Olga Kurylenko, la pasión turca de "El maestro del agua" - decine21.com
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La actriz vuelve a protagonizar una película relacionada con la guerra

Olga Kurylenko, la pasión turca de "El maestro del agua"

A Olga Kurlylenko le gusta dar guerra, pues ha participado en cintas sobre la guerra civil española ("Encontrarás dragones") y el conflicto checheno ("La conspiración de noviembre"). Ahora se mete en la piel de una mujer turca, víctima de la Primera Guerra Mundial. Charlamos con ella sobre el desafío que le ha supuesto este papel, y de su reciente trabajo en una película española, a las órdenes de Fernando León de Aranoa.

Olga Kurylenko, la pasión turca de "El maestro del agua"

¿Cómo ha sido la experiencia de que le dirija un actor como Russell Crowe?

Russell es maravilloso, ha sido una persona comprensiva. Precisamente por ser actor, nadie mejor que él sabe cómo se siente un actor ante la cámara. Da las directrices muy bien. Dispone las mejores circunstancias para el trabajo del actor. De algún modo es sorprendente, no complica la cosas. En casi todos los rodajes hay imprevistos que lían las cosas, pero aquí todo ha marchado perfectamente.

¿Cómo ha preparado Olga Kurylenko su personaje en El maestro del agua de una mujer turca a principios del siglo XX?

Tuve que hacer mucha investigación sobre la época, y vi muchos documentales, especialmente sobre la batalla de Gallípoli y la mujer turca. Viajé a Estambul y conocí a dos mujeres que me sirvieron mucho para hacerme una composición de mis escenas, por ejemplo de leer en los posos del café. Conocí una situación exactamente igual que la de la película, de una mujer viuda que rechazaba casarse con el hermano de su esposo. Era muy interesante conocer las costumbres y caer en la cuenta de cien años después persisten. Realmente deberías poder elegir en una situación así, allí las cosas no cambian como en otras sociedades como la nuestra.

El turco es una lengua que no había manejado nunca antes. Hablo varios idiomas, pero esto no me ayudó, pues pertenece a otra familia de lenguas completamente distinta. No podía asociar ninguna de las palabras que conocía al turco. Tiene una musicalidad, y me ayudaron mucho dos entrenador y un programa, el Rosseta Stone. Aprendí las nociones básicas, lo que me ayudó mucho, no quería ser como un loro que repite lo que aprende sin tener ni idea de lo que está diciendo.

El actor que hace de mi padre es turco y mucho de lo que hicimos fue improvisado, logré entenderle y esto me hizo mucha ilusión. Me encanta aprender idiomas, es uno de los gustazos que me ofrece mi trabajo de actriz. Y es difícil actuar si no entiendes o no sabes lo que dices.

Ha trabajado con directores de la talla de Terrence Malick, Roland Joffé o Fernando León de Aranoa. ¿Qué cualidades ha detectado en Russell Crowe como director?

Es un director de verdad. No es un actor que está intentando dirigir, lo que es increíble. Tiene todas las cualidades, parece que hubiera dirigido antes, lo lleva en su sangre. Es natural y ayuda. Habla el idioma de los actores. Sabe, y además no se expresa como director sino como actor, con los actores. Entiende bien el entramado y la psicología de las personas que tiene delante de él.

Ha hecho una película sobre la guerra y las cicatrices de la guerra, tema recurrente en su carrera. Y su país de origen, Ucrania, también padece una situación de guerra.

Me gusta mucho esta película por su perspectiva, como dice Russell Crowe, no toma partido, es una película antibélica. Expresa el punto de vista de todos los bandos, lo exploramos, y entendemos por qué cada uno actúa como actúa en ese contexto, se respetan. En la película no hay enemigos. Tampoco hay ganadores. Todos son perdedores de alguna manera. La gente acaba preguntándose por qué luchamos, por qué morimos. Se pierden vidas humanas, y nos preguntamos si de verdad merece la pena. Por supuesto que las cosas son complicadas, pero la pregunta late. Qué está ocurriendo, donde está la verdad. Hoy en día, que nos consideramos tan educados, con una sociedad muy desarrollada, en que cultivamos el respeto y la tolerancia, resulta increíble que siga ocurriendo lo mismo, y que no seamos capaces de resolver las cosas hablando y negociando.

Su personaje no sólo debe hablar turco, sino que muchas veces es expresivo con silencios, o un simple gesto. ¿Cómo lo ha interiorizado?

Psicológicamente la composición resulta muy interesante. Es una mujer que lo tiene difícil para salir adelante con su hijo en la postguerra. Es una viuda que sufre y debe proteger al niño, y no lo dice que su madre ha muerto, con lo que también se está mintiendo a sí mismo. Debe protegerle y conservar la esperanza de que quizá su marido vuelva un día, aunque sea poco realista. El personaje tiene muchas capas. Tiene momentos de expansión cuando baila y toca el piano, en medio de la tristeza. La relación con Joshua Connor es muy interesante, porque no deja de ser el enemigo. Hablamos de cómo el dolor puede acabar uniendo a las personas, esto es muy humano. Y por supuesto, les une el niño. A través de sus ojos cambia su opinión acerca de quien veía como el enemigo. Esto ocurre gradualmente. Es muy interesante que aprenda a ver a un hombre a través de los ojos de un niño.

¿Qué proyectos tiene? ¿Le gustaría hacer una comedia?

Sí, me gustaría hacer una comedia. Desde luego es un desafío. La película de Un día perfecto de Fernando León de Aranoa es una comedia muy oscura, que aborda cuestiones graves, aunque mi personaje no es muy divertido. Me gustaría poder hacerlo, pero haces lo que te ofrecen, y la gente no parece pensar en mí para la comedia, me ve más en dramas. Pienso que es raro hacer que un actor haga drama y comedia. De hecho, tengo una idea, como una sinopsis de trama de comedia, me encantaría que alguien la hiciera.

Para elegir un papel, lo que leo me debe conmover. Es algo intuitivo que no se puede explicar. También me atrae hacer algo que no haya hecho antes.

¿Le gustaría imitar a Russell Crowe y dirigir?

No, no. Escribir sí, pero no dirigir. Es muy complicado. Plasmar mis pensamientos por escrito, en papel, sí.

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