ESCANDINAVIA MEDIEVAL: Las Monarquías Escandinavas Medievales - Historipedia

ESCANDINAVIA MEDIEVAL: Las Monarquías Escandinavas Medievales

La siguiente historia tiene lugar entre el año 1066 y el 1397

ESCANDINAVIA 3: Las Monarquías Escandinavas Medievales

Tras haber hablado de la Era de Vendel y de los Vikingos, en este vídeo voy a contaros qué pasó tras el final de la Era Vikinga. Fueron tres siglos donde los diferentes reinos escandinavos fueron consolidándose, y dejaron la piratería a favor de las relaciones diplomáticas y el comercio sin amputaciones de miembros de por medio.

Tras la muerte de Harald III Hardrada el Despiadado, Noruega vivió una próspera época de crecimiento económico, comercio y paz interna, destacando el reinado de Olaf III el Pacífico. El problema era que su sistema organizativo dejaba mucho que desear, estaba muy anticuado, y las normas de sucesión en el trono no estaban demasiado claras. Esto se puede ver muy bien durante el reinado de Sigurd I el Peregrino o el Cruzado. Su nombre viene por el viaje que hizo a Jerusalén.

Junto con sus amigos normandos de Italia luchó contra los musulmanes en las Baleares y en más sitios, y en Tierra Santa recibió del rey Balduino I de Jerusalén un pedazo de la Vera Cruz, que juró llevar a la tumba de Olaf II el Santo en la catedral noruega de Nídaros, actual Trondheim. Tras la muerte de Sigurd I en 1130, se desencadenó por todo el reino una serie de sangrientas guerras civiles por apoderarse del trono noruego (1130-1240).

En Dinamarca las cosas tampoco estaban para echar cohetes. Por el año 1080, el rey Canuto IV les dijo a los campesinos que era un buen momento para intentar tomar Inglaterra. Buf, la gente, harta de movidas, se le echó encima y le atravesaron con una lanza en el altar de una iglesia.

El Reino de Dinamarca fue acercándose cada vez más a Alemania, al Sacro Imperio Romano Germánico y, de hecho, el rey danés y su corte acabaron hablando mucho en alemán. Aún así, todos estos países nórdicos tenían una misma lengua, el Nórdico Antiguo, aunque con el tiempo irían naciendo el noruego, el sueco y el danés. Dinamarca controlaba desde hacía muchísimo tiempo la región de Escania, al sur de Suecia. La capital del reino fue instalada en Roskilde, en la isla de Selandia.

De los reyes de Suecia se sabe más bien poco, especialmente de los primeros. Destaca Inge I, quien llevó a cabo la cristianización definitiva de Suecia. Tuvo mucha movida con los paganos, y un tal Blot-Sven le echó del trono, aunque lo recuperó poco después. Inge I asesinó al Blot-Sven éste, y destruyó el Templo de Uppsala, centro del culto pagano. Se acabaron los cultos a los dioses nórdicos y se prohibió la esclavitud. Tras eso reunificó el reino bajo la religión cristiana hacia el año 1100.

El rey danés Valdemar I el Grande, coronado en 1146, logró parar las interminables guerras civiles del país, y reorganizarlo con la ayuda del obispo Absalón. También durante su reinado se construyó un castillo en la aldea de Havn. Aquel sitio sería el origen de la actual Copenhague, que se convertiría en capital de Dinamarca. Se levantaron cientos de iglesias y el país prosperó gracias al comercio de arenques.

Durante el reinado de Valdemar I empezaron las no tan conocidas Cruzadas Bálticas, donde Dinamarca y Suecia lucharon contra los pueblos paganos del Báltico, desde lo que ahora es Polonia, hasta las actuales repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania. La primera, de 1147, fue la Cruzada contra los Wendos, dirigida contra los eslavos polacos o wendos.

Para el año 1168 Valdemar I y Absalón se afianzaron en la costa sur del mar Báltico, en un territorio denominado el Principado de Rügen. En los años siguientes su hijo Canuto VI, siguiendo el consejo del obispo Absalón, el gobernante de facto, conquistó Pomerania, Mecklemburgo, Holstein y Lübeck… se metió en guerra contra los livonios en 1196, los letones, vamos; y al año siguiente organizó una Cruzada contra Estonia. Fue por el 1200 cuando el papa Inocencio III creó la Hermandad Livonia de la Espada, encargada de cristianizar el territorio de Letonia, al que llamaron Terra Mariana, o Tierra de María.

Tras la muerte del rey sueco Sverker I, soberano de la parte oeste, Västergötland, fue proclamado rey Erico IX el Santo, que pertenecía a la zona este, la de Uppsala. Este sería el origen de una fuerte rivalidad entre la Casa de Sverker y la Casa de Eric.

En 1155 tuvo lugar la 1ª Cruzada Sueca contra Finlandia. El rey Erik el Santo buscaba cristianizar a los finlandeses paganos, y con ello, los suecos terminaron por dominar grandes zonas de ese territorio durante muchos siglos.

En 1163, en medio de las guerras civiles noruegas, Magnus V fue el primer rey de Noruega coronado oficialmente, y con contar con el apoyo del Papa, lo que le dio legitimidad total. Además, puso por escrito una ley de sucesión no sálica, en la que las mujeres podían transmitir su derecho sucesorio a sus hijos. Pero no todos lo vieron bien, y surgió el grupo opositor Birkebeiner, bando liderado por el pretendiente Sverre Sigurdsson. Tras la Batalla de Fímreite de 1184, Magnus V murió y Sverre I se hizo dueño de Noruega. Sus rivales políticos serían conocidos como los Bagler.

El rey Valdemar II de Dinamarca, hermano del difunto Canuto VI, tenía el sueño húmedo de dominar lo que ahora es Estonia, y para ello se alió con los germanos en una nueva cruzada. Hacia el año 1220 la flota danesa de Valdemar II se enfrentó a los estonios en la Batalla de Líndanise, la futura Tállin. Se cuenta que un gallardete rojo cayó del cielo y que Valdemar II lo cogió. Con él dio ánimos a las tropas y lo convirtió en la bandera de Dinamarca, el Dannebrog. Tras esto, todo el norte estonio quedó bajo control danés. Y como en el Sacro Imperio había guerra civil, Valdemar II aprovechó y conquistó Hamburgo en 1216.

Pero no todo podía ser bueno. Acabó apresado una temporada por uno de sus condes, y los germanos les reclamaron el territorio que tenían en el norte alemán. Tras ser liberado se enfrentó al Sacro Imperio en la Batalla de Bornhöved (1227), perdió y se quedó sin sus conquistas bálticas a excepción de Rügen, que conservó durante más de un siglo, y Estonia, claro.

A parte de esto, durante su gobierno se organizó Dinamarca bajo un sistema feudal, donde las tierras fueron repartidas entre nobles, y los campesinos libres perdieron muchos de sus privilegios. Además, se creó el Código de Jutlandia (1241), donde codificó todas las leyes danesas y unificó las regionales, y por ende, de alguna forma, también todo el territorio.

Año 1204, Noruega. El rey birkebeiner Haakon III había intentado llegar a la paz aliándose con la Iglesia, pero la palmó antes de tiempo. El partido de los Bagler se hizo con el control del sur del reino, y se propusieron asesinar al hijo bastardo del rey rival, Haakon IV. En la película ‘El Último Rey’ se cuenta esta historia, de cómo un grupo de Birkebeiners lo rescataron para llevarlo a la corte del rey Inge II en Nídaros. Al parecer fue un trayecto muy duro, y los únicos dos guerreros que pudieron hacer frente al viaje, Torstein Skevla y Skjervald Skrukka, se encontraron con una tormenta de nieve de la hostia y tuvieron que llevar al niño en brazos y en trineo como buenamente pudieron, mientras les perseguían los Bagler.

Hacia 1227 Haakon IV ya era rey de Noruega y además logró que fuera aceptado por todos los bandos. Aun así, tuvo movida con el jarl Skule Bardsson, quien se autoproclamó rey de Nídaros. La insurrección acabó en 1240, con la muerte de Skule. Otro que murió asesinado en este conflicto fue el famoso Snorri Sturluson, partidario de Haakon IV. Pero bueno, con esto se puso punto y final a más de un siglo de guerras civiles.

Con esta paz llegó una edad de oro del reino noruego medieval. Bergen se convirtió en la capital oficial, el Estado se centralizó y se fortaleció, se cultivó la literatura y las bellas artes. Groenlandia aceptó la autoridad del rey en 1261, y al año siguiente lo hizo también Islandia.

En 1250 ascendió al trono sueco la Dinastía de los Folkung. Su primer monarca fue Valdemar I, pero al ser menor de edad el regente fue su padre, el famoso Birger Jarl. Este tío está considerado como el mayor estadista medieval de Suecia, y fundador de la ciudad de Estocolmo, que acabaría siendo la capital del país. Creó una potente legislación y luchó por la abolición de la servidumbre. Entre él y sus hijos Valdemar I y Magnus Ladulas se creó un sistema feudal en Suecia y se formó un cuerpo de caballería, que lucharía entre otras guerras, en la 2ª Cruzada Sueca contra Finlandia, que acabó con la incorporación de prácticamente todo el territorio al reino.

En 1282 el rey danés Erico V creó una Carta Magna que establecía un Consejo Privado de la nobleza, la cual ganó mucho poder. Destaca el Danehof, una asamblea anual de esta gente, con competencias legislativas. Al palmarla, su hijo menor de edad, Erico VI, le sucedió, y los nobles empezaron una guerra por el poder. Tras años de inestabilidad, en 1319, subió al trono Cristóbal II, cuyo reinado fue un puto desastre. No sólo hipotecó su reino al Sacro Imperio, sino que también se vio obligado a poner el reino bajo control del Consejo nobiliario. Con esto, la elección de los reyes fue un mero formalismo, no tenían ya ninguna autoridad real.

Hacia el año 1300, el rey Haakon V trasladó la capital de Noruega de Bergen a Oslo. Buscaba incrementar la influencia noruega en Escandinavia y se metió en medio de un conflicto nobiliario en Suecia. Casó a su hija Ingebjörn con el duque Erik, hermano del rey de Suecia Birger I. Erik y la princesa noruega tuvieron un hijo, Magnus IV, quien fue coronado rey tras la muerte de Birger I en 1319. Ese mismo año murió Haakon V, por lo que Magnus Erikson logró hacerse tanto con el trono sueco como con el noruego, y ahora era Magnus IV de Suecia y VII de Noruega.

Durante su reinado, Suecia conquistó toda Finlandia y, poco después, compró a Dinamarca la región de Escania por 34.000 marcos de plata (1332). Magnus VII había hecho un buen trabajo unificando los dos reinos, pero poco le iba a durar el invento. Repartió los dos reinos entre sus dos hijos, y abdicó de Noruega a favor de su hijo Haakon VI.

Tras un interregno, en 1340 Valdemar IV se hizo con el trono danés apoyado por algunos condes alemanes. Lo primero que hizo fue intentar pagar la hipoteca de su padre con el Sacro Imperio, y para ello subió muchísimo los impuestos y hasta vendió Estonia a la Orden Teutónica (1347). Se trasladó a Vórdingborg, y allí levantó la famosa Torre del Ganso, símbolo de la ciudad.

Todo parecía de puta madre, pero entonces llegó la peste bubónica en el año 1349. Lejos de achantarse, Valdemar IV puso más presión fiscal a los campesinos moribundos, y mandó al ejército a luchar al sur danés contra los alemanes. Por esas fechas, alrededor de 1358, se fundó la Liga Hanséatica, una federación comercial y defensiva de varias ciudades al norte de Alemania y otras comunidades de comerciantes de origen alemán. Esta Liga iría ganando mucho poder.

En 1360 Magnus  Erikson de Suecia se enfrentaba con uno de sus hijos, y pidió ayuda a Valdemar IV a cambio de Escania. Pero como padre e hijo hicieron las paces, Magnus renegó de su promesa y el rey danés, enfadado, invadió el sur de Suecia y la ciudad de Visby en la isla de Gotland. El problema era que Visby era miembro de la Liga de Hansa, y Alemania acabó metiéndose en el fregao.

Incitado por la nobleza sueca contraria a Magnus II, Alberto II de Mecklemburgo decidió invadir Suecia para poner a su hijo en el trono, y lo logró tras plantarse en Estocolmo con un enorme ejército en 1363. Valdemar IV se vio jodido, así que cerró el estrecho del Óresund a los pesqueros de Hansa, Noruega y Suecia, y ya se lió del todo; era un todos contra él. Al final tuvo que firmar la paz y poco tiempo después ya la palmó enfermo.

Su hija Margarita se había casado con Haakon VI, rey de Noruega y co-rey de Suecia antes de la llegada de Alberto III. El hijo de ambos, Olaf II, fue el nuevo rey de Dinamarca y, tras la muerte de su padre en 1380, también de Noruega. Así, ambos países quedarían unidos hasta 1814.

Olaf II murió poco después, y del trono se ocupó su madre Margarita I. Esta luchó contra el ilegítimo rey sueco y noble alemán Alberto III de Mecklemburgo, y tras echarle del trono tras la Batalla de Asle (1389), Margari se proclamó monarca también de Suecia, y así los tres reinos se unieron en uno solo.

Esta unión sería conocida como la Unión de Kálmar, efectiva desde 1397, porque fue en ese año donde se coronó a su nieto Erico de Pomerania, aunque la mujer siguió gobernando. Esta unión duraría más de un siglo, hasta que en el año 1523, Suecia se hizo independiente. El destino de Noruega y, por ende, de Islandia, seguiría unido al de los daneses hasta el siglo XIX.