Veteranísimos aficionados europeos reconocen un aire familiar cuando ven agruparse para el tiro a Boris Babacar Diaw-Riffiod, número 13 de Francia y 33 en los San Antonio Spurs: Boris ejecuta exactamente la misma mecánica de tiro de su madre, Élisabeth Riffiod, 247 veces internacional y excapitana del equipo nacional femenino de Francia.

Su altura de 1,87 hizo a Riffiod una gran pívot en los años 70, pese a la anemia juvenil. En el INSEP, el equivalente francés del INEF, el Instituto Nacional de Educación Física en España, Riffiod se enamoró del senegalés Issa Diaw, saltador de altura. Tuvieron dos hijos, Boris y Martin. Issa regresó a Senegal , donde hoy trabaja como abogado.

En funciones de madre soltera, Élisabeth crió a los chicos… y les enseñó a jugar a baloncesto: “Fue hasta que yo tuve altura y rapidez para poder con ella; entonces dejó de jugar conmigo”, bromea hoy Boris (2,03), quien heredó de su madre la baja frecuencia cardíaca: 32 pulsaciones para Élisabeth, y 35 para Boris que analiza: “Si queremos ser campeones tenemos que ganar al campeón, el mejor equipo de Europa: y ese es España”.