Javier Gallego: Este sistema produce enfermos y no da soluciones, sino placebos - Infobae

Javier Gallego: Este sistema produce enfermos y no da soluciones, sino placebos

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Naiare Rodríguez Pérez

Zaragoza, 12 may (EFE).- El periodista y escritor Javier Gallego lamenta ver a los jóvenes en un callejón sin salida porque no se les ofrecen opciones ni posibilidades de ir hacia un futuro, además de observar que "este sistema produce enfermos y no da soluciones, sino placebos".

Gallego (Madrid, 1975), director del programa de radio 'Carne Cruda', ha presentado en Zaragoza su novela 'La caída del imperio' y ha asegurado, en una entrevista con EFE, que "la evasión existe cuando la realidad de fuera es inhabitable e inevitable", ya que en ella también hay una forma de "protesta" y de interés por "salirse de un sistema que no cuida a las personas". "Cuando el sistema es una cárcel, la evasión es una pulsión necesaria", ha agregado.

No obstante, ha resaltado que, pese a las crisis permanentes y estar ante una "encrucijada histórica por volver a los valores de padres y abuelos", hay jóvenes que "acampan en contra del genocidio en Gaza".

Pregunta: Con este libro debuta en la literatura. ¿Qué es 'La caída del imperio'?

Respuesta: Es el imperio de la juventud y el amor, así como de la sociedad capitalista que vivimos. Planteo dos crisis, la personal de un grupo de amigos, y la crisis social, económica y política del momento. Me interesaba ver cómo una afectaba a la otra. Sin embargo, los jóvenes luchan por ser ellos en momentos de derrumbamiento.

P: Se habla de la precariedad planificada y de la crisis permanente. ¿Cómo ve a la sociedad actual?

R: Veo a los jóvenes en un callejón sin salida porque realmente no se les ofrecen opciones ni posibilidades de ir hacia un futuro. Es diferente a mi generación, ya que sí vislumbrábamos un horizonte de mejora, aunque después se viniera abajo con la crisis. Los jóvenes actuales han nacido en una crisis permanente y viven un no futuro. Cuando no tienes un futuro por delante hay un peligro de que puedas darte la vuelta e ir hacia atrás a buscar un pasado que no conoces, pero que te aseguran que ha sido mejor.

P: Se contraponen dos tipos de juventudes...

R: Está la juventud como una rebeldía reaccionaria y la que se moviliza por los derechos humanos. Lo estamos viendo ahora, por ejemplo, con las acampadas que hay en contra del genocidio en Gaza. Pese a la crisis bélica, sanitaria, climática, política y económica, siguen pensando que la juventud es la que tiene que cambiar el mundo para hacerlo mejor. Después hay quienes intentan volver a los valores de padres y abuelos. Estamos en una encrucijada histórica, pero esperemos que ganen las ideas de progreso y no las de retroceso.

P: ¿Cómo de importante es visibilizar la salud mental?

R: Vivimos en un mundo que no pone en el centro a las personas y que, incluso, las descuida y desprotege. Esto genera enormes cantidades de ansiedad, estrés y depresión. Es difícil no sentir ansiedad cuando no tienes futuro por delante y no ves la manera de salir. Sin embargo, los jóvenes no tienen posibilidad de encontrar una solución médica a esto porque no tienen dinero. Al final, la terapia es para quien pueda pagarla. Este sistema produce enfermos y no da soluciones, solo placebos.

P: ¿Hay transgresión o evasión en este fin de semana?

R: Creo que el contexto de la fiesta es una construcción literaria para contar la vida de estos personajes. En realidad, empieza por la diversión, pero poco a poco van a ir descubriendo que también hay drama, inquietud, desamor o afectos. Hay evasión cuando la realidad ahí fuera es inhabitable e inevitable. En ella hay también una forma de protesta y salirse de un sistema que no cuida a las personas. Cuando el sistema es una cárcel, la evasión es una pulsión necesaria. También creo que es transgresor porque este grupo de personajes quiere vivir en los márgenes y salirse del carril que les han marcado porque no conduce a ningún sitio.

P: En el libro juega con el lector y utiliza diferentes tipografías.

R: Si en la noche se rompen muchas normas sociales, también había que romper las convenciones lingüísticas y estilísticas. Quería ser coherente con el momento que narraba y que la experiencia del lector fuera total. Soy defensor de que la forma te cuenta el fondo y buscaba entrar en la conciencia de los personajes.

P: El 15M aparece como marco, un momento de grandes avances sociales.

R: El 15M supuso un gran cambio de conciencia radical porque nos dimos cuenta de algunos de los problemas estructurales que tenía nuestra democracia. Había falta de derechos y de transparencia. No se ha conseguido lo que pedíamos, pero sí que ha habido avances por las réplicas y las leyes aprobadas desde entonces. Todavía hoy siguen algunos debates que en su día se pusieron por primera vez sobre la mesa. EFE

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nrp/ipl/cc

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