‘Parasite’: la crítica social y el arte cinematográfico en una película histórica

‘Parasite’: la crítica social y el arte cinematográfico en una película histórica

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Parasite es una película dirigida por Bong Joon-ho que se estrenó en 2019 y que ha cosechado numerosos premios y reconocimientos, entre ellos el Óscar a la mejor película. Se trata de una comedia, drama, thriller (en realidad no se puede categorizar) que retrata las desigualdades sociales y las tensiones entre clases en la Corea del Sur actual. Con motivo a su llegada a la plataforma de streaming HBO Max, vamos a analizar los aspectos más destacados de esta obra maestra del cine desde cinco grandes enfoques:

El argumento de Parasite: una historia de supervivencia y engaño

La película narra la historia de dos familias muy diferentes: los Kim y los Park. Los Kim son una familia pobre que vive en un sótano insalubre y que se dedica a doblar cajas de pizza para sobrevivir. Los Park, una familia rica que reside en una lujosa mansión diseñada por un arquitecto famoso y que disfruta de una vida cómoda y privilegiada.

El destino hace que los Kim se crucen con los Park cuando el hijo mayor, Ki-woo, consigue un trabajo como profesor de inglés de la hija de los Park, Da-hye, gracias a la recomendación de un amigo. A partir de ahí, los Kim empiezan a infiltrarse en la casa de los Park, haciéndose pasar por profesionales cualificados y sin revelar su parentesco. Así, Ki-woo recomienda a su hermana Ki-jung como profesora de arte del hijo menor de los Park, Da-song; el padre, Ki-taek, sustituye al chófer de la familia; y la madre, Chung-sook, reemplaza a la ama de llaves.

Los Kim aprovechan la ingenuidad y la confianza de los Park para disfrutar de las comodidades de su casa y obtener beneficios económicos. Sin embargo, su plan se complica cuando descubren que la antigua ama de llaves esconde un secreto en el sótano: su marido, que lleva años viviendo allí como un parásito. A partir de ese momento, se desencadena una serie de acontecimientos que pondrán en peligro la estabilidad y la seguridad de ambas familias.

Simbolismos: una crítica social y política

Parasite es una obra cargada de significado y crítica social. A través de sus personajes y escenarios, el director Bong Joon-ho expone las contradicciones y los conflictos de la sociedad coreana, marcada por la brecha entre ricos y pobres, el clasismo, el consumismo y la falta de oportunidades.

Uno de los elementos más simbólicos de la película es el uso de las escaleras como metáfora de la jerarquía social. Los Kim viven en un sótano al que se accede por unas escaleras empinadas y oscuras, mientras que los Park viven en una casa elevada a la que se llega por unas escaleras amplias e iluminadas. La diferencia de altura representa la diferencia de poder y estatus entre ambas familias. Además, las escaleras también sirven para mostrar el ascenso y el descenso social de los personajes, así como sus intentos por escapar o invadir el espacio del otro.

Otro elemento simbólico es el olor. Los Kim tienen un olor característico que delata su condición humilde y que les hace sentir inferiores ante los Park. El olor es un signo distintivo que marca la distancia entre clases y que genera rechazo y desprecio por parte de los ricos. También es un detonante de la violencia que estalla al final de la película, cuando Ki-taek asesina al señor Park tras escuchar su comentario despectivo sobre su olor.

Por último, el título de la película también tiene un significado profundo. ¿Quiénes son los parásitos? ¿Los Kim, que se aprovechan de los Park para mejorar su situación? ¿Los Park, que explotan a los Kim para mantener su nivel de vida? ¿O ambos? La película plantea una reflexión sobre la naturaleza humana y las relaciones sociales en un contexto de desigualdad e injusticia.

La estética: un estilo visual impactante

Parasite no solo destaca por su guion y su dirección, sino también por su cuidada estética visual. La película tiene un estilo realista y naturalista, que se basa en el uso de la luz, el color, el espacio y el movimiento para crear contrastes y atmósferas.

La luz juega un papel esencial al diferenciar los ambientes de las dos familias en la película. Los Kim residen en un entorno oscuro y sombrío, donde la luz es escasa y artificial, creando una atmósfera opresiva que refleja su situación económica. En contraste, los Park disfrutan de un entorno luminoso y radiante, donde la luz fluye de manera natural, lo que subraya su riqueza y comodidad. Además de esta distinción, la luz se convierte en un recurso cinematográfico para generar tensión y suspense, como se evidencia en una escena nocturna en la que los Kim se ven obligados a esconderse de los Park en su propia casa.

Otro elemento crucial para transmitir sensaciones y emociones en la película es el color. Los Kim visten con colores apagados y neutros, que reflejan su pobreza y la falta de identidad que experimentan en su vida. En contraposición, los Park usan tonos vivos y variados, expresando su personalidad y riqueza. El color también se utiliza para simbolizar el peligro y la violencia, como en la impactante escena del cumpleaños de Da-song, donde el rojo de la sangre contrasta de manera intensa con el verde del césped.

El espacio, también un recurso distintivo, refleja las diferencias fundamentales entre ambas familias. Los Kim habitan en un espacio reducido y abarrotado, donde la intimidad y la comodidad son prácticamente inexistentes. Por otro lado, los Park viven en un entorno amplio y ordenado, donde cada cosa tiene su lugar y hay espacio para todos. Este recurso cinematográfico se utiliza hábilmente para crear intriga y sorpresa, como en el emocionante momento en el que se descubre el sótano secreto de la casa.

El movimiento aporta dinamismo y ritmo a la película: los Kim se mueven con rapidez y agilidad, adaptándose a las circunstancias y aprovechando las oportunidades que se les presentan. Por el contrario, los Park se desplazan con lentitud y tranquilidad, confiando en su posición privilegiada y disfrutando de su tiempo sin apuros. Este recurso cinematográfico se emplea de manera efectiva para crear momentos tanto humorísticos como llenos de acción, como en la tensionante escena en la que los Kim huyen de la casa de los Park bajo una intensa lluvia.

La música y el sonido: una mezcla de géneros y tonos

Parasite logra un impacto impresionante al combinar de manera magistral elementos visuales y sonoros. La música, creada por el talentoso compositor surcoreano Jung Jae-il, quien previamente colaboró con el director Bong Joon-ho en “Okja”, es un pilar fundamental en esta obra cinematográfica. La banda sonora se destaca por su versatilidad y riqueza, adaptándose con maestría a las distintas escenas y momentos de la trama, fusionando géneros y tonalidades para realzar las emociones presentes en la película.

Lo clásico prevalece, especialmente en las escenas que involucran a la familia Park. Esta elección musical crea un ambiente sofisticado y elegante que contrasta con el caos y la violencia que se desarrolla más adelante en la trama. Además, la música clásica se emplea con toques de ironía y humor negro.

El sonido, por otro lado, desempeña un papel crucial para crear un ambiente inmersivo y realista. Recrea efectos sonoros de objetos, acciones, lugares y situaciones en la trama, haciendo que el espectador se sienta parte integral de la historia. Además, se utiliza de manera efectiva para resaltar contrastes entre las dos familias centrales, intensificando las diferencias tanto visuales como olfativas, y aportando una dimensión adicional a esta obra maestra del cine surcoreano.

El impacto cultural de Parasite: un fenómeno global

Parasite es un fenómeno cultural que ha trascendido las fronteras de Corea del Sur. La obra de Bong Joon-ho ha sido vista por millones de espectadores en todo el mundo, ha recibido el aplauso de la prensa especializada y ha ganado numerosos premios internacionales, entre ellos cuatro Óscar: mejor película, mejor director, mejor guion original y mejor película internacional.

Ha logrado romper las barreras del idioma y de la cultura, conectando con el público global gracias a su universalidad temática y a su originalidad formal. Parasite ha abordado temas relevantes y actuales, como la desigualdad social, la precariedad laboral, el cambio climático o la violencia estructural. Además, ha innovado en el lenguaje cinematográfico, mezclando géneros, estilos y tonos con maestría y creatividad.

Parasite ha marcado un antes y un después en la historia del cine coreano y del cine mundial. Demostrando que el séptimo arte puede ser a la vez entretenido e inteligente, divertido e incisivo, local y universal. Ha sido una película que ha hecho reflexionar, emocionar y disfrutar a millones de personas.