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Cómo la facilitación impulsa un mejor trabajo

Durante muchos años, la creencia popular ha sido que para que cualquier proyecto o iniciativa tenga éxito, se necesita un líder fuerte que pueda tomar las riendas y hacer las cosas. Pero, ¿y si este paradigma es erróneo? ¿Y si hay otras formas de hacer las cosas -más inclusivas y participativas- que producen mejores resultados que los conseguidos por el liderazgo tradicional?

Creemos que hay otra manera. Y esa forma es la facilitación. El artículo de hoy trata de la facilitación y de cómo puede impulsar un trabajo mejor y crear un entorno en el que la gente se entusiasme y sienta que forma parte de algo increíble.

En primer lugar, establezcamos un nivel y discutamos qué es la facilitación y qué significa para nosotros.

¿Qué es la facilitación?

Facilitar significa guiar a un grupo o equipo para que alcance sus objetivos comunes. El facilitador es la persona que se encarga de esta orientación y aporta soluciones si se producen bloqueos. Una de las principales funciones del facilitador es garantizar que todos tengan la oportunidad de compartir sus ideas y que el debate se mantenga en el buen camino. La facilitación puede ser útil en varios entornos, desde las reuniones de equipo hasta las sesiones de brainstorming . Puede ayudar a los grupos a superar el bloqueo creativo, a generar nuevas ideas y a tomar decisiones de forma más eficaz. Además, la facilitación puede promover una mejor comunicación y colaboración dentro de un equipo.

Cuando se hace bien, la facilitación puede ser una herramienta inestimable para cualquier organización.

Diferentes tipos de facilitación

No existe un enfoque único para la facilitación adecuada. La mejor manera de facilitar depende del tamaño del grupo, del objetivo de la reunión y de las personalidades o dinámicas de los participantes. Para que tu facilitación sea eficaz, es importante que conozcas los distintos tipos de facilitación y cómo utilizarlos en distintas situaciones.

Facilitación del proceso

En esencia, la facilitación de procesos consiste en ayudar a los grupos de personas a trabajar juntos de forma más eficaz. Esto puede implicar la facilitación de reuniones de equipo, workshops, y otros eventos en los que la gente necesita reunirse para compartir información e ideas. La facilitación de procesos también puede ayudar a los individuos a superar los bloqueos creativos o a desarrollar nuevas ideas, proporcionándoles estructura y orientación.

En todos los casos, el objetivo es ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos de forma más eficiente y eficaz. Aunque la facilitación de procesos se ha utilizado tradicionalmente en entornos empresariales, cada vez se utiliza más en la educación, la sanidad y otros campos. Al ayudar a las personas a trabajar juntas de forma más eficaz, la facilitación de procesos puede tener un impacto positivo tanto en las personas como en las organizaciones.

Facilitación de equipos

La facilitación de equipos es el proceso de dirigir a un equipo a través de debates y actividades guiadas para ayudarles a alcanzar sus objetivos. Un facilitador eficaz creará un entorno en el que todos los miembros del equipo se sientan seguros para compartir sus ideas y opiniones y en el que todos se sientan respetados y escuchados. La facilitación de equipos puede ayudar a un equipo a identificar sus objetivos, generar soluciones creativas, mejorar la comunicación, resolver conflictos y mucho más. Aunque la facilitación de equipos se asocia a menudo con las reuniones formales de negocios, funciona en cualquier entorno en el que un grupo de personas necesite trabajar conjuntamente de forma más eficaz. Tanto si diriges un equipo de empleados, voluntarios o estudiantes, la facilitación de equipos puede ayudarte a sacar el máximo partido a tu grupo.

Cómo ser un buen facilitador

Ser un buen facilitador es algo más que dirigir reuniones y mantener a la gente en el buen camino. También consiste en ser un oyente activo, establecer expectativas claras y crear un entorno en el que todos se sientan cómodos compartiendo sus ideas. Aunque un buen facilitador tiene muchas características de liderazgo, no se le considera necesariamente el líder de la reunión. Quizá la mejor manera de pensar en un facilitador sea como un entrenador. El trabajo de un entrenador es entrenar a sus jugadores, motivarlos y, en última instancia, poner al equipo en condiciones de ganar.

Estas son algunas de las formas de ser un buen facilitador:

  1. Sé un oyente activo. Los facilitadores deben ser capaces de escuchar atentamente lo que dice la gente y buscar señales no verbales que puedan ayudar a guiar el debate.
  2. Establece unas expectativas claras. Antes de empezar a facilitar un debate, asegúrate de que todos comprenden el objetivo de la reunión y lo que esperas conseguir.
  3. Crea un entorno cómodo. Fomenta la comunicación abierta creando un entorno en el que la gente se sienta segura para compartir sus pensamientos e ideas.
  4. Mantén el rumbo. Mantén el debate centrado en el tema en cuestión y asegúrate de que todos tengan la oportunidad de compartir sus ideas.
  5. Sé respetuoso con las opiniones de todos. Recuerda que no todo el mundo estará de acuerdo contigo, y eso está bien. Escucha respetuosamente otros puntos de vista y estate dispuesto a ceder cuando sea necesario.
  6. Estar preparado para todo. Los facilitadores tienen que ser capaces de adaptarse a las circunstancias cambiantes y manejar las situaciones inesperadas con elegancia.
  7. Sé paciente y flexible. Lleva tiempo y práctica convertirse en un buen facilitador, así que sé paciente contigo mismo y estate dispuesto a experimentar con diferentes técnicas hasta que encuentres lo que mejor te funciona.
  8.  Mantente organizado. Mantén el control de la discusión y asegúrate de que todos están en la misma página.
  9. Sé consciente de tus propios prejuicios. Como facilitador, es importante ser consciente de tus propios sesgos y prejuicios e intentar dejarlos de lado cuando dirijas un debate.
  10. Sé humilde. Los facilitadores no siempre tienen razón, y no pasa nada por admitir que te equivocas. Recuerda que el objetivo de la facilitación es ayudar al equipo a alcanzar sus objetivos, no tomar el control del debate.

Hay muchas formas diferentes de facilitar un debate, y lo que funciona para un grupo puede no funcionar para otro. La clave es encontrar lo que mejor funciona para ti y tu equipo y estar dispuesto a adaptarse según sea necesario.

La facilitación en la práctica

¡Es la hora de la historia! En una agencia de marketing digital, el departamento creativo necesitaba nuevas ideas para una gran campaña en la que estaban trabajando para un nuevo cliente. El jefe de equipo, llamémosle Santi, expresó recientemente a su director que sentía que el equipo se había quedado un poco anquilosado en los últimos seis meses y que le vendría bien un nuevo enfoque en su sesión de brainstorming .

Laura, su gerente (no es su nombre real), decidió que sería mejor traer a un facilitador que pudiera ayudar al grupo. Al fin y al cabo, se trataba de un nuevo cliente con un gran presupuesto de marketing, y querían causar una gran primera impresión para ganarse su confianza y, potencialmente, más negocios con ellos en el futuro.

Se trajo al facilitador, y tanto Laura como Santi les pusieron al corriente del proyecto, de sus objetivos y de a quién debían esperar en la sesión de brainstorming . Los objetivos eran sencillos: desarrollar algunas ideas excelentes para que el equipo creativo pudiera mostrar sus habilidades y hacer que su primera campaña con este nuevo cliente fuera un éxito.

En opinión del facilitador, la parte difícil era el propio grupo. Se dieron cuenta de que el grupo se había quedado un poco estancado, y ninguna persona estaba haciendo su parte para ayudar a Santi a dirigir el equipo. En opinión del facilitador, parte del motivo era que la mitad de los 12 participantes eran miembros veteranos que dirigían ellos mismos los equipos. El facilitador hizo algunas preguntas sobre el grupo y descubrió que todos estaban desbordados de trabajo casi todo el tiempo, y que éste era el primer gran proyecto en el que habían tenido que limitarse a brainstorm en mucho tiempo.

El grupo era un grupo entusiasmado, pero también tenía otras mil cosas en marcha en sus cerebros. Además, aunque el equipo era una unidad, muchos de ellos nunca habían trabajado juntos y, debido a un entorno de trabajo híbrido, ni siquiera se habían cruzado. Sólo se conocían a través de reuniones y de encargos puntuales.

Así que el facilitador se puso a trabajar. Sabían que la primera tarea del orden del día era conseguir que todos se sintieran cómodos entre sí lo antes posible y, a continuación, conseguir que fluyera una fuerte energía. También sabían la importancia de conseguir que la gente saliera de su cabeza y se centrara en sus tareas durante esta reunión, en lugar de en las que les esperaban cuando la reunión terminara. 

Esto es lo que hicieron durante la reunión:

Comenzó con una Icebreaker

Una de las mejores formas de conocer a alguien rápidamente es hacer que se ponga de pie y que hable de sí mismo. Los juegos para romper el hielo son divertidos y elevan al instante los niveles de energía de todos los participantes. Pronto, todos estaban absortos en el juego de icebreaker en lugar de pensar en los correos electrónicos que se acumulaban en sus bandejas de entrada.

Haz que fluyan los jugos creativos

A continuación, para evitar que la energía se desperdiciara, el facilitador introdujo un reto que permitió al grupo redirigir esa energía en ideas creativas. Antes de entrar en detalles sobre el briefing creativo y lo que intentaban conseguir ese día, el facilitador les pidió que aportaran las ideas más locas que se les ocurrieran basándose en la información que tenían en ese momento sobre el cliente.

Se les animó a llevar las ideas lo más lejos posible y a no preocuparse por juzgarlas. El grupo desarrolló docenas de ideas. Algunas eran fuertes, otras no tanto, y unas pocas nunca funcionarían para ningún cliente. Lo único que importaba era que los jugos creativos fluían, y la energía en la sala se hacía más fuerte.

El facilitador facilitó

Después de esos primeros ejercicios, el resto de la reunión transcurrió sin sobresaltos, y los asistentes salieron de la sala con una sonrisa en la cara y con un impulso extra en el paso. Laura y Santi estaban encantados con el trabajo del facilitador y se alegraron de tener múltiples ideas para compartir con el cliente. Incluso después de la reunión, tanto Santi como Laura comentaron que el anquilosamiento había abandonado por completo al equipo, y que el departamento creativo estaba realizando uno de sus trabajos más inspirados en años.

Y ese es el poder que puede aportar la facilitación. Un facilitador no sólo puede llevar a un equipo a donde necesita ir, sino que puede inspirar y revigorizar a un equipo mucho después de que se haya ido.

El futuro de la facilitación

El futuro de la facilitación es un paisaje en constante evolución. Al igual que la tecnología y el lugar de trabajo han cambiado drásticamente en los últimos años, el papel del facilitador también ha cambiado.

Hoy en día, cada vez se pide más a los facilitadores que ayuden a las organizaciones a adaptarse a la nueva normalidad de los entornos de trabajo remotos e híbridos. Los individuos se sienten aislados, los equipos no se sienten cohesionados, y los directivos que pasaron años aprendiendo a manejar a su equipo en persona están perdidos a la hora de avanzar. Aunque no sepamos adónde nos llevará el futuro del trabajo, muchos pueden estar de acuerdo en que alguna forma de este entorno podría perdurar durante mucho tiempo. Los directivos y líderes de las organizaciones que se tomen el tiempo de construir mejores estrategias ahora son los que ganarán y harán crecer sus negocios a largo plazo.

En conclusión

La facilitación es una de las claves para liberar todo el potencial de un equipo. No se trata de decir a la gente lo que tiene que hacer, sino de ayudarles a encontrar su propio camino y darles las herramientas que necesitan para tener éxito. Cuando se hace bien, la facilitación puede ayudar a los equipos a conseguir cosas que nunca creyeron posibles.

¿Qué te parece?

¿Podría la facilitación ayudar a impulsar un mejor trabajo entre tus empleados o equipo de liderazgo? Nosotros creemos que sí.

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