En lo profundo del océano (1999), de Ulu Grosbard

Beth Cappadora acude con sus hijos a una reunión de antiguos alumnos de su instituto. En el caos de gente el pequeño Ben, de 3 años, desaparece. No hay ni una pista de donde puede estar el crío, y el sentido de culpa de Beth y su hijo Vincent de 7 años se hará cada vez más intenso. Pasan los años, y la familia Cappadora ya no es lo que era. Pat, el padre, no sabe qué hacer, y le llega a recriminar a su esposa: 'Has hecho de ser infeliz una carrera'. Las cosas toman un giro insospechado cuando Beth encuentra un extraordinario parecido con su hijo perdido en Sam, un chico del vecindario, que vive con su padre viudo. ¿Sam es Ben, o Beth se está volviendo paranoica perdida?

Intenso dramón basado en una novela de Jacquelyn Mitchard. El film explora una de las peores desgracias que puede ocurrir a unos padres de familia: perder a un hijo. La angustia, la amargura y el desmoronamiento de lo que ha sido la vida hasta entonces se presentan con justeza. También se plantea la duda de si un hijo debería volver con sus padres biológicos, si al cabo del tiempo descubriera que la familia con la que vive no es aquella en la que nació. Aunque el film tiene algún bache narrativo, lo sostiene perfectamente esa guapísima actriz llamada Michelle Pfeiffer, y el desconocido Jonathan Jackson, que da vida con aplomo al hermano traumatizado y rebelde Vincent.