El filósofo y escritor John Stuart Mill nace en Londres en 1806. Desde su infancia, mostró una inteligencia fuera de lo común, siendo calificado como un niño superdotado. Como consecuencia, su padre dirigió su educación hacia el estudio de la filosofía clásica, el latín, la lógica, la física, la matemática, la economía y la política. Tomando en cuenta las numerosas exigencias respecto a la educación, a los veinte años padeció una prolongada depresión. Sin embargo, esto no lo detuvo a que años después incursionara en la escritura de su obra filosófica y a la política.
Durante su adultez, Mill realizó diversos ensayos de política económica, en los que desarrolló una nueva corriente: el utilitarismo. Así, la doctrina utilitarista se basa en el fundamento de que el valor de las cosas se halla en su utilidad; por lo que cada individuo sería libre de decidir sobre sus propios intereses de acuerdo a su utilidad. El principio utilitarista sería: «la mayor felicidad para el mayor número; es decir, se trata de una especie de egoísmo intelectual que promueve a la vez las relaciones humanas como mutuo beneficio.
Los aportes de las obras de John Stuart Mill lo llevaron a convertirse en uno de los más importantes filósofos y economistas inmersos en la política inglesa. A continuación, podemos encontrar algunas de sus frases más famosas.
Frases sobre la libertad
Todo aquello que sofoca la individualidad, sea cual sea el nombre que se le dé, es despotismo.
Sobre sí mismo, sobre su cuerpo y sobre su mente, el individuo es soberano.
La naturaleza humana no es una máquina que se construye según un modelo y dispuesta a hacer exactamente el trabajo que sea prescrito, sino un árbol que necesita crecer y desarrollarse por todos lados, según las tendencias de sus fuerzas interiores, que hacen de él una cosa viva.
La única finalidad por la cual el poder puede ser ejercido sobre un miembro es evitar que perjudique a los demás. Nadie puede ser obligado a realizar o no realizar determinados actos ni aunque así fuese la opinión de los demás.
El genio sólo puede respirar libremente en una atmósfera de libertad.
Frases sobre educación y sabiduría
Un discípulo de quien jamás se pide nada que no pueda hacer, nunca hace todo lo que puede.
Como fuerza social, un individuo con una idea vale por noventa y nueve con un solo interés.
Todas las cosas buenas que existen son fruto de la originalidad.
No quise decir que los conservadores sean estúpidos. Yo quise decir que la gente estúpida generalmente es conservadora.
La originalidad es la única cosa cuya utilidad no puede ser comprendida por los espíritus vulgares.
Frases sobre la felicidad
Pregúntate si eres feliz y dejarás de serlo.
Nunca, en verdad, vacilé en la convicción de que la felicidad es la prueba de toda regla de conducta y el fin de la vida.
Los únicos que son felices son los que tienen sus mentes fijas en algún objeto que no sea su propia felicidad.
Los principales elementos que integran una vida satisfecha son dos: la tranquilidad y el estímulo.
He aprendido a buscar mi felicidad limitando mis deseos en vez de satisfacerlos.
Después del egoísmo la principal causa de una vida insatisfactoria es la falta de cultivo intelectual.
Los hombres no actúan porque sus deseos sean fuertes, lo hacen porque sus consciencias son débiles.
Es mejor ser un humano insatisfecho que un cerdo satisfecho, es mejor ser Sócrates insatisfecho que un tonto satisfecho.
Frases sobre sociedad y política
No existe una mejor prueba del progreso de una civilización que la del progreso de la cooperación.
Las leyes no se mejorarían nunca si no existieran numerosas personas cuyos sentimientos morales son mejores que las leyes existentes.
Confieso que no me entusiasma el ideal de vida que nos presentan aquellos que creen que el estado normal del hombre es luchar sin fin para salir de apuros, que esa refriega en la que todos pisan, se dan codazos y se aplastan, típica de la sociedad actual, sea el destino más deseable de la humanidad.
Todos intereses egoístas se acaban con la muerte un sentimiento solidario mantiene su esplendor.
Todo ser humano debidamente educado siente un sincero interés por el bien público.
Que nadie apacigüe su consciencia con la ilusión de que no hace ningún daño al no tomar parte y no formarse una opinión. Los hombres malvados no necesitan nada más para alcanzar sus fines, que hombres buenos que los miren y no hagan nada.
Todo hombre lo bastante inteligente y generoso para aportar a la empresa su esfuerzo, por pequeño e insignificante que sea, obtendrá de la lucha misma un noble goce que no estará dispuesto a vender por ningún placer egoísta.
Hacer lo que uno quiere y amar al prójimo como a uno mismo constituye el ideal de perfección de la moral utilitaria.
Referencias
- Arnau, H., Gutiérrez, J., Navarro, G. (1993). ¿Qué es el utilitarismo?. Ciencias Humanas y Sociales.
- Escartín, E. John Stuart Mill. Historia del Pensamiento Económico. Extraído de: https://personal.us.es/escartin/John_S_%20Mill.pdf
