Extinción de especies: un peligro para la biodiversidad y el planeta | WWF

Extinción de especies: un peligro para la biodiversidad y el planeta

Posted on
24 febrero 2021
Por Daniel Moraga Cordero
Unidad de Comunicaciones WWF Chile

Todos los años se extinguen especies alrededor del mundo, y la lista de las que están en peligro crítico no hace más que aumentar día a día. Algunas son muy conocidas y otras pasan desapercibidas, sin embargo, todas son igual de importantes para mantener el equilibrio de la biodiversidad. A lo largo de la historia se cuentan varias especies icónicas que ya han desaparecido, puedes conocer más sobre ellas en la campaña Huellas de Extinción de WWF Chile.  

La pérdida de especies es un suceso natural que data de antes de la aparición del ser humano, de hecho, la investigación científica y los descubrimientos arqueológicos han develado cinco periodos en que estas se dieron de forma exponencial, dándoles el nombre de “extinciones masivas”. Por ejemplo, hace 250 millones de años, ocurrió un evento llamado la “Gran Mortandad”, en donde perecieron alrededor del 95% de las especies marinas y el 70% de los vertebrados terrestres, definiendo el límite de los periodos Pérmico y Triásico.

Sin embargo, según los expertos, al día de hoy nos encontraríamos en una “Sexta Extinción Masiva”, en la cual el actuar del ser humano sería una de las causas principales en la debacle de la biodiversidad, con acciones como la sobreexplotación de recursos naturales, como madera, metales y minerales, la caza y tráfico ilegal, así como el cambio en el uso de suelo, la contaminación más los efectos del cambio climático y, en especial, la destrucción y fragmentación de los hábitats prístinos como bosques, praderas y manglares, con fines agrícolas y pesqueros.

De acuerdo al Informe Planeta Vivo (IPV) 2020 de WWF, durante los últimos cincuenta años las poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios han disminuido en 68% en promedio; en América Latina el resultado es aún más impactante con una reducción del 94%. Además, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), establece que aproximadamente 5.200 especies de animales se encuentran en peligro de extinción, correspondiendo a un 11% de las aves, un 20% de los reptiles, un 34% de los peces y un 25% de los anfibios y mamíferos.

Hoy en día, las estimaciones indican que en el planeta existen alrededor de 2 mil millones de especies de todo tipo, por lo que explicar qué implica la extinción de alguna de ellas es complicado, pero sabemos que cada organismo cumple una función importante en la Tierra, como aquellos que tienen un rol polinizador, los que controlan el crecimiento excesivo de una especie, o incluso los que se benefician de relaciones simbióticas con un huésped. Todas y cada una de estas especies juega un papel fundamental en la biodiversidad, por lo que si desaparecen, ponen en riesgo al resto de su ecosistema.

La situación en Chile

En nuestro país el panorama no es favorable, el territorio nacional está caracterizado por tener una gran variedad de ecosistemas con distintos tipos de flora y fauna. Sin embargo, las causas ya mencionadas han puesto en peligro a un número importante de especies, muchas de ellas endémicas, que están en una constante lucha por sobrevivir. Aproximadamente son 800 las especies al borde de la extinción, siendo el grupo de los moluscos el más afectado, seguido por los árboles, los peces de aguas continentales, los arbustos y los anfibios. De estas especies en peligro, 200 corresponderían a animales vertebrados.

Algunas especies de Chile que debemos proteger son: la chinchilla cordillerana; el zorro chilote; el huemul; el colibrí de Arica; el loro tricahue; el gato andino; el huillín; la ranita de Darwin; el pingüino de Humboldt; el delfín chileno; el abejorro nativo; el alerce; el canelo y la araucaria, entre otras.

Evitar la extinción de especies no es una tarea fácil, pues implica poner en marcha acciones concretas como evitar o impedir la fragmentación de hábitats, castigar y perseguir la caza ilegal, crear programas de conservación que impliquen aumentar la reproducción o generación de reservas naturales, combatir el cambio climático que cada vez adquiere mayor peso en la vida de las especies y concientizar a la población, ya que cada acto personal tiene una consecuencia en la biodiversidad y el entorno.