Creado en: junio 13, 2021 a las 07:54 am.

Rubén González, el hombre piano

Todo este 2021 se celebra el aniversario 25 del fenómeno de la Trova y el Son, generado por el milagro del Buena Vista Social Club. Uno de esos emblemas fue el pianista Rubén González (Encrucijada, Las Villas, 29 de mayo de 1919/ La Habana, 9 de diciembre del 2003), quien tuvo en el disco: Introducing Rubén González, Buena Vista Social Club, una de sus producciones memorables.

Rubén tuvo una trayectoria muy rica y aportadora: se inició desde 1925 con su hermana Josefa, más adelante con Amparo Rizo en Cienfuegos. Se gradúa en 1936 y se traslada a La Habana en 1940, en la misma fecha que Benny Moré. Se presenta con la Charanga de Paulina Álvarez y la de Paulina. Trabaja en las academias de baile Marte y Belona, La Gaviota y Rialto con la orquesta Elósegui. Estuvo en la Orquesta CMQ, cabaret Sans Soucí con Rolando Laserie. En La Habana se relacionó con los buenos pianistas como René Hernández, Elton Añejo “El Ñato”, Anselmo Sacasa, Jesús López y Facundo Rivero.

El primer punto de giro de interés llega en 1943 con su entrada al conjunto de Arsenio Rodríguez donde adquiere la verdadera escuela de Son. “Arsenio me enseñó a mantener el tiempo coherente dentro de la clave, cuidando sobre todo el ritmo, para no montar las notas. Después de seguir esa línea, puedo hacer lo que yo quiera, pero siempre en la medida, cuadradito; con limpieza en la expresión. En los “solos” me indicó que debo entrar con fuerza, dar énfasis y fuerza a lo que hago, que se note que ejecuto un “solo”. Cuando vayas a entrar de nuevo, me indicaba que debía detenerme para saber por dónde va la música y entonces volver a entrar. Todas esas indicaciones parecen sencillas, pero eso tiene su mecánica. Arsenio me lo enseñó todo, él me decía: “Arriba Rubén”, y yo aplicaba sus enseñanzas”.

Después de una estancia en el conjunto de Arsenio, se fue a residir a fines de la década de 1940 a Panamá. De Panamá pasó a Venezuela en 1956 hasta 1962. A su regreso se integra al conjunto Kubavana del cantante Alberto Ruiz, creador de un estilo especial dentro del bolero moderno.

En otro momento se une al conjunto de Senén Suarez, en la Jazz Band Siboney, Riverside, América del 55, Jorrín, Orquesta de la Radio y la Televisión.

En 1994, ya jubilado, llegaron a su casa Rosillo, Raúl Planas y el tresero Arturo Harvey “Alambre Dulce”, para rendirle un homenaje a Lilí Martínez; fue el antecedente de lo que vendría después.

Yo visitaba a Rubén en su casa de la calle Lucena en el centro de La Habana, en la década de 1980 estaba a media máquina, tenía algunos problemas de reumatismo. Su trato era muy amable, procedía de una familia muy educada, en el pueblo de Encrucijada (zona de canarios) antigua provincia de Las Villas En aquellos días le publiqué una entrevista en la revista Opina, los pianistas virtuosos (Peruchín, Lilí Martínez) estaban un poco olvidados; es en 1984 cuando aparece un joven llamado Juan Carlos Alfonso de la orquesta de Revé, quien retoma esos tumbaos espectaculares de la década de 1940 y 1950.

El gran momento de Rubén acontece a partir de 1996 con el proyecto de Juan de Marcos González en la Orquesta Afro Cuban All Stars (Buena Vista Social Club), donde graban tres discos.

Los tres discos fueron: Buena Vista Social Club, A toda Cuba le gusta, y según datos de Juan de Marcos González, al final sobró dinero para otro disco y se decidió grabar a Rubén González, con arreglos hechos por mí en el estudio. Rubén era la figura protagónica, el disco se llamó Instroducing Rubén González.

Fueron nominados al Grammy: Buena Vista Social Club y A toda Cuba le gusta. Finalmente gana el Grammy: Buena Vista Social Club, en la categoría de “Mejor Álbum de Música Tropical”.

“Con esos triunfos estoy como si me hubiera sacado la lotería”, me dijo en la última visita realizada a su casa de la calle Lucena en Centro Habana.

Después de aquellos memorables acontecimientos, Rubén González alcanzó una categoría de pianista del mundo. Periodistas y fotógrafos de todo el orbe lo plasmaron en los periódicos del planeta y los teatros más renombrados lo recibieron con la Orquesta Afro Cuban All Stars de Juan de Marcos González.

CONCEPTO:

Rubén es un intérprete que no gusta hacer la frase al estilo de los jazzistas estadounidenses, sino a lo cubano. Trabaja las escalas con elasticidad y limpieza en las frases. Se observa un oficio riguroso de perfecto entrenamiento “Me gusta sonar a son cubano; aunque soy un admirador del jazz estándar. Yo tengo más contacto con Lilí Martínez que con Peruchín, utilizo mis variantes tímbricas que me identifican en las frases y el concepto. En los “solos”, lo importante no es la velocidad, ni la cantidad de notas, sino el decir las frases, la sabrosura ritmática, la alternancia de acordes y arpegios, en los motivos musicales. Las inspiraciones es un arte fugaz, como tocar composiciones rápidas son fruto de la intuición, don especial para el que hay que estar preparado”.

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Cada vez que me encontraba con Rubén le preguntaba por su reumatismo, pero estaba tan estimulado por sus éxitos, por sus viajes a través de todo el mundo que no le daba la más mínima importancia a sus problemas de salud. En esa etapa del Buena Vista Social Club sobre sus espaldas estaba el prestigio de su obra, de su familia toda y de su país. Tanto Compay Segundo, como todos los integrantes del Buena Vista Social Club –ya lo he dicho-eran músicos, quizás un poco olvidados, pero contaban con una trayectoria, por lo que estaban preparados para la gran oportunidad. Esa oportunidad llegó con la explosión y renacimiento de la trova y el son tradicional.

Papo Luccas se pasaba las horas copiando los “solos” de Rubén, que escuchaba por la Radio desde Puerto Rico, “yo considero a Rubén mi papá en la música” -me confesó el Papo en 1978, en su primera visita a Cuba, en el Havana-Jam (Encuentro Cuba-USA).

Nick Gold declaró: “Jamás he visto a nadie que disfrute tanto lo que toca. Dedicaba veinte minutos para practicar ejercicios de digitación y enseguida se lanzaba. Ya no había quien podía pararlo”.

Ray Cooder cataloga a Rubén “el mejor solista de piano que he oído en mi vida. Es como una mezcla cubana de Thelonius Monk y el Gato Félix”. Daniel Barenboim comentó en presencia de Pedro de la Hoz: “Lo que me gusta de González es que hace fácil y transparente tremenda cantidad de música”. El compositor Emilio Cabahilón le compuso al gran pianista el tema: Suena el piano Rubén.

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