Si algo ha demostrado la historia contemporánea de las monarquías europeas es que el amor no entiende de clases. Tampoco de colores de la sangre, aunque la colorimetría sea figurada. Rojo o azul, azul o rojo. El caso es que basta con revisar la historia de Letizia. Ahora Reina, pero antes plebeya. Una mujer con su propia trayectoria que acabó traspasando los férreos muros de palacio por su romance con el entonces Príncipe de Asturias. Y como ella Mary de Dinamarca, Máxima de Holanda, Mette-Marit de Noruega... ¡Y Sofía de Suecia!

Por increíble que parezca, y como todas las homólogas citadas, la esposa del príncipe Carlos Felipe también podría haber sido Reina. Algo impensable hoy en día, más cuando se atiende al hecho de que a Sofia Kristina Hellqvist, que es su nombre de nacimiento, no le fue tan fácil aterrizar en la Casa Real. Es preciso ponerse en antecedentes para entender el porqué, aunque en ningún caso tenga que ver esto con la imposibilidad de llegar al trono. Cualquiera que siga de cerca los movimientos de la Corona sabrá de buena tinta que esto remite a algo tan sencillo como que la princesa heredera al trono es su hermana mayor Victoria. Pero esto no siempre fue así, y el curso de los acontecimientos podría haber sido bien distinto. 

Carlos Felipe, el heredero sin Corona enamorado de una modelo

Corría el año 1979 cuando nació el heredero más breve de la historia de la Casa Real sueca. Un 13 de mayo de hace 344, Carlos XVI Gustavo y Silvia Sommerlath daban la bienvenida a su segundo hijo. El príncipe Carlos Felipe, nacido Carl Philip Edmund Bertil Bernadotte, llegó al mundo y se dispararon 42 salvas para anunciarlo a la ciudadanía. Eran el doble de las que se habían lanzado dos años antes para hacer lo propio con el nacimiento de Victoria, la primogénita de la pareja real. De nada sirvió la parafernalia institucional porque solo 232 fueron los días que le duró al recién nacido el título de futuro Rey

El 1 de enero de 1980 entró en vigor un decreto constitucional que marcó por siempre su vida, dentro y fuera de la Corona. Dentro porque el Parlamento derogó la Ley sálica con carácter retroactivo y fue 'destronado' por su hermana. Fuera porque, por siempre, será ese uno de los aspectos que lo persiga en su imagen a ojos del pueblo sueco. El Rey que pudo ser y nunca será, a pesar del cariño que los súbditos de los Bernadotte le profesan. Un cariño inestimable que se suma al afecto incontestable que le tiene su padre, el soberano. Quizás es por eso que, aunque la mujer de su vida podría haber sido sentenciada a ser proscrita, todos han terminado aceptándola como a una más.

Mette-Marit

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Como 'hijo favorito' —Carlos Gustavo siempre ha defendido la postura de que la derogación de la Ley sálica no debió ser retroactiva—, y desprendido del peso que supone ser el próximo monarca, como duque de Värmland se pudo permitir una mayor entrega a las libertades de la juventud. Un 'soltero fiestero', lo acuñaron desde la prensa. Lo fue hasta el 2015, cuando por fin se podría decir que sentó la cabeza. ¿O no del todo? Sofía no era como las demás. La precedía un pasado leído conflictivo. Y no por haber trabajado de camarera, sino por otros aspectos como su trayectoria en el modelaje de ropa de baño.

La consolidación con matices de Sofía en la Corona sueca

Solo tenía 20 años cuando protagonizó una sesión de fotos para la revista 'Slitz'. Jornada que marcó un antes y después para ella y de la que salieron las instantáneas de la discordia. Esas en las que la actual princesa de Suecia posaba vistiendo solamente la parte inferior de un bikini y una boa  constrictor alrededor del cuello. Un hito personal que le valió ostentar el título de Miss Slitz 2004 y convertirse en concursante del 'reality show' de TV4 'Paradise Hotel'.

No le fue nada mal, porque llegó a convertirse en finalista del programa. Pero el tiempo pasó y su vida cambió por completo. Atrás quedó la televisión y el amor real le llegó. Y tan real. De la misma realeza. Carlos Felipe conoció a Sofía en un bar y poco más le bastó para 'pausar' su relación con Emma Pernald, con quien llevaba una década saliendo. Fue un flechazo.

Letizia Mary

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La Casa Real puso el grito en el cielo al saber que la nueva novia del príncipe era la chica 'reality' que posaba desnuda, pero nada frenó su amor. No atendió a razones y se fue a vivir con ella. Con el tiempo, la televisiva se ganó el cariño de su familia política y de la ciudadanía sueca, y en el 2014 se hizo público su compromiso. Un año más tarde, el 13 de junio del 2015, la majestuosa Capilla Real del Palacio de Estocolmo asistió a su 'sí, quiero'. Sofía por fin reconvertida en Alteza Real, aunque con matices.

Y es que a pesar de que ya se ha consolidado como una más de la familia, todavía hay cuestiones que se escapan de sus competencias. Un tema recurrente es que siempre utiliza la misma tiara, dejando claro que no tiene acceso a todas las gemas de la dinastía. ¿Será porque no le dejan? No está claro, pero en ningún caso la rechazan en palacio. Ya es una de ellos. Se lo ha ganado.