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Idealismo: Wilson.

Wilson, siendo uno de los principales autores idealistas, tiene una ca...
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Teoría De Las Relaciones Internacionales

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Universidad Católica de Córdoba

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UNIDAD 4 WILSON

Kissinger, Henry. Dos factores proyectaron a los EE. a los asuntos mundiales: su poder, en rápida expansión, y el gradual desplome del sistema internacional centrado en Europa, bajo dos presidencias la de Theodore Roosevelt y la Woodrow Wilson. Los hizo repudiar los lemas de la diplomacia europea: que el equilibrio del poder destilaba una armonía última a partir de la competencia entre intereses egoístas; y que las consideraciones de seguridad suplantaban los principios del derecho civil, que los fines del Estado justificaban los medios. La Doctrina Monroe, proclamaba en 1823, convirtió en foso protector al océano que separaba a Europa de los EE. La Doctrina Monroe dio el siguiente paso al declarar que Europa no debía inmiscuirse en los asuntos de América. La Doctrina Monroe justificaba la intervención norteamericana no sólo contra una amenaza ya existente, sino contra toda posibilidad de un desafío abierto: casi como lo hiciera el equilibrio del poder. Wilson estaba proclamando no era que los EE. se retiraban del mundo, sino la aplicabilidad universal de sus valores y, con el tiempo, el compromiso norteamericano de difundirlos. Lo puso al servicio de una ideología de cruzado:

● EE. obliga a servir como faro de libertad para el resto de la humanidad. ● La política exterior de las democracias es moralmente superior porque el pueblo es amante de la paz. ● La política exterior debe reflejar las mismas normas morales que la ética personal.

Ya desde 1915 Wilson había postulado la doctrina de que la seguridad de los EE. era inseparable de la seguridad de todo el resto de la humanidad. Implicaba el deber de los EE. sería oponerse a la agresión en cualquier parte. Nada que concierna a la humanidad “puede sernos ajeno o indiferente”. Por tanto, los EE. tenían carta blanca para intervenir en el exterior. La guerra no era consecuencia del choque de intereses nacionales perseguidos sin moderación, el verdadero culpable no era la nación alemana, sino el propio emperador alemán. El 22 de enero de 1917, antes de que los EE. entraran en la guerra, proclamó Wilson que su objetivo era una “paz sin victoria”. La paz requería “una asociación de naciones democráticas”. Wilson atacó al orden internacional que había precedido a la guerra, tildándolo de sistema de “rivalidades organizadas”: “No debe haber un equilibrio de poder, sino una comunidad de poder; no rivalidades organizadas, sino una paz común organizada”. Comunidad de poder como seguridad colectiva, Wilson propuso defender el orden internacional mediante el consenso moral de todos los amantes de la paz. Para institucionalizar ese consenso, propuso la Sociedad de Naciones. En opinión de Wilson, habían de ocurrir al menos dos cambios en el gobierno internacional: La difusión de gobiernos democráticos por todo el mundo y la elaboración de una “nueva y más sana diplomacia” basada “en el mismo código de honor que exigimos a las personas”. Una agrupación universal de naciones de gran

parte democráticas actuaría como “fideicomiso de paz”, remplazando los viejos sistemas de equilibrio del poder y de alianzas.

Roosevelt, la paz era esencialmente frágil y sólo se podría conservar mediante una eterna vigilancia, por los brazos de los fuertes y por alianzas entre los de ideas afines.

Los EE. desdeñaron el concepto de equilibrio del poder, consideraron inmoral la práctica de la Realpolitik. Las normas norteamericanas para el orden internacional eran la diplomacia, la seguridad colectiva y la autodeterminación.

Las naciones democráticas eran pacificas; los pueblos a los que se otorgara la autodeterminación ya no tendrían razón alguna para ir a la guerra o para oprimir a otros. Y una vez que todos los pueblos hubiesen probado los beneficios de la paz y la democracia, sin duda se levantarían como uno solo para defender sus logros. La diplomacia europea es una propensión a la guerra, que había que combatir o equilibrar. Se formaban alianzas en busca de objetivos específicos y definibles, y no en la defensa de la paz en abstracto.

El mundo con que soñaba Wilson se basaría en principios, no en poder; en el derecho, no en intereses.

Wilson describió la Sociedad de Naciones como un tribunal internacional para zanjar disputas, alterar fronteras y dar a las relaciones internacionales una muy necesaria elasticidad. Por medio de la Sociedad de Naciones estamos dependiendo básica y principalmente de una gran fuerza, y está es la fuerza moral de la opinión publica del mundo.

.

Zorgbibe, Charles.

El mensaje del 8 de enero de 1918 era un manifiesto o declaración formulado unilateralmente por el mismo, siendo que no había logrado obtener una declaración explicita de los Aliados sobre sus objetivos de guerra. Este discurso seria el “instante moral” decisivo de la guerra.

Los acontecimientos de Rusia presionan también a Wilson, porque los bolcheviques habían iniciado negociaciones para una paz separada con Alemania, paz de un nuevo tipo, fundada en la renuncia a las conquistas y en el deseo de los pueblos de disponer de ellos mismos. Abogaban por esa “paz sin victoria” tan querida para Wilson pero denunciaban la antigua diplomacia secreta, a la par que publicaban un conjunto de textos que probarían las ambiciones de los aliados al comienzo del conflicto mundial. El llamamiento de los revolucionarios rusos podía tener un efecto desastroso en la opinión pública internacional, por lo que Wilson debe responder explicando de por qué la guerra debe continuar y evitar que Alemania no se presente como víctima de los “imperialismos” de los aliados, lo que suponía para Wilson dar a conocer un mensaje de principios que justificara los sacrificios de la guerra y mantuviese el compromiso de los ambientes liberales e incluso de los socialistas de Europa occidental.

Básicamente en el discurso Wilson entró inmediatamente en el centro del tema abordando las negociaciones de Brest-Litovsk entre los representantes del nuevo régimen ruso y los de las Potencias

Wilson, Woodrow.

El origen de la ley internacional se remonta a un intento de establecer ciertas normas que fuesen respetadas y observadas en todos los mares, donde ninguna nación ejerciera derecho de dominio y donde se desplegaran las rutas libres del mundo. La propiedad se puede recuperar; no así la vida de los seres pacíficos e indefensos, la campaña bélica de los submarinos alemanes contra el comercio es una campaña bélica en contra de la humanidad.

Nuestro motivo no deberá ser la venganza, ni la afirmación victoriosa del poderío físico de la nación, sino únicamente la reivindicación del derecho, del derecho humano.

La neutralidad armada es impracticable.

Reivindicar los principios de paz y de justicia entre los seres que pueblan el mundo, en contra del poder egoísta y autócrata.

Soló la acción conjunta de las naciones democráticas pueden garantizar la preservación de un inmutable concierto de paz. Debe crearse una liga de honor, un consorcio de opinión.

Se debe salvaguardar al mundo en pro de la democracia, la paz debe arraigarse en los cimientos inquebrantables de la libertad política. La justicia es un bien aún más preciado que la paz y nosotros lucharemos por la democracia; por el derecho de aquellos que hoy se someten a una autoridad, para contar con voz y voto en sus gobiernos; por los derechos y por las libertades de las pequeñas naciones; por el dominio universal de la justicia, logrado mediante un concierto de pueblos libres que ofrezca paz y seguridad a todos los países y que pueda liberar al mundo entero.

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Idealismo: Wilson.

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UNIDAD 4 WILSON
Kissinger, Henry.
Dos factores proyectaron a los EE.UU. a los asuntos mundiales: su poder, en rápida expansión, y el
gradual desplome del sistema internacional centrado en Europa, bajo dos presidencias la de Theodore
Roosevelt y la Woodrow Wilson. Los hizo repudiar los lemas de la diplomacia europea: que el equilibrio
del poder destilaba una armonía última a partir de la competencia entre intereses egoístas; y que las
consideraciones de seguridad suplantaban los principios del derecho civil, que los fines del Estado
justificaban los medios.
La Doctrina Monroe, proclamaba en 1823, convirtió en foso protector al océano que separaba a Europa
de los EE.UU. La Doctrina Monroe dio el siguiente paso al declarar que Europa no debía inmiscuirse en
los asuntos de América. La Doctrina Monroe justificaba la intervención norteamericana no sólo contra
una amenaza ya existente, sino contra toda posibilidad de un desafío abierto: casi como lo hiciera el
equilibrio del poder.
Wilson estaba proclamando no era que los EE.UU. se retiraban del mundo, sino la aplicabilidad
universal de sus valores y, con el tiempo, el compromiso norteamericano de difundirlos. Lo puso al
servicio de una ideología de cruzado:
EE.UU. obliga a servir como faro de libertad para el resto de la humanidad.
La política exterior de las democracias es moralmente superior porque el pueblo es amante de la paz.
La política exterior debe reflejar las mismas normas morales que la ética personal.
Ya desde 1915 Wilson había postulado la doctrina de que la seguridad de los EE.UU. era inseparable de
la seguridad de todo el resto de la humanidad. Implicaba el deber de los EE.UU. sería oponerse a la
agresión en cualquier parte. Nada que concierna a la humanidad “puede sernos ajeno o indiferente”.
Por tanto, los EE.UU. tenían carta blanca para intervenir en el exterior.
La guerra no era consecuencia del choque de intereses nacionales perseguidos sin moderación, el
verdadero culpable no era la nación alemana, sino el propio emperador alemán.
El 22 de enero de 1917, antes de que los EE.UU. entraran en la guerra, proclamó Wilson que su objetivo
era una “paz sin victoria”. La paz requería “una asociación de naciones democráticas”.
Wilson atacó al orden internacional que había precedido a la guerra, tildándolo de sistema de
“rivalidades organizadas”: “No debe haber un equilibrio de poder, sino una comunidad de poder; no
rivalidades organizadas, sino una paz común organizada”. Comunidad de poder como seguridad
colectiva, Wilson propuso defender el orden internacional mediante el consenso moral de todos los
amantes de la paz. Para institucionalizar ese consenso, propuso la Sociedad de Naciones. En opinión de
Wilson, habían de ocurrir al menos dos cambios en el gobierno internacional: La difusión de gobiernos
democráticos por todo el mundo y la elaboración de una “nueva y más sana diplomacia” basada “en el
mismo código de honor que exigimos a las personas”. Una agrupación universal de naciones de gran

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UNIDAD 4 WILSON

Kissinger, Henry. Dos factores proyectaron a los EE. a los asuntos mundiales: su poder, en rápida expansión, y el gradual desplome del sistema internacional centrado en Europa, bajo dos presidencias la de Theodore Roosevelt y la Woodrow Wilson. Los hizo repudiar los lemas de la diplomacia europea: que el equilibrio del poder destilaba una armonía última a partir de la competencia entre intereses egoístas; y que las consideraciones de seguridad suplantaban los principios del derecho civil, que los fines del Estado justificaban los medios. La Doctrina Monroe, proclamaba en 1823, convirtió en foso protector al océano que separaba a Europa de los EE. La Doctrina Monroe dio el siguiente paso al declarar que Europa no debía inmiscuirse en los asuntos de América. La Doctrina Monroe justificaba la intervención norteamericana no sólo contra una amenaza ya existente, sino contra toda posibilidad de un desafío abierto: casi como lo hiciera el equilibrio del poder. Wilson estaba proclamando no era que los EE. se retiraban del mundo, sino la aplicabilidad universal de sus valores y, con el tiempo, el compromiso norteamericano de difundirlos. Lo puso al servicio de una ideología de cruzado:

● EE. obliga a servir como faro de libertad para el resto de la humanidad. ● La política exterior de las democracias es moralmente superior porque el pueblo es amante de la paz. ● La política exterior debe reflejar las mismas normas morales que la ética personal.

Ya desde 1915 Wilson había postulado la doctrina de que la seguridad de los EE. era inseparable de la seguridad de todo el resto de la humanidad. Implicaba el deber de los EE. sería oponerse a la agresión en cualquier parte. Nada que concierna a la humanidad “puede sernos ajeno o indiferente”. Por tanto, los EE. tenían carta blanca para intervenir en el exterior. La guerra no era consecuencia del choque de intereses nacionales perseguidos sin moderación, el verdadero culpable no era la nación alemana, sino el propio emperador alemán. El 22 de enero de 1917, antes de que los EE. entraran en la guerra, proclamó Wilson que su objetivo era una “paz sin victoria”. La paz requería “una asociación de naciones democráticas”. Wilson atacó al orden internacional que había precedido a la guerra, tildándolo de sistema de “rivalidades organizadas”: “No debe haber un equilibrio de poder, sino una comunidad de poder; no rivalidades organizadas, sino una paz común organizada”. Comunidad de poder como seguridad colectiva, Wilson propuso defender el orden internacional mediante el consenso moral de todos los amantes de la paz. Para institucionalizar ese consenso, propuso la Sociedad de Naciones. En opinión de Wilson, habían de ocurrir al menos dos cambios en el gobierno internacional: La difusión de gobiernos democráticos por todo el mundo y la elaboración de una “nueva y más sana diplomacia” basada “en el mismo código de honor que exigimos a las personas”. Una agrupación universal de naciones de gran

parte democráticas actuaría como “fideicomiso de paz”, remplazando los viejos sistemas de equilibrio del poder y de alianzas.

Roosevelt, la paz era esencialmente frágil y sólo se podría conservar mediante una eterna vigilancia, por los brazos de los fuertes y por alianzas entre los de ideas afines.

Los EE. desdeñaron el concepto de equilibrio del poder, consideraron inmoral la práctica de la Realpolitik. Las normas norteamericanas para el orden internacional eran la diplomacia, la seguridad colectiva y la autodeterminación.

Las naciones democráticas eran pacificas; los pueblos a los que se otorgara la autodeterminación ya no tendrían razón alguna para ir a la guerra o para oprimir a otros. Y una vez que todos los pueblos hubiesen probado los beneficios de la paz y la democracia, sin duda se levantarían como uno solo para defender sus logros. La diplomacia europea es una propensión a la guerra, que había que combatir o equilibrar. Se formaban alianzas en busca de objetivos específicos y definibles, y no en la defensa de la paz en abstracto.

El mundo con que soñaba Wilson se basaría en principios, no en poder; en el derecho, no en intereses.

Wilson describió la Sociedad de Naciones como un tribunal internacional para zanjar disputas, alterar fronteras y dar a las relaciones internacionales una muy necesaria elasticidad. Por medio de la Sociedad de Naciones estamos dependiendo básica y principalmente de una gran fuerza, y está es la fuerza moral de la opinión publica del mundo.

.

Zorgbibe, Charles.

El mensaje del 8 de enero de 1918 era un manifiesto o declaración formulado unilateralmente por el mismo, siendo que no había logrado obtener una declaración explicita de los Aliados sobre sus objetivos de guerra. Este discurso seria el “instante moral” decisivo de la guerra.

Los acontecimientos de Rusia presionan también a Wilson, porque los bolcheviques habían iniciado negociaciones para una paz separada con Alemania, paz de un nuevo tipo, fundada en la renuncia a las conquistas y en el deseo de los pueblos de disponer de ellos mismos. Abogaban por esa “paz sin victoria” tan querida para Wilson pero denunciaban la antigua diplomacia secreta, a la par que publicaban un conjunto de textos que probarían las ambiciones de los aliados al comienzo del conflicto mundial. El llamamiento de los revolucionarios rusos podía tener un efecto desastroso en la opinión pública internacional, por lo que Wilson debe responder explicando de por qué la guerra debe continuar y evitar que Alemania no se presente como víctima de los “imperialismos” de los aliados, lo que suponía para Wilson dar a conocer un mensaje de principios que justificara los sacrificios de la guerra y mantuviese el compromiso de los ambientes liberales e incluso de los socialistas de Europa occidental.

Básicamente en el discurso Wilson entró inmediatamente en el centro del tema abordando las negociaciones de Brest-Litovsk entre los representantes del nuevo régimen ruso y los de las Potencias

Wilson, Woodrow.

El origen de la ley internacional se remonta a un intento de establecer ciertas normas que fuesen respetadas y observadas en todos los mares, donde ninguna nación ejerciera derecho de dominio y donde se desplegaran las rutas libres del mundo. La propiedad se puede recuperar; no así la vida de los seres pacíficos e indefensos, la campaña bélica de los submarinos alemanes contra el comercio es una campaña bélica en contra de la humanidad.

Nuestro motivo no deberá ser la venganza, ni la afirmación victoriosa del poderío físico de la nación, sino únicamente la reivindicación del derecho, del derecho humano.

La neutralidad armada es impracticable.

Reivindicar los principios de paz y de justicia entre los seres que pueblan el mundo, en contra del poder egoísta y autócrata.

Soló la acción conjunta de las naciones democráticas pueden garantizar la preservación de un inmutable concierto de paz. Debe crearse una liga de honor, un consorcio de opinión.

Se debe salvaguardar al mundo en pro de la democracia, la paz debe arraigarse en los cimientos inquebrantables de la libertad política. La justicia es un bien aún más preciado que la paz y nosotros lucharemos por la democracia; por el derecho de aquellos que hoy se someten a una autoridad, para contar con voz y voto en sus gobiernos; por los derechos y por las libertades de las pequeñas naciones; por el dominio universal de la justicia, logrado mediante un concierto de pueblos libres que ofrezca paz y seguridad a todos los países y que pueda liberar al mundo entero.