(The Block Island Sound)
Todo queda en familia
Ciencia-ficción de los años 50-60
Ese es el sugerente inicio que tiene El misterio de Block Island. Los McManus crean un relato de terror psicológico que elude los jump scares y apuesta por la creación de una atmósfera que recuerda al cine de género que se hacía en los años 50 y 60. Hay una buena construcción de personajes que sirve para describirnos las relaciones familiares y que entendamos mejor las motivaciones de cada uno de ellos. El drama familiar está en primer término, pero sin olvidar nunca una ambientación malsana que mantiene siempre la intriga sobre los fenómenos paranormales que parecen estar sucediendo.
El misterio de Block Island combina con inteligencia elementos del eco-terror con el terror cósmico lovecraftiano, pero siempre prioriza un suspense dramático que se va cociendo a fuego lento. Encontraremos similitudes en la descripción de escenarios tanto en la literatura de Stephen King como en clásicos del cine como Los pájaros (Alfred Hitchcock, 1962), La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956) o The blob (Irvin Yeaworth, 1958). Son solo algunos ejemplos. El espíritu del filme concentra a todas aquellas aventuras de ciencia-ficción que sucedían en pequeños pueblos donde la tranquila vida de los lugareños se veía alterada por elementos externos de difícil entendimiento. Como no podía ser de otra manera en este homenaje a la Serie B, también aparecen personajes que encarnan el rol de los conspiranoicos a los que toman por locos y cuyas majaderas teorías serán la verdadera clave de lo que ocurre.
El mensaje ecologista
El misterio de Block Island es una película independiente realizada con pocos medios que, sin embargo, saca mucho partido a la imaginación. Alan Gwizdowski hace un buen trabajo con la fotografía, moviéndose en un atrapante contraste que combina la belleza calmada del paisaje costero con la constante sensación del peligro acechando. Es, también, muy importante el uso del sonido (de ahí el título original del filme) que acabará teniendo trascendencia dentro de la historia, probablemente, para paliar la falta de presupuesto que había para elaborar los efectos visuales. No los echarás en falta.
Si buscas una película de terror al uso, tal vez, te sientas decepcionado. Está más cercana a la ciencia-ficción que al terror puro, aunque todas las apariciones en escena del padre acojonan bastante. De la película podemos extraer un mensaje ecologista que se resumiría en aquella frase de «no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti». El estudio de la naturaleza animal y algunas prácticas científicas que llevamos a cabo los humanos podrían volverse en nuestra contra si fuéramos nosotros los conejillos de indias de seres superiores en la escala evolutiva. Un mensaje de atención dentro de una estupenda y sugerente película de género.
Porque eso lo más importante. La apuesta que hacen los hermanos McManus por una ciencia-ficción sin complejos que otorga el protagonismo a sus personajes y que, como The Vast of Night (Andrew Patterson, 2019), rememora su pasión por el cine clásico, dejando lo paranormal casi siempre fuera de cuadro.
¿Qué te ha parecido la película?
La mayor mierda que he visto en mis 30 años de existencia.
He llorado de lo malo que es.
Pues hala, a secarse las lágrimas y a ver otra cosa. Gracias por visitar ‘No es cine todo lo que reluce’!
Pues yo si disfrute la película, tuvo su altibajos pero no es mala como algunos la pintan, diría que no es para todos.
Para nada es mala, yo también la disfruté mucho. Gracias por visitar ‘No es cine todo lo que reluce’!