Este domingo se cumplen 20 años del día en que el entonces presidente Néstor Kirchner ordenó descolgar los cuadros de los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone de la galería de directores del Colegio Militar de la Nación, en Campo de Mayo, y del acto en la Escuela de Mecánica de la Armada, en el que pidió "perdón en nombre del Estado" por "las atrocidades" cometidas durante la dictadura.
En una entrevista con revista Anfibia, la fotógrafa María Eugenia Cerutti, autora de una de las imágenes más icónicas de aquella jornada, recordó que "había como una tensión que se sentía, se escuchaba, se olía, se percibía en los cuerpos de todos".
Cerutti relató las escena en que la Kirchner, acompañado por el ministro de Defensa, José Pampuro; y el jefe del Estado Mayor General del Ejército, Roberto Bendini; ingresó al sitio donde estaban exhibidos los cuadros y se paró de frente con la mirada fija en los retratos de los represores y el puño apretado.
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"Tuve el privilegio de poder hacer esta foto histórica. Ese hecho simbólico lo que significó fue, de alguna forma, arrancar la posibilidad de una nueva dictadura en nuestro país", consideró Cerutti, nieta de un desaparecido (su abuelo estuvo detenido ilegalmente en la ESMA y fue víctima de los vuelos de la muerte).
La fotógrafa, que en ese entonces trabajaba en Clarín, sostuvo que fueron "reparadores" los dos actos que se realizaron ese día y las palabras pronunciadas por Kirchner, con las que pidió "perdón de parte del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia por tantas atrocidades".
"Fue un gesto hermoso. Ser el Presidente y decir esas palabras de esa manera y en ese momento. Hacía falta eso para abrir la puerta a lo que después iba a pasar en política de derechos humanos. Fue el comienzo de esa etapa tan importante", concluyó Cerutti.