Capitalismo financiero

Capitalismo financiero

El Estado, el poder público, conformó los primeros bancos centrales, dotados de capacidad de emitir dinero, pero también de dar crédito. Hubo una convergencia entre la política y la economía, una mayor influencia del gobierno y del sector público. El abogado Albert Venn Dicey, consideró amenazante este avance de colectivismo, en contraposición de la tradicional empresa individual o voluntaria, de la economía de mercado libre competitiva que había sido real a mediados del siglo XIX. La mano invisible, explicación que había dado Adam Smith respecto al empuje que se le daba a la economía, fue cada vez más visible. Así, se fue consolidando un amplio sistema bancario.

Un reducido número de bancos y de sociedades anónimas, sustituyeron rápidamente a los pequeños bancos: en Inglaterra el Lloyds Bank absorbió 164 de ellos y a partir de 1900, el viejo banco local británico se convirtió en una curiosidad histórica.

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Fachada del antiguo edificio de Lloyds en Londres

También hubo bancos especializados en mercados pequeños y medianos ahorradores y en operaciones de descuento, anticipos y créditos a corto y mediano plazo, incluso, préstamos a los gobiernos y a las grandes empresas manufactureras y de transporte. La banca de negocios se relacionó con el incremento de las necesidades inversoras que provocó el avance de la industrialización y concretamente con el aumento de las industrias de bienes intermedios y de inversión. Así fue como se dio una transformación en la estructura y la forma de operar en la empresa capitalista. Frente a la concentración de capital, las empresas se pudieron diferenciar entre empresa y gran empresa, de esta forma los observadores buscaron etiquetas para intentar definir lo que parecía una nueva fase de desarrollo económico.