Manual exprés del Islam para la guerra, por María Ximena Rondón - El Reporte
OpiniónJueves, 2 de mayo de 2024
Manual exprés del Islam para la guerra, por María Ximena Rondón
María Ximena Rondón
Periodista de El Reporte

Desde este rincón del mundo, más cercano a la Antártida que al Medio Oriente, en el pensamiento colectivo peruano, los conflictos entre Palestina-Israel e Irán-Israel quizás refuerzan esa idea de que en esa zona solo hay terrorismo, locura, muerte, todos son árabes y otras rarezas que escapan a la comprensión. Quizás muchos piensen que para estas naciones las guerras son el pan de cada día y que siempre será ese lugar terrible del que solo se podrían conocer Tierra Santa y las pirámides. O quizás no pueden entender cómo coexisten religiones y mentalidades diferentes. Todo ello genera incertidumbre y miedo. Por ello, basándome en mi larga estadía en ese lugar y otros estudios, les presento un manual exprés para comprender la relación entre el Islam y la guerra.

Lo más importante es entender que uno no puede tratar de analizar el llamado Medio Oriente con los lentes occidentales. A diferencia de los países latinoamericanos, norteamericanos y europeos, en las naciones “árabes” y en Israel, hay una fuerte influencia religiosa en el Estado. Podríamos calificarlos como estados “teocráticos”. Algunos de estos como Jordania o Arabia Saudita son monarquías (prácticamente absolutas).

Además, árabe es el idioma no la raza, ni la cultura ni la religión. Y cada país tiene un dialecto especial del árabe. Existe un árabe que todos pueden hablar y se le conoce como “clásico” o fusha. Aparte del dialecto propio, hay otros idiomas presentes en la zona como el hebreo, el farsi (hablado en Irán), el arameo y el copto. Y cada una de esas lenguas conlleva una forma única de ver y entender el mundo. Si se difundiera el idioma árabe en nuestra querida Latinoamérica, comprenderíamos muchas cosas.

Por ello, si pretendemos que se trata de países “democráticos” y que “respetan” los mismos derechos y deberes que nosotros, pues estamos equivocados. Naciones como Irán e Israel se guían por sus patrones religiosos, el islam (con sus ramas suní y chiíta) y el judaísmo. Al respecto, un dato que me pareció muy interesante cuando viví en Egipto, donde la Constitución está inspirada en la Sharia (ley musulmana), fue que las sinagogas y toda expresión favorable a Israel está prohibida. Históricamente, el Islam y el Judaísmo han sido enemigos. Incluso los judíos tiene muy mala reputación por hacer “trucos” en sus negocios.

Otra religión que está presente en los países árabes e Israel es el cristianismo/catolicismo. Por experiencia, puedo confirmar que para las otras religiones las diferentes confesiones cristianas y el catolicismo entran en un mismo saco: todos son cristianos y los llaman meisihiya o nazrani. Respecto a la convivencia con quienes profesan el Islam moderadamente (lo más cercano sería decir que son laicos), los cristianos son considerados como aquellos que aportan humanidad, amor, diálogo y solidaridad a la sociedad. Siendo católica, pude conversar con muchos musulmanes (incluso una amiga muy querida es musulmana) y el intercambio de ideas y propósitos es muy interesante. Incluso, cuando hay problemas (como las guerras o desastres naturales), los crisitanos son los primeros en tender la mano a los demás. Yo misma he participado en actividades de ayuda humanitaria donde socorríamos a todos los que lo necesitaran, sin importar la religión ni la raza. Pero, en este lado del mundo, también son los que más sufren.

En el Islam, existe algo que se llama yihad, palabra que se utiliza en la prensa al refierese a los terroristas yihadistas o simplemente yihadistas. Según el Corán, la yihad es un decreto religioso de la guerra, para expandir la fe hacia Alá y su profeta Mohamad (Mahoma) por el mundo entero.

Un erudito musulmán llamado Ibn Jaldún escribió lo siguiente sobre el significado de la yihad:

“En la comunidad musulmana, la yihad es un deber religioso, debido a la universalidad de la misión (musulmana) y (la obligación) de convertir a todo el mundo al Islam ya sea por persuasión o por la fuerza ... Los demás grupos religiosos no tienen misión universal, y para ellos la yihad no era un deber religioso, excepto solamente para fines de defensa. De este modo sucede que la persona encargada de los asuntos religiosos en (otros grupos religiosos) no se ocupa de ejercer el poder en absoluto”.

Basándome en lo que he vivido en carne propia, podría resumir la yihad como la guerra y la conquista de los infieles y dejar en claro que el Islam se caracteriza por un espíritu conquistar, guerrero, sometedor y vengativo. Es iluso pensar que se mantendrán “quietos” bajo los parámetros y fronteras impuestas por organismos internacionales y peor aún, creer que tendrán la misma mentalidad que estos.

Con los ojos de la yihad, los no musulmanes somos infieles y debemos ser convertidos por las buenas o por las malas. ¿Y quienes son los infieles más cercanos para este propósito? Los judíos y los cristianos (los de Medio Oriente y los europeos). Además, todo acto para acabar con los “infieles” también es mérito de un mayor grado de gloria en el paraíso musulmán. Por ejemplo, en Egipto, se cometían atentados en las iglesias. Yo misma he visto los rastros de sangre de las víctimas y las huellas de las balas. La premisa es: mientras más infieles mate, más gloria tendré. Por eso, quizás en algunos videos de ataques hemos escuchado el grito “Allah akbar”, que significa “Dios es grande”.

Así, podemos colegir que en los conflictos Palestina-Israel e Irán-Israel imperan la venganza, el recelo por las tierras, tensiones religiosas (enemigos) y una disposición a llegar más allá de los límites. Cuando leí que Irán advirtió a Israel que si estos volvían a atacar serían borrados de la faz de la tierra, yo sí lo creí. Son totalmente capaces. Los discursos de libertad, democracia y derechos humanos no importan. Más bien resultan dañinos, la mejor muestra es la primavera árabe. Muchas personas me dijeron que su situación era mucho mejor antes que ese evento propiciado por Occidente. Egipto fue uno de los países que sufrió las peores consecuencias y puedo dar testimonio de ello.

Otro punto importante que no se me puede escapar es que para el Islam (especialmente el radical), la mujer está prácticamente al mismo nivel que un animal. Incluso si una habla el árabe a la perfección, si una está con un hombre por la calle, los demás dirigirán la palabra al hombre y no a una. Me ha pasado. Por ello, pienso que cuando los estadounidenses y europeos envían a mujeres en el grupo de los “negociadores”, estas naciones musulmanas no las van a tomar en serio. No importa cuán profesionales sean. Olvídenlo. Ni hablar del feminismo. Y los pocos movimientos que hay, son debido a ideas que los occidentales han exportado y adoctrinado, pero en la práctica son inservibles.

Con este pequeño manual, podríamos interpretar mejor lo que pasa y lo que podría pasar en esa zona de guerra. La situación es de incertidumbre. Puede suceder cualquier cosa y quizás nosotros seremos un objetivo en algún momento de la historia.

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