Hindenburg: ¿accidente o sabotaje?

En la entrada anterior, revisamos la historia de los dirigibles alemanes y su máximo representante, el Hindenburg. Tal y como lo prometí, hoy nos centramos en las posibles causas del desastre, posible sabotaje, que acabó con el Titanic del aire.

No es tarea fácil, pues el Hindenburg quedó completamente calcinado. Poco quedó que pudiese investigarse para dilucidar las causas del fuego. La tarea era aún más difícil hace 80 años, cuando la tecnología y la ciencia forense no estaban tan adelantadas como ahora.

La investigación de las causas comenzó en las horas siguientes a la catástrofe, cuando el diesel de los motores aún ardía y el hangar principal de la Base Naval de Lakehurst servía de hospital para los heridos.

Las posibles explicaciones eran tres: sabotaje, fallo humano o fallo técnico. También era posible una combinación de dos factores. Todo era, y es, posible.

Posible sabotaje del Hindenburg

Posible sabotaje en el Hindenburg

Nunca está demás recordar la época y el lugar en el que el Hindenburg fue construido, la Alemania nazi. Dichas circunstancias sin duda tuvieron mucho que ver con la existencia del más grande de los dirigibles, y posiblemente con su final.

Aunque Hugo Eckener, el diseñador del Hindenburg, estaba en contra del nacionalsocialismo, había recibido una cuantiosa subvención del gobierno para construir su sueño. Había vendido su alma al diablo, y muchos creyeron que la relación le pasaría factura.

Desde el principio, el Comandante de la base, Charles Rosendahl, pensó que había sido un sabotaje. Y no era para menos. Antes de despegar, la embajada alemana en Nueva York había recibido una amenaza.

Además, el Hindenburg era una nave muy segura, a pesar de estar cargado con miles de toneladas de hidrógeno. De hecho, hasta ese momento, los dirigibles Zeppelin tenían un récord perfecto, ninguno de sus pasajeros o miembros de la tripulación había sido herido.

Cuando la prensa encontró a Eckener en Viena, a la mañana siguiente al percance, este indicó que había que considerar cualquier posibilidad, incluso el sabotaje.

Ya lo puse ayer, pero no está de más repetir el vídeo del accidente:

Los posibles culpables

Tanto la empresa como los miembros de la tripulación, creían que el Hindenburg era tan seguro que la explosión sólo podía deberse a un sabotaje. Simplemente no podían creer que algo hubiese fallado en el dirigible.

Claro está, si se trataba de un sabotaje tendría que haber un culpable, o varios. Una de las primeras tareas de los investigadores, alemanes y estadounidenses, fue revisar la lista de pasajeros y de la tripulación, para ver si encontraban algo sospechoso.

Para empezar, ninguno de los sobrevivientes de la tripulación creyó que algún compañero pudiese ser culpable.Era un grupo muy unido, comprometido con la empresa, y con la nave, de la que estaban muy orgullosos.

Se conocían demasiado bien entre ellos, y coincidieron en que la posibilidad de un sabotaje por parte de un miembro de la tripulación era casi inexistente. La empresa y la seguridad nazi, que no era poca, ya habían investigado a todos los trabajadores. El culpable, en todo caso, debía ser un pasajero.

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Joseph Späh

Uno de los sobrevivientes del accidente fue el acróbata alemán Joseph Späh. Inmediatamente, Späh fue considerado el sospechoso número uno. La razón principal es que, durante el viaje, había hecho muchas bromas sobre Hitler y el Tercer Reich.

Späh se ganaba la vida haciendo acrobacias en rascacielos y otros lugares peligrosos. Era como Joseph Spahun acróbata de circo, pero que tenía sus propio espectáculo. Precisamente volvía de Alemania después de una gira, para reunirse con su esposa e hijos que vivían en Nueva York.

Otra razón por la que Späh era sospechoso, se debía al hecho de que en el vuelo del Hindenburg, traía un perro de regalo a sus hijos.

Por razones de seguridad, el perro estaba alojado en las bodegas del dirigible, y Späh tenía que ir de vez en cuando a alimentarlo: Según los teóricos del sabotaje, en esas incursiones tuvo tiempo de poner una bomba.

Pero aparte de esas sospechas, no se encontró ninguna prueba para culpar a Späh. La GESTAPO lo investigó, y no encontró nada, y los investigadores del desastre no pudieron encontrar ningún rastro de explosivos.

Varios pasajeros más fueron investigados, sin éxito.

La investigación de Eckener

El creador del Hindenburg viajó a Estados Unidos tan pronto se enteró de la noticia, llegando Lakehurst una semana después. Lo primero que hizo fue acercarse a los restos calcinados, donde estuvo varias horas observando su estado.Hugo Eckener, diseñador del Hindenburg

Sin participar en los primeros días, Eckener estuvo presente en todas las entrevistas a la tripulación, los pasajeros y los testigos. Quería saberlo todo. Del Hindenburg, ya lo sabía todo.

Al no encontrar pruebas de sabotaje alguno, Eckener comenzó a darle forma a una explicación. El Hindenburg, como estaba diseñado, no podía explotar así como así. Algo había pasado, o más bien, varias cosas tenían que suceder para provocar una conflagración.

Eckener revisó su diseño, y buscó las posibles causas, que luego asoció con la información dada por los testigos. De lo que no cabía duda, era de que el hidrógeno había entrado en contacto con una chispa.

¿Qué pudo suceder?

Un cúmulo de casualidades era necesario para que una explosión tuviera lugar en el Hindenburg. Primero, al menos una bolsa de gas debía haberse pinchado para dejar escapar su contenido. Segundo, y al mismo tiempo, fuego o una chispa debía entrar en contacto con el hidrógeno.

La primera parte, según Eckener, tenía una posible explicación. Durante la maniobra de acercamiento, el Capitán Pruss había ordenado dos giros bruscos. El Hindenburg, en principio, era capaz de soportar dicha maniobra.

Desastre del Hindenburg, posible sabotaje

Desastre del Hindenburg, posible sabotaje.

Pero en la práctica, también era posible que, debido al estrés causado por la maniobra, alguno de los cables se hubiese roto. Al romperse, la fuerza del latigazo pudo haber rasgado una de las bolsas de gas. Casi seguro había sido la bolsa 4.

Poco antes de la explosión que acabó con el Hindenburg, un testigo dijo haber visto un movimiento fluctuante en la parte superior. Muy posiblemente era el gas fugado de su bolsa.

La chispa de la muerte

Entre los defensores de la teoría del accidente, como Eckener, muchos pensaban que una chispa podía haber encendido el gas. Otros creían que un relámpago era el culpable (otra chispa, pero muy grande).

La del relámpago quedó descartada porque, a pesar de que una tormenta había pasado sobre la base unas horas antes, nadie vio ningún rayo. Pero había otras opciones, por ejemplo, la acumulación de electricidad estática, o el fallo de un motor.

Los propulsores también se descartaron como causas. Habían sobrevivido el desastre en buena forma, y se pudo comprobar que no habían fallado. Además, los motores iban por fuera del dirigible, a varios metros de distancia, y no era posible que una chispa salida de ellos pudiese llegar tan lejos.

Restos del Hindenburg

Restos del Hindenburg en llamas.

La posibilidad de que la electricidad estática haya sido la causa de la chispa misteriosa tuvo más defensores. El Hindenburg había pasado a través de varias tormentas, y es posible que las cargas se hubiesen acumulado en su cubierta exterior. Eso es lo que pensó Eckener.

Accidente o sabotaje

El diseñador del dirigible más grande de la historia compareció ante la comisión investigadora con su informe. Pocos conocían la nave tan bien como él, y pocos tenían tanta experiencia como piloto de dirigible como él.

Eckener explicó que el creía que había sucedido lo siguiente:

  1. El Hindenburg había acumulado estática en las últimas horas.
  2. Durante las maniobras de aproximación, los giros bruscos provocaron que un cable se rompiera, y este rasgara una de las bolsas de gas.
  3. El hidrógeno se acumuló en la parte superior del globo.
  4. Al momento de soltar las amarras para que los equipos terrestres ataran al dirigible, las cuerdas se mojaron con la lluvia, haciendo tierra.
  5. La carga electrostática provocó una chispa, que encendió el gas acumulado dentro del dirigible, pero fuera de su bolsa.
  6. El hidrógeno suelto explotó, aumentando la temperatura, y provocando que la siguiente bolsa de gas se derritiera, y soltara más hidrógeno, provocando una reacción en cadena.

Nunca lo sabremos

La teoría de lo que sucedió aquella tarde explicada por Eckener es la más aceptada. Aún así, no hay consenso. Hay muchos que aún piensan que el Hindenburg fue víctima de un sabotaje. Algunos creen que el mismo Hitler ordenó el sabotaje, para castigar a Eckener de su antifascismo. Patrañas.

Nunca se encontró ningún resto de bomba, ni de explosivos. No se encontró ninguna evidencia de sabotaje. Pero es muy probable que nunca sepamos a ciencia cierta qué provocó la tragedia del Hindenburg. Quedará como uno de esos grandes misterios para la historia.

Y tú, ¿qué crees? No dejes de comentarlo aquí abajo, y si te gustó, te agradeceré compartas esta entrada. ¡Feliz domingo!

2 thoughts on “Hindenburg: ¿accidente o sabotaje?

  1. Interesante artículo. Creo que fue un accidente. La desgraciada sumatoria de coincidencias. Salvando las distancias, lo que le paso al Titanic.

    • Hola Juan Carlos,
      yo creo lo mismo, lo que creyó Eckener, que fue un accidente. Es verdad que bien puede parecer otra cosa, pero no hay evidencia, y eso es lo que manda. Un triste accidente, como el del Ttanic…
      Muchas gracias como siempre y un saludo.

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