Así será la Fachada de la Gloria de la Sagrada Família: una acera infernal y un cielo entre nubes | El Periódico

La escalinata de la discordia

Así será la Fachada de la Gloria de la Sagrada Família: una acera infernal y un cielo entre nubes

Barcelona retoma el reto de brindar por fin a la Sagrada Família su escalinata

La primera fachada 'fake' de la catedral de Barcelona

La Fachada de la Gloria de la Sagrada Família, llamada a ser algún día la puerta de entrada al templo.

La Fachada de la Gloria de la Sagrada Família, llamada a ser algún día la puerta de entrada al templo. / JORDI OTIX

Carles Cols

Carles Cols

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Será un achaque característico de la arquitectura monumental de Barcelona, pero también la fachada fue, con un gran paréntesis cronológico, lo último que se edificó de la Catedral de Barcelona. Esbozada por primera vez en 1408, muy distinta de lo que al final terminó por ser, la Catedral no tuvo su actual fachada hasta 1913. No será un caso tan extremo, por supuesto, el de la Sagrada Família, pero lo cierto es que el templo de Antoni Gaudí alcanzará su altura máxima en 2025 y, sin embargo, la que será su puerta de acceso principal, por la calle de Mallorca, estará en obras como poco 10 años o más.

Lo que hoy se ve cuando se camina por las aceras de esta calle del Eixample es una brutal pared de hormigón, de 50 por 45 metros, aproximadamente, en la que conviene (pocos lo hacen) fijarse en un detalle. La futura puerta de entrada al templo ya está ahí, con un padrenuestro forjado por Josep Maria Subirachs. Hay que levantar un poco la vista para verla. La puerta está a cinco metros de altura, señal inequívoca de que todos estos años la junta constructora ha trabajado con la premisa de que la escalinata sobre la calle de Mallorca sería una realidad o que, en caso de no ser autorizada por el gobierno municipal, ese acceso quedaría cerrado como si fuera la Puerta de los Leones de Jerusalén, tapiada en ese caso hasta que el mesías que espera el judaísmo descienda a la Tierra.

La futura puerta principal del templo, con el padrenuestro de Josep Maria Subirachs, a penas visible aún en mitad de las obras.

La futura puerta principal del templo, con el padrenuestro de Josep Maria Subirachs, a penas visible aún en mitad de las obras. / JORDI OTIX

La cuestión es que, si la continuación de las obras del templo ha dado de qué hablar desde hace décadas cada vez que ha sido coronada una torre, la Façana de la Glòria tomará el relevo en ese siempre encendido debate ciudadano a poco que comience a vislumbrarse en qué consistirá. Una comisión teológica tiene ya muy definido cómo será.

El puente sobre la calle de Mallorca dividirá la fachada simbólicamente en dos partes. Por debajo del puente, es decir, a pie de acera y por lo tanto a la vista solo de los peatones y los conductores de los coches, se recreará escultóricamente el infierno. Recordará –proponen los miembros de esta comisión y así se lo han hecho saber al Vaticano en un exhaustivo informe— a la Puerta del Infierno de Auguste Rodin.

Por encima de la escalinata, justo a la salida del templo, o sea, pasado el último peldaño, la junta prevé reservar espacio para una media docena de sepulturas para personalidades aún por decidir. Y, a partir de ahí y escalando por la fachada, se representarán escenas de júbilo, con figuras de distintos oficios, presididos por el de la carpintería, y más arriba aún, el cielo, con 36 santos entre nubes de piedra y hierro.

Antoni Gaudí no dejó ni escrito ni meticulosamente dibujado nada de todo eso. La composición de la fachada —sostienen los responsables de las obras— vendría a ser el mínimo denominador común de la interpretación de lo que los distintos discípulos del arquitecto entendieron que pretendía su maestro. De ese relato oral nacen detalles que, cuando llegue el momento, sorprenderán. ¿Un ejemplo? A ambos lados de la escalinata tendrá una imponente presencia, como símbolos de la purificación, un pebetero de fuego y una fuentes de cuatro manantiales.