Se pensaba que hab�a s�lo un golpe, que se hab�a ca�do en el jard�n de su lujosa vivienda de Brentwood, Essex (Reino Unido). Se apuntaban a causas naturales, secuelas de una operaci�n reciente. Pero el cuerpo de John Palmer, conocido como Goldfinger, uno de los delincuentes m�s controvertidos de la historia reciente, lleg� a la sala de autopsias. Y all� aclararon que la naturaleza nada tuvo que ver en la muerte de uno de los hombres m�s perseguidos, vigilados, investigados, detenidos y liberados de la historia delincuencial europea.
El crimen se perpetr� el pasado 1 de julio, en v�speras de que Goldfinger tuviera que sentarse en el banquillo de los acusados en Espa�a, en la Audiencia Nacional. La Fiscal�a ten�a previsto pedir que Palmer fuera condenado por asociaci�n il�cita, estafa, blanqueo de dinero y tenencia il�cita de armas, delitos por los que estudiaba solicitar m�s de 14 a�os de prisi�n.
Seg�n el relato de la acusaci�n, Palmer cre� a principios de los a�os 80 una estructura empresarial en las Islas Canarias que se convirti� en una maquinaria �perfecta� para realizar estafas en la venta de apartamentos a tiempo compartido entre 1993 y 2002, a�o en que fue detenido. Hubo m�s de 200 afectados por su estafa, seg�n se recoge en la investigaci�n judicial.
John Palmer, en el sur de Tenerife. EL MUNDO
Pero Palmer no ha podido comparecer ante la Audiencia. De 64 a�os de edad, recibi� dos disparos de un calibre tan m�nimo que apenas fueron detectados en el reconocimiento inicial visual. �Un trabajo de profesionales�, apuntan desde fuentes policiales que han conocido los detalles del asesinato.
Fue detenido en una de las efectistas operaciones de Baltasar Garz�n, bautizada como Alpine, que acab� con 11 personas detenidas y registros en 24 inmuebles en Playa de las Am�ricas y Maspalomas. El trabajo policial permiti� bloquear m�s de 60 cuentas bancarias y 50 sociedades ubicadas en Espa�a y en para�sos fiscales.
Palmer hab�a abandonado Reino Unido y se hab�a asentado en Canarias, en Tenerife. Con �l, su guardia de corps. Porque Palmer no era un delincuente m�s, era el jefe de un complejo entramado vinculado a todo tipo de actividades, tanto l�citas como il�citas.
Las pesquisas sobre �l se fueron convirtiendo para los responsables de la Audiencia Nacional en una aut�ntica carrera de obst�culos. Las pistas llevaban a las Islas Caim�n, pero cuando se localizaba un refugio vinculado a Palmer, un incendio sin autor aparente hac�a desaparecer toda la documentaci�n. No fue el �nico incidente. En otro de los para�sos fiscales donde se presum�a que Palmer ocultaba documentaci�n, un tornado destroz� su oficina. Cada paso que se daba, la �naturaleza� proteg�a al sospechoso.
Ahora, los investigadores brit�nicos han contactado con Espa�a para conocer los detalles de las pesquisas que aqu� se llevaban a cabo sobre el asesinado, por si su muerte pudiera tener alg�n tipo de relaci�n con el juicio que ten�a pendiente. �Igual a alguien no le interesaba ahora que Palmer estuviera ante un juez en Espa�a�, apunta un conocedor del sumario. Estaba previsto citar a Goldfinger como acusado en Madrid durante el pr�ximo oto�o. En el momento de su captura en Espa�a, lleg� a tener siete complejos que inclu�an apartamentos, restaurantes, boleras y su yate, am�n de su propio avi�n y un helic�ptero.
Anteriormente, Palmer fue encarcelado por el Tribunal de Asuntos Criminales de Londres por su participaci�n en una estafa con los paquetes vacacionales (time-sharing), que cost� miles de libras a muchos ciudadanos extranjeros, que vieron c�mo se esfumaban sus ahorros a cambio de pasar 50 d�as de vacaciones en apartamentos de las Islas Canarias. Desde su ingreso en prisi�n, Palmer, seg�n la acusaci�n oficial, utiliz� a Richard Cashman como su �mano derecha o lugarteniente� de todo el entramado criminal bajo su mando. �Soy un tipo importante de la organizaci�n de Palmer�, apuntaba Cashman en las conversaciones telef�nicas donde daba orden de propinar palizas a individuos de organizaciones rivales, que son ahora las principales sospechosas de su asesinato.
Seg�n fuentes de la Audiencia, Palmer cre� a principios de los a�os 80 una estructura empresarial en las Islas Canarias que se convirti� en una �maquinaria perfecta� para realizar estafas en la venta de apartamentos a tiempo compartido.
Fue tras su paso por la prisi�n de Londres cuando cre� su imperio en Tenerife, donde se estableci� tras huir del Reino Unido tras haber sido acusado de ser el cerebro del robo a mano armada de 3.500 kilos de oro en lingotes en el aeropuerto de Heathrow, Londres, en 1983. De madrugada, seis hombres enmascarados y armados con pistolas autom�ticas, rociaron con gasolina a los vigilantes de una empresa de seguridad muy pr�xima al aeropuerto de Heathrow, a las afueras de Londres. Palmer fue detenido y acusado de derretir el oro en una joyer�a de su propiedad.
Nunca se pudo demostrar su participaci�n en el robo de los 3.500 kilos de oro. Palmer ten�a una fundici�n y se sospech� que fue all� donde se fundieron los lingotes: 23 millones de libras esterlinas era su valor en los a�os 80.
Durante su etapa en Tenerife, su mano derecha era el liban�s Mohamed Derbah, que junto a Dennis Arthur New y Richard Cashman fueron su guardia pretoriana. Curiosamente, New muri� en su casa de Tailandia en marzo tras sufrir un infarto.
