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¿Sabes esas películas de terror que te mantienen entretenido, que son cortitas y que te dejan ese sabor de boca que se resume en, "bueno, no está mal"? Pues 'Elige o muere' es exactamente eso, con el aliciente de que está protagonizada por Asa Butterfield, cuyo nombre quizás te suene de ser el Otis Milburn de 'Sex Education'.
Butterfield es precisamente uno de los mejores aspectos de 'Elige o muere', que en apenas unos días se ha convertido en una de las películas más vistas de Netflix. Pero avisamos desde el principio: no esperes calidad a raudales; de hecho, en el portal de referencia de cine IMDb ha recibido una puntuación de 4,8 y en Rotten Tomatoes, aún peor, del 24%.
No queremos ponernos muy tremendos porque nosotros la hemos visto y, reconozcámoslo, nos ha hecho gracia. Será porque somos nostálgicos de los videojuegos de casette de los 80, porque hemos leído toda la colección de libros de 'Elige tu propia aventura' y porque recordamos con cariño a Robert Englund dándonos miedo como Freddy Krueger en 'Pesadilla en Elm Street'.
Todo esto se nos viene a la mente mientras vemos una historia cuya sinopsis oficial en Netflix es la siguiente: "En busca de un premio no reclamado de 125.000 dólares, una universitaria arruinada (Iola Evans) decide jugar a un oscuro juego de ordenador de supervivencia de los años 80. Pero el juego la maldice y se enfrenta a peligrosas decisiones y a retos que alteran la realidad. Después de una serie de momentos inesperadamente aterradores, se da cuenta de que ya no juega por el dinero, sino por su vida, y se une a su amigo Isaac (Asa Butterfield). El juego la encierra en un ciclo ineludible de horror que le hace perder la cabeza. Detenerse no es no es una opción. Hay que elegir o morir".
Pero seamos sinceros, ser fan de Robert Englund no es suficiente motivo para ver 'Elige o muere': en realidad escuchas su voz hablando unas líneas por teléfono y eso es todo, convirtiéndolo en nada más que un parpadeo del cursor en este gorefest vintage. Los protagonistas son al 100% Butterfield e Iola Evans, que interpretan a dos jóvenes programadores cuya afición por los viejos Ataris y Commodore-64 les mete en problemas con un diabólico videojuego de los años 80.
A principios de la película, vemos a Isaac pelear con su madre mientras el cabeza de familia, Hal (Eddie Marsan) -claro guiño al ordenador de '2001: Una odisea del espacio'- está sentado en su habitación, obsesionado jugando con sus videojuegos de los años 80.
Enciende un juego del 84 llamado 'CURS>R' y... ¿te acuerdas de los juegos basados en texto? No tenían gráficos y preguntaban a los jugadores y tú tecleabas las respuestas para continuar la aventura. Pues bien, 'CURS>R' es uno de esos, excepto que parece tener el poder de manipular la realidad del usuario.
A la familia de Hal comienzan a sucederle cosas horribles, pero sin ton ni son la acción pasa a tres meses después, cuando conocemos a Kayla (Evans), amiga de Isaac. Vive en una casa llena de ratas con su madre Thea (Angela Griffin), que parece ser consumidora de drogas duras, y descubrimos que tenía un hermano al que le ocurrió 'algo'.
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Kayla también prueba 'CURS>R' y se da cuenta desde el primer minuto que no es un juego para nada divertido, porque le trae de vuelta a su hermano muerto, la camarera del restaurante en el que está se ahoga en su propia sangre... Todo es una locura y de las gordas.
Netflix continúa en 'Elige o muere' el concepto iniciado en la pionera 'Black Mirror: Bandersnatch', pero son obvias las referencias a películas como 'Pesadilla en Elm Street', 'Navidad en 8 bits' o 'Pixels'. Pero todas estas cintas son algo mejores que 'Elige o muere', donde el guion parece haber sido arrebatado porque acaba de manera abrupta y poco satisfactoria; incluso de forma rudimentaria.
En cualquier caso, si te apetece una película de terror sencillona para que te haga olvidar el día de hoy o para descansar, 'Elige o muere' es una de las mejores opciones actuales en Netflix.
