Kamasutra: 30 posturas sexuales fáciles para evitar la rutina de pareja en la cama

¿Sabes cuándo te tiras en un suelo nevado y sientes la imperiosa necesidad de mover los brazos y las piernas como un maníaco hasta que dejas tras de ti una forma parecida a un ángel? Pues eso no tiene nada que ver con esta postura sexual que vamos a explicarte. El ángel de nieve (o snow angel), como le llaman, es en realidad una especie de misionero invertido que consigue dar mucha chispa al sexo en pareja.

La mecánica es la siguiente. Ella se tumba boca arriba y él boca abajo, con la entrepierna de ambos encontrándose a medio camino a la misma altura. Las piernas: él las deja a ambos lados de su pareja, mientras ella rodea el cuerpo del otro con las suyas en forma de abrazo de koala para poder elevar la pelvis y facilitar la penetración. ¿Un consejo? Utilizar las nalgas de la persona que está arriba para controlar el movimiento. De lo más sexy.

Como no todo es penetración en esta vida, aquí traemos una postura para practicar sexo oral de una forma diferente y con la posibilidad además de añadir algún accesorio sexual para darle aún más emoción al asunto. Se la conoce como el estandarte, y no, no es un nombre en código para un vibrador gigante con forma de mástil. El estandarte es en realidad el cuerpo de la persona que va a estar de pie viviendo una experiencia de placer fabulosa.

Esta posición de sexo oral requiere que una persona esté de pie y otra de rodillas frente a ella. Quién será quién en este caso será a gusto del consumidor, o quizás podéis hacerlo en turnos o sacar número como en la carnicería. La persona levantada debe colocar una de sus piernas sobre el hombro de su pareja arrodillada, rodeando todo lo posible su cabeza. Sin ahogar, por favor. La manera en la que podemos convertir esta posición normalita en toda una experiencia es añadiendo algunas restricciones BDSM. No hace falta que seáis unos expertos en el tema: simplemente utilizad unas esposas para que la persona que está de pie mantenga los brazos en alto inmovilizados y sea su pareja quien tome el control del momento.

La mariposa es una postura que veríamos habitualmente en una clase de yoga, con los leggins bien apretados y escuchando música de relajación. Pero resulta que, en su sencillez, puede ofrecer un pequeño giro a la postura del misionero que proporciona un extra de placer para todos los involucrados.

Como sabes, la postura de la mariposa consiste en juntar los pies planta con planta, dejando las rodillas flexionadas y apuntando hacia lados opuestos. Esta es la posición que deberá adoptar ella, acostada en la cama boca arriba. Y lo siguiente ya lo imaginas: su pareja se coloca encima boca abajo y comienza la penetración mientras se mantiene la mariposa. ¿Qué conseguimos con esto? Una penetración más profunda, más placer para ella gracias a la apertura de la pelvis y mucho contacto piel con piel.

Esta postura se va a convertir en una de vuestras favoritas si conseguís realizarla correctamente. Vais a necesitar una silla y algunas horas de gimnasio, pero en esencia es bastante sencilla de realizar. Eso sí, no es tan fácil conseguir el movimiento deseado. Se la conoce como el portátil, imaginamos que porque la mujer debe plegar su cuerpo casi como si fuese la tapa de un portátil. O quizás solo es un nombre aleatorio que no significa nada. Quién sabe.

Como vemos, todo empieza con una silla. Uno sentado, y la otra sobre él mirándole a los ojos. Cuando estéis preparados, pasará lo siguiente: ella subirá las piernas hasta los hombros de él y se agarrará fuerte a su cuello para no caerse hacia atrás. Esto requiere de flexibilidad y fuerza por parte de la persona que está haciendo todo el esfuerzo. Como apuntábamos, el movimiento será todo un reto, pero, si conseguís encontrar el ritmo, esta postura os va a alucinar.

Si todas estas posturas sexuales no han conseguido hacer vuestras noches más emocionantes, o si simplemente queréis seguir experimentando con otras opciones, quizás es momento de considerar la posibilidad de hacer un trío. Son muchas las parejas que buscan a una tercera persona ocasional para pasar una noche de pasión compartida, aunque no nos olvidamos de aquellos que lo incorporan al ADN de su vida sexoafectiva con relaciones abiertas y poliamorosas.

Sea cuál sea vuestra situación, queremos incluir en esta lista (que mayoritariamente está dedicada a parejas de dos miembros) una opción más numerosa, y lo hacemos dándole una vuelta a una postura conocida: la amazona… que ahora es doble. Una postura absolutamente infalible, que consiste en que una persona se tumba en la cama boca arriba mientras con una practica la penetración (ya sea en amazona normal o invertida) y la otra se coloca en la posición del cabecero (esto es, sentada en la cara de la persona tumbada para recibir sexo oral). Quién ocupa qué posición en esta estructura depende totalmente de vosotros, o podéis ir haciendo una rotación.

¿Sexo con karaoke? Mmm no, pero esa idea deberías apuntarla porque suena divertidísima. Esta postura bautizada como factor X recibe ese nombre debido a la posición en la que se van a quedar vuestros cuerpos después de seguir nuestras instrucciones. Podríamos decir que es como la posición del misionero, pero con una vuelta de tuerca. Esta postura es tan sencilla como colocaros en la posición del misionero (ella abajo y él encima o viceversa) y entonces la persona que está arriba gira el cuerpo hasta colocarlo de forma perpendicular al cuerpo de su pareja formando, claro, una X. ¿O es una cruz? ¿O es un pájaro? Sea lo que sea, probadla: nos permite hacer las cosas interesantes sin salirnos demasiado de los moldes.

¿Sois de los que os gusta que haya mucho contacto piel con piel durante las relaciones sexuales? ¿Sí? Pues esta es la postura que debéis probar. Todas las posiciones de esta lista requieren un cierto contacto, como es obvio, pero estamos hablando de restriegue puro y duro, de sentir las gotas de sudor siendo arrastradas por el torso por la fricción. El nombre reptiliano de esta postura responde a la posición en la que acabarán los cuerpos, aunque no penséis demasiado en cobras durante el sexo u os entrará la risa tonta y no habrá quien lo remonte. Una persona se coloca abajo boca arriba y la otra encima boca abajo, quedando ambos cuerpos completamente pegados. Entonces buscamos la penetración sin abrir demasiado las piernas, buscando esa fricción, y entonces la persona que está liderando la postura, la que se coloca arriba, despega ligeramente la parte de arriba del cuerpo con la ayuda de sus brazos. La imagen resultante es como la de una serpiente venenosa a punto de atacar. El roce con el clítoris será increíble para ella.

En la liga de las posturas circenses y que requieren de abdominales bien trabajados, llegamos al acróbata, una postura que no es excesivamente compleja pero presenta una serie de retos. Principalmente que tu pareja consiga mantener el equilibrio y al mismo tiempo pasárselo bien mientras tú miras y disfrutas. ¡Te quejarás! En esta postura, el hombre se sienta en la cama (ya sea apoyado del cabecero o simplemente con sus brazos) mientras la mujer se coloca de la siguiente manera: los brazos como apoyo atrás, las piernas elevadas hasta los hombros de su pareja y buscando la posición para facilitar la penetración. Ella será quien lleve el movimiento mientras intenta no perder el equilibrio, así que no dudes en echarle una mano. Guiño, guiño. Y, sí, es una postura para estar relativamente en forma. Así que, a ello.

En el sexo es importante cambiar de escenario de vez en cuando. La cama es muy cómoda, pero a veces un lugar inesperado le da una chispa extra al momento. Esta postura, conocida como la bicicleta, necesita de una superficie plana, ya sea la mesa de la cocina o la lavadora. O donde os pille más cerca cuando os entra el calentón, vaya. ¿La tenéis? Pues al lío.

En esta postura, la mujer se estira sobre la mesa boca arriba, y coloca una pierna en el hombro de su pareja. La otra pierna puede quedar colgando o puede apoyarla en la cintura de la otra persona. Es una postura fantástica para ella (el clítoris recibe mucha estimulación desde esta posición), y también para ti, que tienes el control, manejas los ritmos y puedes buscar el contacto con su cuerpo con más facilidad. ¿Y por qué se llama la bicicleta? Porque podéis ir cambiando la colocación de las piernas dependiendo de vuestras sensaciones. A pedalear, amigos.

Si estáis buscando explorar con diferentes posturas sexuales, de esas que se prueban durante unos minutos antes de pasar a la siguiente, la araña (o también conocida como la mecedora) es perfecta. No vais a querer practicarla durante mucho tiempo, porque cansa un poco, pero posiblemente no lo necesitéis. Así de sexy y efectiva es.

Como veis en la imagen, tenéis que sentaros de frente con las rodillas dobladas y encajar vuestras piernas (con las de ella por encima, ojo) como si formaseis un solo cuerpo, como una araña con solo cuatro patas, e iniciar la penetración así. Solo tenéis que apoyaros con los brazos hacia atrás para no perder el equilibrio y coordinar bien el balanceo para que no resulte torpe. De nuevo, es maravillosa para aquellos que disfrutan del contacto visual, porque literalmente esta postura os pondrá frente a frente, uniendo vuestros cuerpos sudorosos por sus partes más excitantes. ¿Cómo resistirse?

Sencilla, pero vaya si es efectiva. El caracol puede parecer una variante aburrida de la postura del misionero, pero alterar la colocación de las piernas de la mujer lo cambia todo, especialmente para ella y sus posibilidades para llegar al orgasmo. Es posiblemente una de las posiciones más fáciles y placenteras del Kamasutra, ideal para las parejas que no quieren calentarse mucho la cabeza pero aun así quieren alcanzar el máximo placer.

La postura, como podemos ver, no tiene más misterio: la mujer, que está estirada boca arriba, coloca sus piernas en los hombros de su pareja, quien la penetra desde esa posición apoyando las manos en la cama. ¡Chupado! No te olvides de darle un extra a la postura con caricias, intensidad de miradas y buen movimiento pélvico. Además: es una posición ideal para el sexo anal. Ahí lo dejamos.