, la de Luna creo que es la parte más amable de la película, donde se concentra parte del sentido del humor”.


De otra galaxia

Botto rodó su papel “en unos 15 días en noviembre de 2019. Menos una parte en Panamá, el resto se filmó en estudio, usando decorados de verdad. No es que tuvieran una nave o dos o tres: las tenían todas. El estudio entero que Warner Bros. tiene en Atlanta. Nunca había visto una película con tanto dinero en todas partes”. A punto de debutar como director con En los márgenes, un drama con Penélope Cruz y Luis Tosar en el que empezó a trabajar hace siete años y cuya filmación arrancará en octubre –“seis semanas de rodaje. Ni te imaginas las ganas que tengo”, cuenta–, Botto apunta que su ópera prima y El Escuadrón Suicida son dos mundos incomparables. “Lo que cuesta mi película es lo que se gastan ellos en zapatos. Todo era inmenso, gigantesco. Y viendo trabajar al equipo, aprendí un montón. Yo tengo mucha relación con Sergio Peris- Mencheta, que había rodado con Sylvester Stallone Rambo: Last Blood (A. Grunberg, 2019) y coincidimos en lo mismo: Haciendo estas cosas te lo pasas muy bien. Estaba en el set y pensaba, ‘¿Por qué no habré hecho esto antes?’ Es como sentirte otra vez con siete años jugando a vaqueros”.