Oriol Riera, el 'Shevchenko' de Vic, debut con Messi y una anécdota con Ronaldinho: "Me dejó su maleta y me dice 'Niño, cógela'" | Relevo
ENTREVISTA | ORIOL RIERA

El 'Shevchenko de Vic', un debut con Messi y la inocentada de Ronaldinho: "Niño, cógela"

El delantero catalán atiende a Relevo para hablar sobre su trayectoria profesional.

Oriol Riera, en su etapa como Seleccionador de la Asociación de Futbolistas Españoles. /AFE
Oriol Riera, en su etapa como Seleccionador de la Asociación de Futbolistas Españoles. AFE
Diego Otero Fontán

Diego Otero Fontán

Oriol Riera (Vic, 1986) tiene a sus espaldas más de 100 partidos en Primera División. Tras una carrera que duró casi dos décadas donde pasó por Barcelona, Cultural Leonesa, Celta, Córdoba, Alcorcón, Osasuna, Deportivo de la Coruña y Fuenlabrada, además de experiencias en Inglaterra y Australia, el delantero catalán, al que comparaban con el mítico Andriy Shevchenko, ahora está dando sus primeros pasos en los banquillos.

Un futbolista que coincidió con la 'Generación del 87' del Barça donde destacaban Gerard Piqué, Cesc Fábregas y Lionel Messi, con el que compartió hotel durante dos años. Una trayectoria en la que también pudo encontrarse con Ronaldinho, Xavi, Víctor Valdés y un sinfín de leyendas del fútbol.

Comienzas tu carrera profesional en la cantera del Barça junto a estrellas de la talla de Lionel Messi, Gerard Piqué o Cesc Fábregas. ¿Cómo fueron los primeros años de Oriol Riera en La Masía?

No fue una época fácil. Estar en una cantera como la del Barcelona es selección natural, cada año es más competitivo que el anterior y tienes que ser mejor que el de al lado, aunque se trate de un deporte colectivo. Yo entré en el Infantil A hasta debutar en el primer equipo sin saber cómo. Mucha gente se cayó y yo tuve la oportunidad de alcanzar el senior.

La prensa catalana en aquel momento te apodaba el 'nuevo' Andriy Shevchenko

Era por el perfil. Desde pequeño era mi jugador favorito y en el que más me fijaba como delantero. Un perfil móvil y rematador. Al final, era mi futbolista referencia y cuando subo al primer equipo es como se me apodo. También por mi estilo puesto que me gustaba ser un delantero que cayese a banda izquierda para partir desde ahí hacia posiciones centrales, una situación que Andriy hacía. Poco a poco los compañeros y todo el mundo me apodó así.

"Con 17 años uno no es capaz de asimilar todo lo que conlleva jugar en el Barça"

Oriol Riera

¿Era complicado gestionar esas expectativas de la gente?

Hasta el debut esas expectativas eran fáciles porque yo nunca había sido el mejor de mi generación. A raíz de jugar con el primer equipo uno con 17 años no es capaz de asimilar todo lo que conlleva jugar en el primer equipo del Barça. Actualmente se ve como Xavi anuncia que va a dejar el equipo al final de temporada y explica las razones, que son obvias.

Todo necesita su proceso de madurez. En aquel tiempo, con 17 años la mayoría no éramos capaces de absorber todo lo que significaba a nivel mediático, periodístico, familiar… Yo era un chico que hacía bachillerato tan tranquilo y no es fácil. Creo que con las redes sociales hay una madurez más temprana y se ven chicos más jóvenes llegando al primer equipo. Cuando me tocó a mí era muy complicado.

Con 17 años te encuentras con un vestuario con gente como Ronaldinho, Eto'o… ¿Qué crees que necesita un jugador tan joven para no verse saturado por la exigencia como le ocurrió a Bojan?

Estamos en tiempos diferentes. Estoy seguro que si Bojan hubiera debutado en la época de, por ejemplo, Lamine Yamal sería un jugador asentado del primer equipo. En aquel momento, no había tantos inputs para madurar tan rápido. Ahora estás en el juvenil del Barça y tienes la Youth League, con todo lo mediática que es, televisan tus partidos y con las redes sociales tienen un gran volumen de seguidores y cómo gestionarlas. Son momentos diferentes.

Al final tener la cabeza asentada y la tranquilidad que el club, como entidad, soporta y sabe de tus necesidades es lo más importante. Lamine, Gavi, Cubarsí tienen esa madurez para estar en el primer equipo con 17 años. Han dado un paso de madurez que nosotros hacíamos con 19-20 años. Tienen la tranquilidad de que el club no les va a quemar con la exigencia.

"Veía a Saviola, que no llegaba al 1'70 de altura, como un gigante"

Oriol Riera

Debutas contra el Oporto en 2003. ¿Cuáles son las sensaciones previas?

No tengo mucho recuerdo de ese día. La cabeza bloquea esos momentos que no logras comprender o te pueden hacer daño. Tengo recuerdos muy vagos: en la jardinera del autobús para ir al avión, comidas o de charlar y observar. Con 17 años era un chico muy tímido, me costaba mucho la relación social, y fue muy complicado.

Por ejemplo, veía a Saviola, que no llegaba al 1'70 de altura, como un gigante y yo medía 1,85. Con 17 años era normal, no éramos capaces de absorber todo eso y pasar de estar viendo los partidos cada fin de semana en el estadio a entrenar con ellos y gestionar el error de cada entrenamiento era muy difícil.

Ese mismo día también aparece un tal Lionel Messi

En la etapa juvenil yo era de segundo y Messi de primero. Esa temporada él subía con el juvenil de División de Honor. Yo era el delantero y Leo el mediapunta del equipo en un 4-2-3-1. Lo veías muy sobrado en una categoría de un año más, pero en diciembre nos suben a los dos a entrenar con el Barça B, aunque a veces jugábamos con el C o juvenil, y su primer partido con el C marca tres goles en la segunda parte. Era una auténtica locura. En el B, jugadores con 22 o 23 años, no eran capaces de tirarlo cuando tenía 16.

Era muy diferente. Veías que era algo descomunal y súper distinto. Sabía por supuesto que llegaría al primer equipo, pero a nadie se le pasaba por la cabeza que consiguiera todo lo que logró. Dentro de 50 años hablaremos que es el mejor jugador de todos los tiempos. Está en un escalón distinto al resto.

Oriol Riera explica cómo era Leo Messi con 16 años. RELEVO

¿Cómo era la relación con Leo Messi?

Nosotros pasamos dos años subiendo y bajando juntos, éramos como un pack. Viajábamos un sábado a Valencia, después a Santander, nos tocaba con el juvenil… pasábamos muchas horas juntos en los hoteles. Messi no era una persona muy habladora. Estaba tranquilo, en su mundo, él quería jugar al fútbol y que no le molestaran con otras cosas porque es lo que le gustaba.

¿Y con Gerard Piqué?

Piqué y Leo eran la antítesis uno del otro. Gerard era un cachondo, una persona extraordinaria y nos reíamos mucho con él. Además, era finísimo y le llamábamos el mochilero porque cogía la mochila y como central empezaba a regatear a todo el mundo hasta plantarse arriba. Era un chico súper divertido.

En ese Barça estaba Ronaldinho que era el mejor futbolista del mundo, ¿Qué sentías al compartir vestuario con el astro brasileño? ¿Tienes alguna anécdota con él?

Es de carácter brasileño completo. Es uno de los mejores futbolistas que he conocido. Era alegre y dado a gustar a todo el mundo. Subías con el primer equipo y para Ronaldinho eras uno más. Era una auténtica locura. Te hacía bromas y te hacía sentir muy cómodo. Además de ser el mejor del mundo era muy buena persona. Es una pena que cuando llevaba dos o tres años en la élite eligiera la comodidad y tener un momento de relax después de lograr todo. Era un mago en el campo y el Barça renació con él. Dejaron a un lado la negatividad y empezaron con el positivismo. Era una locura los galones que tenía. Jugabas con Ronaldinho y te quitaba toda la responsabilidad.

Tengo una anécdota con él antes de mi debut, no recuerdo si contra el Oporto o en Copa del Rey. Estábamos en la jardinera del aeropuerto a punto de subir y me dejó su maleta al lado mía. En ese instante me dice "Niño, cógela", y yo pensando que pasaba aquí porque también tengo orgullo. Bajamos de la jardinera rumbo al avión y cojo la maleta y tal como bajo me esperaban todos en la puerta del avión y empezaron a reírse. Ahí me dicen "ahora eres uno de los nuestros" como que había pasado la prueba mientras se partían el culo. Era un hombre que daba felicidad hasta en momentos complicados. Nadie va a hablar mal de Ronaldinho.

"Subías al bus y Belletti no te decía nada. Parecía que tenía algo contra ti"

Oriol Riera

Dentro del primer equipo, ¿Quién era el compañero que más se preocupaba por los jugadores que llegaban desde el filial? ¿Había alguien que se sentía en peligro cuando un chico alcanzaba el primer equipo?

Cada uno es diferente y hay que conocerla para saber lo que hay. En este caso, para mí Víctor Valdés es la persona que más se preocupaba por los de abajo. Yo llegaba a las cuatro de la mañana de un viaje y Víctor me llevaba a casa con el Porsche Carrera que tenía en aquella época. Hasta que no subía no se iba. Es la persona con la que más protegido me he sentido porque con su carácter intentaba que todas las personas estuvieran bien. Esas bromas que se hacen entre ellos Valdés las compartía con nosotros. Es el perfil de persona que siempre quieres encontrarte en un vestuario. También Xavi o Gerard López.

Por el otro lado, estaba Belletti que subías al autobús y no te decía nada. Parecía que tenía algo contra ti. De repente, cuando llevas dos o tres meses cambia el chip y te empezaba a hablar como si fueras uno más. Cuando subes tienes que ganarte el respeto de la gente y es algo importante que los jóvenes lo tengan. Si te ganabas ese respeto y, pongamos el caso, te hacían una falta dura Belletti era el primer que aparecía para defenderte. Es el respeto que uno se gana. Eran situaciones diferentes, pero ambos buscaban lo mismo.

También hay futbolistas que ven la irrupción de un canterano como un peligro, pero lo considero normal. El fútbol es un deporte que es selección natural y que en un momento estás y al día siguiente desapareces. Cada uno tiene que darse cuenta de las cosas y el fútbol es así. Creo que entidades como el Barça cuidan la cantera, pero debería haber personas que forzaran a gente no propensa a integrar a los chicos para que lo hagan lo antes posible como debería haber ocurrido con Bojan por ejemplo. Si se hubiese tenido más tranquilidad con él podía haber sido jugador del primer equipo muchos más años, pero nunca lo sabremos. La madurez es clave para llegar y mantenerte en la primera plantilla.

¿Consideras que en tu etapa en el Barça el club falló durante tu proceso de crecimiento?

Lo único que se falló es que cuando debuté con el primer equipo y luego volví con el filial, yo estaba jugando con chicos que tenían cuatro o cinco años más y no se tuvo la paciencia de decir "le damos un par de años más" y tener más paciencia y apostar verdaderamente por mí. Al final, llegué a jugar más de 100 partidos en Primera División, pero seguramente podría haber disputado algún partido más con la primera plantilla del Barça. Por eso digo que hay que conocer a la gente y saber si con 17 años está preparado para un primer equipo y no todo el mundo es estándar. No todos están listos para el Barça a esa edad.

Hay gente que con 20 años, otros con 16 ya pueden ir porque su vida es diferente. Al final, algunos están más preparados y tienen un sentido de la responsabilidad mucho más bajo y toleran mejor el error. En cambio, hay otros que no están preparados y hay que recorrer un camino juntos y saber si, a nivel mental, están preparados. Si no lo están se debe tener tranquilidad porque el Barça no se puede permitir quemar gente en el camino por quemarla. Necesita volver a tirar por gente de casa que forma la base del club y no la gente de fuera. Ellos refuerzan ese modelo porque ahí está el talento diferencial, pero el resto lo dan los canteranos. No hacerlo va en contra de la idiosincrasia del club.

La historia de la maleta de Ronaldinho. RELEVO

Posteriormente tomas la decisión de abandonar el Barça para recalar en Segunda B. ¿Qué sentías al abandonar una burbuja como puede ser pertenecer a uno de los mejores clubes del mundo?

Después de dos años en el filial del Barça tuve un par de lesiones importantes y apostaron por otras personas y tuve que decidir. Me quedaban cuatro o cinco años de contrato, cobrando bastante dinero y objetivos obligatorios del primer equipo. Tenía claro que, o me marchaba, o dejaba el fútbol porque no era feliz. Cuando apuestan por otra gente y no eres importante no eres feliz porque no te están dejando serlo y decidí marcharme.

Cogí oxígeno en la Cultural y me redescubrí. Todo lo que fui en Primera División lo descubrí en la Cultural Leonesa, aunque me costó tres o cuatro meses adaptarme porque el juego era diferente y en el Barça tenías compañeros que te lo hacían todo y mi misión era definir. En la Cultural tenía que crear mis oportunidades y me costó. Tenía clara mi apuesta y era el camino que tenía que recorrer.

Tras el paso por la Cultural Leonesa te ficha el Celta donde tuviste un problema por la ficha federativa del filial que no te permitió jugar con el primer equipo.

El primer año estuve entero en el filial. Durante el segundo debuté con el primer equipo y me quedé con Eusebio siendo bastante importante. Pero, no pude disputar los últimos cuatro encuentros porque no era sub 23. Fue una etapa muy bonita. En el filial hicimos cosas espectaculares con gente que acabamos en el primer equipo y futbolistas que fueron muy importantes en aquel Celta con gente de casa. Aunque es una pena que se haya perdido eso en las últimas temporadas y es lo que da a los clubes su identidad. Hacen avanzar al club.

Tuve el placer de debutar en Segunda División y comencé mi carrera profesional. Vivir allí era increíble. Es un gozo toda la zona de los alrededores de Vigo. Galicia es un mundo aparte y viví cuatro años allí y es un auténtico lujo.

A la vez que compartiste vestuario con una de las mejores zurdas del mundo como es la de Lionel Messi también fuiste compañero de otro de los mejores pies izquierdos de la liga española como es Iago Aspas

Es una persona diferente. Un mundo aparte. Coincidí con Iago en el filial y era un mago. Sabías que si había el mínimo hueco para que te diera ese pase, él te lo iba a dar. Costaba conocer su juego porque hacía cosas diferentes al resto. Como persona es muy humilde, un gran compañero y amigo. Es un 10 y con el tiempo no ha ido cambiando. Sigue siendo el mismo, esa persona diferente, excéntrica en algunas cosas y muy cercano. Para el Celta tener a Iago es un lujo. Es de aquellos jugadores que cuando acabas tu carrera y piensas en los mejores futbolistas con los que has compartido vestuario e Iago Aspas es uno de ellos. También creo que se fue injusto con Iago, sobre todo, a nivel Selección Española.

Oriol Riera, sobre Iago Aspas. RELEVO

¿Qué excentricidades?

Te aparecía en el Celta B con un coche tuneado hasta arriba que no podía más y que no pintaba nada con él. Luego un día te aparecía tarde, otro con el coche completamente cambiado. Es de esas personas diferentes y las quieres como son. Es un chico que hiciese lo que hiciese se lo perdonabas porque era una excelente persona.

Tras ello, pasabas por Córdoba y Alcorcón hasta llegar a Osasuna. Allí vives tus mejores momentos como profesional en Primera División, ¿Qué hizo tan especial esa etapa en el Sadar?

Coincidimos una manera de hacer del club y mía que es muy parecida. Muy cercana, con mucho trabajo y coincidimos en un momento muy bueno para todos y es mi mejor etapa. Allí nace mi primera hija y fue una época muy bonita. Jugar allí en el Sadar es un auténtico lujo. El ambiente y todo lo que conlleva, el reconocimiento… Una simple carrera hasta el córner para recuperar un balón levantaba a la afición. Hay esas sensación de que la gente está con el equipo en las buenas y en las malas. Es una situación preciosa que nunca había vivido.

Es uno de los clubes que más apoyo tiene. Si vas por Pamplona la gente no es del Barcelona o del Real Madrid, es de Osasuna. Es un orgullo haber estado allí y anotar 13 goles en Primera División que es el mejor registro en el siglo 21 del club. Es un orgullo enorme haber formado parte de Osasuna.

Tienes delante a Oriol Riera con 17 años a punto de debutar en el fútbol profesional. A toro pasado, ¿Qué consejo le darías a ese Oriol adolescente que está a punto de comenzar su periplo?

Creo que cambiaría algunas cosas, sobre todo en decisiones puntuales, pero cambiar no cambiaría nada. Las decisiones fueron tomadas con reflexión en un momento concreto. Echando la vista atrás sí que le diría que en momentos puntuales, cuando uno no juega, tuviera más paciencia, pero que tuviera el mismo hambre y ambición de lograr objetivos y cumplir su sueño. Cuando nos encontramos con piedras en el camino muchos futbolistas caen y por suerte nadie me regaló nada y lo logré. Y también que no perdiera la fortaleza mental que he tenido en momentos difíciles.

¿Cuál fue una mala decisión que tomaste?

Tenía muchas ganas de jugar en Inglaterra y en el momento de mi salida de Osasuna prioricé irme al Wigan, un equipo que estaba en Championship, que al Olympiacos. Esa decisión nadie la entendía, pero era fundamental por mi deseo de jugar allí. Ahora cambiaría esa decisión y me habría decantado por Olympiacos que apostó más fuerte. También tenía opciones en España como Celta o Granada. En definitiva, me equivoqué en mi salida hacia Inglaterra. Con el tiempo te arrepientes, pero tienes que aguantar.

¿Cuántas dificultades tiene para un futbolista gestionar esos períodos de traspaso?

Por fortuna siempre encontraba equipo en los primeros compases del mercado. Mi último año, en la vuelta de Australia, fue dura porque no firmas hasta ya empezada la pretemporada. Ves que todo el mundo entrena y tú no tienes equipo y no sabes lo que pasará.

Conozco a través de muchos amigos y compañeros que es cruel. Muchas veces en el fútbol lo que mata es la incertidumbre y no sólo en esos momento sino también en una lesión que no te detectan que pasa. Esa incertidumbre mata al futbolista y hace que tome decisiones difíciles de entender. Pasa ahora con muchos chicos que se marchan a Arabia Saudí. Desde el punto de vista futbolístico lo entiendo, pero no entiendo que busquen esa comodidad que yo nunca la he buscado. Hay otros que sí y prefieren esa comodidad porque no es fácil vivir con esa incertidumbre. Es un deporte corto que no sabes lo que va a pasar y muchos jugadores no tienen un plan B, porque no han estudiado, y acaban tomando decisiones que no son correctas.

"En muchos momentos de mi carrera necesité ayuda psicológica"

Oriol Riera

El fútbol te llevó a Australia, un país en el que el deporte se vive de manera diferente y con una cultura distinta a la europea

Es algo completamente diferente y si vas allí tienes que ir capacitado para abrir la mente y entender que el mundo competitivo, como lo entendemos, no existe. Tienes que ir en una edad avanzada porque lo que echas de menos en Australia es la competitividad. Pierdes y no pasa nada porque es una liga de franquicias donde nadie desciende, no hay mucha afición y todo se mueve en dos o tres equipos.

La vida es espectacular. Venía de un último año en Osasuna muy desgastado mentalmente. Tenía que salir en muchas ruedas de prensa a dar la cara y el desgaste era terrible. Necesitaba una experiencia, tanto mi familia como yo, que nos diera oxígeno y Australia nos lo dio. Invito a todo el mundo que vaya para allí.

Comentas que tuviste mucho desgaste en tu última etapa en Osasuna, ¿Necesitaste ayuda psicológica?

En muchos momentos de mi carrera necesité ayuda psicológica. No he tenido una ayuda continua como tienen otros deportistas, pero sí que en momentos puntuales he necesitado ayuda para, sobre todo, gestionar el error. El fútbol es un deporte de errores y quien no lo entienda así no puede jugar a este deporte y más si cabe a nivel profesional. Es algo difícil de gestionar. Tener esa concentración y dejar ir esa negatividad.

En Osasuna se juntaron varias cosas. El equipo tenía el presupuesto más bajo de la liga y la diferencia con el resto era una locura. Una plantilla muy joven que gente de la casa que después ha triunfado en el primer equipo, pero que en aquel momento era inexperta. Como veterano de la plantilla tenías que salir muchas veces a defender el club e intentar seguir dando ilusión a la gente. El desgaste provoca que acabes el año muy cansado porque tener que dar la cara constantemente es muy difícil. Al final el fútbol es un juego mental. Es muy bueno tener una persona que te acompañe en los momentos complicados. Hay gente que utiliza la familia, la pareja o ayuda externa. No es algo esporádico, es algo normal.

Si te tuvieses que quedar con el mejor momento de tu carrera deportiva, ¿Cuál sería?

El momento más feliz de mi carrera deportiva es el segundo gol que le marcó al Real Madrid en el Sadar en la temporada 2013-2014. Empatamos 2-2 con dos goles míos. El segundo fue la felicidad máxima. Era en la portería de los 'Indar Gorri' y ese éxtasis del gol, que dura unos cinco segundos, es el mayor recuerdo que tengo. Además, contra el Real Madrid siendo culé fue el GOL.