La figura del mundo - Reseña - Daniel Lávida
Portada de La figura del mundo de Juan VilloroPortada La figura del mundo de Juan Villoro

Conforme vamos creciendo la perspectiva que teníamos de pequeños sobre el mundo, sobre nuestros miedos, alegrías y nuestros padres va cambiando. Llegando a un punto en el que desarrollamos una especie de memoria selectiva, en la que muchas ocasiones recuperamos todos aquellos momentos felices junto a ellos.

Pero, también, conforme vamos creciendo nos vamos dando cuenta de aquellas cosas que nuestros padres se quedaban entre ellos: peleas, incomodidades, lapsos del pasado que sólo hasta que adquirimos cierta edad o cierto grado de conciencia somos capaces de entender. 

Para muchos autores este momento se vuelve de vital importancia en sus obras, a tal grado que suelen regresar al tema de forma indirecta, ya sea plasmando algunos episodios dentro de sus obras, mostrando actitudes de algunos de los padres clavadas en la memoria a través de un personaje; en otros casos, el autor va más allá y hace una exploración profunda que lo lleva a iniciar una obra ficticia-real, a veces más real que ficticia y otras en viceversa sobre alguno en el que la madre o el padre se vuelven el centro de la trama. Como ejemplos podríamos citar muchas obras, pero en estas páginas abordaremos sólo una: La figura del mundo (Random House, 2023) de Juan Villoro. 

¿Qué hacer cuando tus padres se separaron y tu único vínculo con tu padre se volvió un estadio de fútbol?, ¿cómo ver el mundo cuando tu padre estaba en lo abstracto, en el mundo de las ideas y del pasado?, ¿cómo entender el presente cuando la figura guía está envuelta en civilizaciones que hace tiempo vieron su ocaso?, ¿cómo encontrar un punto en el que realmente conectes con esa figura lejana?, ¿qué ideologías quedan como recuerdo? Estas y otras preguntas son las que se responde Juan Villoro (Ciudad de México, 1956) a través de esta obra, su libro más personal.

A través de las páginas el autor nos describe a profundidad a su padre, el filósofo, investigador y zapatista Luis Villoro Toranzo, adentrando al lector a su vida, desde su niñez en San Luis Potosí, sitio en el que inició su recorrido por la búsqueda de justicia y equidad, hasta sus últimos años.

Apoyándose de recuerdos propios y recuerdos compartidos por sus hermanos, muy parecido a la forma en la que narra en La cabeza de mi padre (Alfaguara, 2022) Alma Delia Murillo sobre la búsqueda de su progenitor.

Villoro nos lleva a conocer las distancias y los paralelismo entre ambos, mostrando así cómo creció rodeado de libros con temáticas que no entendía, pero que en algún momento fueron los mismo textos los que lo acercaron a él, a veces para compartir sus visiones del mundo y otras para debatir sobre lo que era o no era éste.

Ayudándose también de los recuerdos de su madre, quien en todo momento les inculcó amor y respeto hacía esta figura que parecía vivir en otro universo. Mostrándonos a su vez un México perdido y su evolución, mostrando historias de lugares para mí tan cotidianos como El hostal de los quesos o de figuras públicas como El subcomandante Galeano o el actual Presidente de México (AMLO) y cómo asesoró el filósofo (forma en la que constantemente Juan Villoro se refiere a su padre) a estos últimos a partir de su visión del México ideal.

Sin duda una obra que nos permite adentrarnos al núcleo de una familia de pensadores, adentrarnos a las miradas de la desigualdad y el privilegio social, a los claroscuros de un México que muchos se empeñan en no ver y en las bondades del arte para hacer tangible aquello que durante años estuvo en el corazón y la mente.

Mostrando así que en muchas ocasiones los padres nos quieren a su forma, con sus fallos y sus bondades siendo siempre estos La primera figura del mundo. 

Mira aquí una breve reseña de La figura del Mundo de Juan Villoro

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