INTERNACIONAL
Guerra de Ucrania

Viudas de soldados ucranianos ca�dos en la guerra piden poder ser madres con el esperma congelado de sus maridos

Muchas mujeres piden derogar una ley que obliga a destruir el material gen�tico despu�s de la muerte de quien lo congel�

Nadine Lytovchenko con su marido antes de la muerte de �ste en el frente.
Nadine Lytovchenko con su marido antes de la muerte de �ste en el frente.EFE
Actualizado

La Rada Suprema de Ucrania (Parlamento) inici� esta semana los procedimientos para modificar una ley que ahora mismo impide a las viudas de los soldados ca�dos en el frente quedarse embarazadas con el esperma que sus maridos congelaron para no quedarse sin descendencia en caso de accidente.

A trav�s de redes sociales, con peticiones a las autoridades y en entrevistas en medios locales, varias mujeres ucranianas que perdieron a sus maridos en la guerra han reclamado a los pol�ticos que tomen medidas urgentes para poder cumplir su deseo de tener hijos de sus parejas fallecidas a trav�s de procedimientos de reproducci�n asistida.

Una de ellas es Nadine Lytovchenko, de 39 a�os, que sirvi� junto a su marido como personal sanitario durante la guerra que Ucrania libr� contra los separatistas prorrusos en la regi�n oriental del Donb�s (2014-2022).

En medio de esa guerra, la pareja decidi� congelar esperma del marido para asegurarse de poder tener descendencia, en caso de que muriera o sufriera lesiones que afectaran a sus capacidades reproductivas.

El marido de Lytovchenko volvi� a unirse al Ej�rcito ucraniano como voluntario tras el inicio de la invasi�n rusa en febrero de 2022 y muri� en combate en agosto de 2022.

El matrimonio tuvo un hijo un a�o antes de la guerra, por lo que Lytovchenko ve la opci�n de la reproducci�n asistida con menos urgencia que otras viudas de militares que a�n no han sido madres.

"Para m� es importante apoyar a otras mujeres en esta situaci�n, porque s� que el primer a�o despu�s de la p�rdida es muy dif�cil organizar tu propio espacio, tu propia vida", explica la mujer, que subraya la importancia de tener un hijo para mantener la esperanza y la motivaci�n de seguir adelante.

Lytovchenko anima por ello a los militares y a sus parejas a congelar material gen�tico. "Conozco a muchas mujeres que despu�s de un a�o o un a�o y medio de perder a sus maridos en el primer a�o de la guerra har�an ese procedimiento, si tuvieran esa posibilidad", declara.

Dar descendencia a sus maridos fallecidos y contribuir a la buena salud demogr�fica de un pa�s que sufre una sangr�a de muertes y emigraci�n debido a la invasi�n rusa son otros de los motivos m�s comunes invocados por las mujeres en esta situaci�n.

El obst�culo legislativo

La ley que estas mujeres piden cambiar fue aprobada en noviembre para regular la financiaci�n por parte del Estado de los procedimientos de congelaci�n de material gen�tico y reproducci�n asistida para los soldados de ambos sexos interesados.

El texto, que est� pensado para los militares que pierdan sus capacidades reproductivas por heridas sufridas en el frente, no reconoce sin embargo un derecho a la paternidad despu�s de la muerte de los soldados ca�dos.

Adem�s, una de sus disposiciones, que debe entrar en vigor este mes de marzo, obliga a destruir el material gen�tico despu�s de la muerte de quien lo congel�, lo que privar� a las viudas de la posibilidad de utilizar el esperma de sus maridos fallecidos.

"Estoy convencida de que cada persona tiene el derecho de decidir por s� misma qu� debe hacerse con sus c�lulas reproductivas en caso de muerte", dice a EFE la diputada Oksana Dmitriyeva, que impuls� la ley en vigor y ha iniciado esta semana el procedimiento para cambiarla.

Las enmiendas propuestas, que deben ser ahora aprobadas por el pleno de la Rada, eliminan la obligatoriedad de deshacerse del esperma congelado despu�s de la muerte de la persona que lo almacen� y reconocen expresamente el derecho a la paternidad despu�s de la muerte de los soldados ca�dos.

Nadine Lytovchenko, la madre que aspira a darle un hermano a su �nico hijo con las c�lulas de su marido muerto en el frente, conf�a en que las enmiendas ser�n aprobadas por el Parlamento. "Nadie debe decidir por las personas implicadas en estos casos", declara.