El hombre del bigote
Con un centenar de películas a sus espaldas, y numerosos trabajos teatrales, Jean Rochefort es uno de los actores más versátiles del cine francés. Destaca encarnando a tipos afables, a los que suele dar un toque estrafalario, con ayuda de su particular físico, marcado por su prominente nariz y su peculiar bigote. Falleció a los 87 años el de 8 octubre de 2017.
Nacido en Dinan en las costas de Armor, Jean Rochefort estudió en el selecto Lycée Pierre Corneille, en Rouen. A los 19 años ya tenía muy claro que iba para actor, así que se matriculó en el Centre d'Art Dramatique de la rue Blanche en París y posteriormente en el Conservatorio Nacional.
Después del servicio militar, Jean Rochefort se integra durante siete años en la Compañía Grenier Hussenot, donde llama la atención su desenvoltura tanto para la comedia como para el drama. En 1960 contrae matrimonio con Alexandra Moscwa, con la que pronto tiene dos niños, Marie y Julien.
Nada más convertirse en padre, y por tanto necesitado de fondos, empieza a dar prioridad a su carrera en cine y televisión, siempre mejor pagados que el teatro, que en cualquier caso nunca ha abandonado del todo. Aparece como espadachín en El capitán Fracassa, donde está integrado como secundario en un reparto donde están presentes Jean Marais, Philippe Noiret y Louis de Funès.
Se le dio tan bien que en aquel momento le encasillaron en cierta medida en el género de aventuras, pues participa en títulos como La máscara de hierro (1962), de Henri Decoin, y también en Cartouche y Las tribulaciones de un chino en China del especialista Philippe de Broca, que además le tuvo a sus órdenes en la más cómica El diablo por la cola. Con sus películas de acción descubre su pasión por los caballos. Acabó convirtiéndose en criador e incluso ha sido asesor ecuestre en algún rodaje.
En los 70 se consagra en Francia, sobre todo tras ponerse a las órdenes del aragonés Luis Buñuel, en El fantasma de la libertad, donde interpreta a un tipo cuya hija ha desaparecido en la escuela, en unas secuencias en las que el maestro dio rienda suelta a su surrealismo. Destaca especialmente su trabajo como comisario, de nuevo junto a Philippe Noiret, en El relojero de Saint Paul, adaptación de una novela de Georges Simenon, que supone el debut en el largometraje de Bertrand Tavernier. Por su trabajo, Rochefort recibió el César al mejor secundario, pero poco después le llegaría el mismo premio en la categoría de interpretación protagonista, por Le Crabe-Tambour, de Pierre Schoendoerffer, donde era un capitán de fragata a punto de morir. En 1999 recibiría su tercer César al conjunto de toda su carrera.
El actor obtuvo un gran éxito con sus colaboraciones con Patrice Leconte, como Tandem, El hombre del tren, La maté porque era mía, Ridicule. Nadie está a salvo y sobre todo El marido de la peluquera, que dio a conocer a Rochefort a nivel internacional en algunos países como España. "Curiosamente, gustó menos en Francia. Nunca he conseguido explicarme por qué", ha comentado el actor.
Rochefort siempre resulta tan creíble como sorprendente, en papeles como el hombre atrapado en una zona restringida del aeropuerto por perder el pasaporte en En tránsito –todo un precedente de La terminal, de Steven Spielberg–.Tenía una gran ilusión por interpretar a Don Quijote, en The Man Who Killed Don Quixote, de Terry Gilliam, que se fue al traste por la acumulación de desgracias durante el rodaje, entre ellas la doble hernia discal sufrida por Rochefort, que desde entonces ya no puede montar a caballo, como tanto le apasionaba. Cuando el realizador retomó el proyecto y consiguió acabarlo le había sustituido por Jonathan Pryce. Pero otros realizadores internacionales han dirigido al actor, como el argentino Alejandro Agresti (El viento se llevó lo que), el estadounidense Robert Altman (Prêt-à-porter) y el español Fernando Trueba (El artista y la modelo). Se retiró del cine tras protagonizar a las órdenes de su compatriota Philippe Le Guay la comedia dramática Floride, de 2015.
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