‘All Things Must Pass’ de George Harrison, tema a tema: tres discos de buenas canciones que los Beatles no quisieron - Canino

‘All Things Must Pass’ de George Harrison, tema a tema: tres discos de buenas canciones que los Beatles no quisieron

Para George Harrison era difícil ser un Beatle en el año 1969: un número uno y el prestigio de muchos amigos músicos no servían para sus compañeros de banda. Con una cuota de dos canciones por disco, su situación era como estar constipado y no poder usar un pañuelo, a decir de Harrison. Esa es la génesis de su mejor disco: All Things Must Pass.

1970 estuvo marcado por el primer auge contracultural, los supergrupos y el fin de los conjuntos pop. La influencia creciente del rock con toques country, especialmente a través de los seminales John Wesley Harding y Nashville Skyline de Bob Dylan además del mito Music from Big Pink de The Band, lavó a gran parte de la escena británica de la caspa psicodélica. Eric Clapton, al abandonar Cream en el año 68, es la figura preeminente de todo este sonido entre el rock, las raíces sureñas y un énfasis en las interpretaciones en directo. Es también el año del éxito de Bridge over Troubled Water de Simon y Garfunkel, el llamado soft-rock, y además de las últimas llamas del boom del soul que fue clave dos años antes. Aunque las listas de éxito británicas muy pronto estarían dominadas por el glam, que lideraron David Bowie y Marc Bolan, este rock más tradicional tendría algunos discos y artistas memorables.

The Band en 1969

Así, si existió alguien ya fuera de estos coletazos psicodélicos, que juzgaba a Bowie “artificial”, no era otro que George Harrison. Éste había abrazado el sonido de raíces de The Band al visitar a Dylan varias veces en su retiro neoyorquino de 1968 a 1970, además de ser el guitarrista slide de Delaney & Bonnie en su tour europeo. Luego de esta experiencia como músico en vivo, a inicios del año 1970 el ex Beatle afirmó al periodista Howard Smith que estaba preparando “un disco de George” : “…prefiero tocar con otra gente, ¿sabes?, porque…unidos permanecemos, divididos caeremos. Musicalmente, creo, se puede sonar mejor, más unido, si tienes un bajista, un batería y, ya sabes, unos pocos amigos. Un poco de ayuda de mis amigos. Así que las canciones dependen de cómo las produzcamos. Algunas canciones puede que solo necesiten una o dos guitarras acústicas y algo más, pero es simplemente cómo las veo. También quiero usar mucha instrumentación cuando las canciones lo necesiten (…) De cualquier manera, será un disco de producción”.

¿Quién sería el productor del futuro L.P.? No otro que el excéntrico mogul sonoro Phil Spector.

Cómo calmar a Phil Spector

All Things Must Pass no había sido el primer disco en solitario del guitarrista de los Beatles y le precedieron antes el instrumental Wonderwall Music y la vanguardia electrónica Electric Sound de 1968 a 1969. Estos L.P., junto a sus trabajos de producción realizados para Billy Preston o Jackie Lomax, permitían intuir a un músico profesional que no necesitaba en muchos de los casos al resto de su banda para crear productos de éxito.

De izquierda a derecha, Pete Bennett, George Harrison y Phil Spector. Octubre de 1970

Con todo, la grabación casual de Harrison con Phil Spector de Instant Karma, el sencillo de John Lennon, en febrero de 1970 le puso en contacto con el legendario productor neoyorquino. Harrison tenía ya desde el 68 la buena costumbre de grabar demos metódicas y con apenas instrumentación de sus canciones como técnica de presentarlas al resto de los Beatles. Muchas de estas demos se filtraron en el bootleg Beware of Abkco y ofrecían una calidad bastante alta, quizá porque muchas se ofrecieron sin éxito a los exigentes Lennon y McCartney. 

De hecho, se conservan versiones de canciones como Isn’t it a Pity, All Things Must Pass, Hear Me Lord o Let it Down en las sesiones del proyecto Get Back en enero de 1970. Composiciones muy influidas por The Band, esto llevaría a parodias constantes por parte de John Lennon al tocarlas y llegó a llamar ese sonido “el show felizón de Dylan y The Band que tanto le gusta a George”. Éstas darían el sonido global del futuro All Things Must Pass y Phil Spector llegó a afirmar que el guitarrista tenía “cientos de canciones” acumuladas, siendo “cada una mejor que la anterior”. Se conserva una carta del propio Spector, a inicios de la grabación del L.P. , donde incide en que George Harrison debía dar lo mejor de sí con su voz: “Claro, siempre que sea posible, es primordial conseguir una buena voz tuya. También, si haces alguna de las voces en los coros, deberías tomarte un tiempo considerable para hacerlas suficientemente buenas”.

El disco, así, tendría una producción de Spector en el estilo de sus pequeñas sinfonías pop de los años sesenta, aunque el ingeniero Ken Scott recuerda cómo apenas aparecía una hora en las sesiones de mezclas. Scott también rememora las tensiones entre Spector y Harrison y las limitaciones técnicas a la hora de “reproducir” el muro de sonido del productor en las flamantes 8 y 16 pistas de los estudios Abbey Road y Trident. El sonido de una fuerte explosión fuera de estos últimos, en el centro de Londres hip (el Soho), llegó a amedrentar al siempre paranoico Spector, al cual debieron calmar toda la noche Harrison y Scott. No parecía este el mejor de los comienzos…

Un poco de ayuda de mis amigos (incluso Phil Collins)

Grabando con amigos. 1970

El futuro disco triple All Things Must Pass se grabó de mayo a octubre de 1970, contando con un plantel inacabable de músicos. La mayoría de ellos eran amigos de Harrison y entre ellos incluían la elite sonora del rock y el pop británico (el citado Eric Clapton, Bobby Keys, Bobby Whitlock, Billy Preston, Klaus Voorman, Gary Wright e incluso la banda Badfinger). Artistas más jóvenes, como Peter Frampton o Phil Collins también participaron en las sesiones de un disco musicalmente colectivo, donde se celebraba la colaboración de todos para un producto mejor.

Fue tal la cantidad de acompañantes en estas sesiones que el ingeniero Ken Scott recordaba que nadie tenía una lista de los que participaron. Entre los ex Beatles solo tocaron dos: Ringo Starr a lo largo de todo el disco y, según una entrevista reciente al batería Alan White, John Lennon en If Not For You. Las sesiones originales, casi siempre en directo, se grababan en Abbey Road con decenas de músicos en la máquina de ocho pistas. Luego de realizar estas mezclas provisionales de ocho pistas, Phil Spector y George Harrison aumentaban estas a 16 en la mesa de mezclas de los estudios Trident.

George Harrison con el grupo Badfinger en Nueva York. 1971.

Gran parte de estos intérpretes, Bobby Whitlock o Carl Radle, acabaron siendo el nervio del supergrupo Derek and the Dominos al que se incorporaría posteriormente Duane Allman. Una música “wagneriana”, según la célebre crítica de Rolling Stone, y que debido a su eco masivo y gran número de instrumentos puede resultar arcaica ahora. El propio Harrison quiso eliminar esta producción en la reedición del año 2000, pero la disquera EMI se opuso. La definición de este sonido grandilocuente, tal como recordaba Harrison, era: “El sonido de este disco es como una gran guitarra (…) La manera en que Phil Spector y yo organizamos esto era tener dos baterías, un bajista, dos pianos, cinco guitarras acústicas y alguien tocando la pandereta: todo lo secuenciamos en ese orden. Todo el mundo toca en vivo y pasé largo tiempo con otros músicos con las guitarras acústicas para seguir el mismo ritmo”.

Tres L.P. llenos de canciones, entre el folk, el rock duro y el misticismo, que se convertirían en uno de los discos con mayor éxito de 1970. Repasamos todas sus canciones:

I’d Have You Anytime

George Harrison y su mujer Pattie Boyd visitaron a Bob y Sarah Dylan el día de acción de gracias del año 1969. Estuvieron en la casa del mánager de Dylan, Albert Grossman, que estaba situada en las montañas de Catskill, en Nueva York. Ese contacto entre Dylan y Harrison prosperó en esta canción donde se combinaban los complicados acordes del guitarrista, a los que llamaba “naughty chords” en homenaje a un sketch de los Monty Python, con la magia en las palabras del cantautor. La pista final es una canción desnuda, apoyada en las elegantes frases de guitarra de Eric Clapton, y que resulta una introducción poco producida a un disco grandilocuente. 

Harrison y Dylan en 1968, poco después del lanzamiento del disco blanco. Woodstock (Nueva York)

My Sweet Lord

El sencillo clave de este disco, inteligentemente producido en medio del boom de canciones pseudo religiosas del periodo (Let it be, Bridge over Troubled Water, etc.), comenzó como una improvisación soul en medio de la gira de Delaney and Bonnie en Europa.  Harrison había producido hace poco el disco de Billy Preston y se puede considerar como el ex Beatle que tenía mayor influencia de esta música. Parece ser que el guitarrista no dominaba la técnica slide, apenas hay temas tocados por él en ese estilo con los Beatles, y aprendió a marchas forzadas en esta gira. Su fusión, así, del góspel y la religiosidad hindú derivó en My Sweet Lord con su conocida frase de guitarra solista, los Badfinger como colchón acústico y que vendió millones de copias. Aunque la inspiración estaba en la versión soul del himno religioso Oh Happy Day, Harrison plagió de manera poco consciente el disco He’s So Fine de las Chiffons. Esto ensombreció el éxito del sencillo, aunque McCartney le perdonó personalmente por “el espíritu” piadoso que impregnaba esta canción.

Wah Wah

McCartney y Harrison en plena bronca, 6 de enero de 1969. Poco después Harrison y Lennon acabarían a golpes.

Se conoce bien la génesis de esta canción: una bronca entre Paul McCartney y el propio Harrison en enero de 1969. La letra, dirigida a McCartney, expone bien las tensiones entre los distintos miembros de los Beatles. De hecho, la figura de guitarra probablemente esté derivada de I’ve got a feeling y en la demo original es una sencilla canción de blues en el estilo del súpergrupo Cream. Spector le incorporó su conocido “muro de sonido” con instrumentos de viento que enlazan bien el pesado riff que tocan al unísono entre Harrison y Clapton. Parece ser que hubo tensión entre el ex Beatle y Spector en este tema debido a los excesos de producción y se llegó a plantear que no se publicaría en el disco final. Solo Clapton, que gustó de este tema de rock, salvó esta pieza, la cual recibió una versión más desnuda en el concierto de Bangladesh de 1971.

Isn’t It a Pity

Una de las composiciones más antiguas, Mark Lewisohn la data de 1966, fue vetada por John Lennon (puede que por su quejumbrosa letra, quizá dirigida a él…). De hecho, una conversación entre Harrison y Starr en las sesiones de Let it Be parece intuir malestar del primero con el ninguneo a esta balada: “bueno, no estará en tu disco…”. Las memorias de Harrison se refieren tangencialmente a esta canción, en el fondo un lamento sobre el karma, y la juzga como una pista sobre “cuándo una relación alcanza el punto de no retorno”. Con dos versiones en el disco, una de mayor instrumentación y otra más intimista, se erige como un canto “in crescendo”, inspirado claro en Hey Jude, y que tuvo fortuna como balada para artistas consagrados como Nina Simone o Roberta Flack.

What is Life

Harrison y Billy Preston en las sesiones de su disco para Apple de 1969

Esta canción comenzó como un intento de sencillo para Billy Preston en julio de 1969, que acabó como pop en el estilo del primer Phil Spector. Lejos del idioma funk de Preston, con un sonido similar a los primeros discos de Motown, se lanzó como el segundo sencillo de este disco triple. De nuevo, la toma original es un riff pasado por una caja fuzz y que en la versión de Spector final resulta en algo que podría entrar a la perfección en un recopilatorio de las Ronettes. Tuvo un notable éxito internacional, quizá a la sombra de My Sweet Lord, y múltiples cover entre las que destaca la de Olivia Newton-John.

If Not For You

Un tema menor de Dylan, de su época de retraimiento, fue compuesto en mayo de 1970. Se lanzaría a finales de año tanto en el L.P. del cantautor New Morning como al ser parte de All Things Must Pass. Las dos versiones, soft-rock pegajoso, son muestras del sonido roots entre décadas y la de Harrison podría ser considerada mejor solo por el piano de Gary Wright. Parece ser que uno de los guitarristas de la versión de All Things Must Pass fue Lennon, aunque no ha podido confirmarse del todo. Fue tocada en el concierto de Bangladesh y una cover de Olivia Newton-John, un año después, alcanzó éxito comercial en los países anglófonos.

Behind That Locked Door

Harrison, Lennon, Starr y sus esposas el 31 de agosto de 1969, en un concierto de Dylan en la Isla de Wight

Los Beatles, los ex Beatles más bien, siguieron componiendo baladas en el estilo contemplativo, triste, del disco blanco, y Harrison tiene un buen puñado de pistas en este estilo. Otra pieza bajo el influjo del estilo americana de Dylan, dirigida a él según el propio Harrison, tiene al guitarrista steel de Nashville Pete Drake como principal virtud, además del notable acompañamiento de teclados tanto de Gary Wright como de Billy Preston. En ese sentido, el sonido de The Band tiene un tributo constante en las pequeñas pistas de este disco; un homenaje británico, heterodoxo, que compensa la grandilocuencia de muchos temas dominados por Phil Spector.

Let it Down

Esta canción, compuesta a finales del 68 -luego del viaje a EE.UU. y la visita a Dylan-, pretendía mezclar varios ritmos con palabras devotas y románticas. Fue probada sin éxito en las sesiones de Let it Be, de la cual se conserva alguna versión lúcida con McCartney en los coros. De nuevo, Lennon no gustó de la dificultad de la canción, repleta de acordes de séptima, aunque fue una candidata seria al alcanzar unas cuantas tomas en los estudios Apple a finales de enero del año 1969. La versión lanzada en este disco triple es mucho más pesada, alejada del sonido americana, y construida en torno a los solos de Harrison, Clapton y sus continuos cambios de ritmo, propios de su querida música india.

Run of the Mill

Otra balada con apenas músicos, en contraste con otras pistas del disco, es una prima lejana de piezas tristes de ex Beatle como Junk de McCartney o Hold On de Lennon. Esencialmente, un comentario velado sobre la separación del grupo, “todo el mundo tiene elecciones…”, tiene una elegante producción que dominan los instrumentos de viento. Buen final letárgico para el primer disco de este triple L.P.

Beware of Darkness

Una canción religiosa, que advierte contra el mundo terrenal (el término hindú maya), se construye con acordes de cierta complejidad y una excelente guitarra combinada entre George Harrison y Eric Clapton. Pop elegante, cercano al soul, que parece tratar los temas metafísicos favoritos de Harrison y que advierte contra “líderes ambiciosos” y “pensamientos obsesivos”; una filosofía política a su modo indostánico. Considerada por el estudioso de Harrison Simon Leng como “una canción bastante original”, se tocó en vivo en el concierto de Bangladesh y ha conocido versiones de artistas de renombre como Leon Russell, Marianne Faithfull, Joe Cocker o Sheryl Crow.

Apple Scruffs

Fan leyendo sobre sus ídolos

“Cogollos de la manzana” era la manera en que los Beatles llamaban a sus fan más obsesivas, que pernoctaban en la sede de Apple noche y día, y de las cuales solían recibir regalos. Estas permanecían “en la lluvia y la niebla, pasando placer y dolor” mientras esperaban a sus queridos ídolos, como se reconstruye en la letra de esta pista. En ocasiones, claro, podían ser un dolor de cabeza y es conocido que el robo de varios objetos de la casa de McCartney originó la célebre She Came in through the Bathroom Window. Canción autoproducida por Harrison, que parece tocó todos los instrumentos junto al roadie Mal Evans, es un digno homenaje a las sufridas fan de los Fab Four.

Ballad of Sir Frankie Crisp (Let it Roll)

Más un instrumental de soft-rock que una canción en sí, su origen es una improvisación en torno a las inscripciones de la nueva casa de Harrison, Friar Park, que había ideado el excéntrico Sir Frankie Crisp. Era, además, un track de Harrison con una letra contemplativa, Everybody, Nobody, al que se dio una vuelta divertida en el tono y expresión. Considerada por su autor como “indulgente”, nombró un recopilatorio reciente del músico.

Awaiting on You All

Este himno religioso, hermana “acelerada” de My Sweet Lord, comenzó como una melodía que Harrison tarareaba al lavarse los dientes, según afirmó en una entrevista de 1974. Quizá el tema más góspel de Harrison, que extrañamente no llegó a tener cover de su protegido Billy Preston, en su letra se critican las inversiones económicas del Papa y también la liturgia de todo tipo. De su origen acústico, no muy lejano al sonido del disco Let it Be, pasó a ser una de las grandes producciones sonoras de Phil Spector en el triple L.P.; hermana lejana de River Deep; Mountain High. Fue perfecta, así, para ser tocada en el concierto de Bangladesh un año después con decenas de músicos.

All Things Must Pass

Harrison durante la grabación del disco

Esta pista es el mejor “plagio” del sonido The Band que creó el rock británico, casi hermana gemela de la paradigmática The Weight. El propio Harrison la consideró una canción del tipo “Robbie Robertson”, con esa amalgama de voces que hicieron famoso al grupo de Dylan, y así fue probada con mediano éxito por los Beatles en enero de 1969. Con diferencia el track inédito de Harrison que estuvo más a punto de ser publicado por los Fab Four, McCartney y Lennon hicieron un buen intento en imitar a The Band, permaneció sin lanzarse hasta este L.P. Su letra bíblica, inspirada por Timothy Leary, tuvo una colaboración de Lennon: le dijo que cambiara “viento” por “mente” para hacer el significado más “psicodélico”. En perfecta ironía con su letra fatalista, fue la última canción que Harrison tocó en vivo antes de morir.

I Dig Love

La canción de menor recorrido del L.P., quizá el tema más prescindible, comenzó como otra pista inspirada por el uso de la guitarra slide de Harrison en la gira de Delaney and Bonney. En su versión final, construida en torno a una figura descendiente de piano, celebra el amor con pequeñas bromas sobre sexo en una letra más divertida que erótica. 

Art of Dying

Esta movida pista comenzó como un tema sencillo en 1966 que fue rechazado por los Beatles. De hecho, la letra original invocaba al “Sr. Epstein”, esto es, el mánager de los de Liverpool. Definida como una canción sobre “la reencarnación” a finales de los sesenta por Harrison, encontró su lugar en este disco triple. La versión final, muy distinta a la evocativa toma previa, está dominada por las guitarras de Harrison y Clapton en uno de los temas más “pesados”, casi en el lenguaje del rock duro, del ex Beatle.

Hear Me Lord

Otra balada religiosa de Harrison, que en esta versión anticipa el sonido solemne de su siguiente disco en estudio (Living in a material world), se compuso a inicios del año 69. En ese sentido, fue ensayada por los Beatles con apenas éxito en las sesiones de Get Back, quizá por su tono abiertamente proselitista. Se conserva incluso una versión previa, no especialmente lúcida, ya que no mereció ningún entusiasmo de Lennon y McCartney. Su versión final, claramente sobreproducida, es un número soul con decenas de coros de las George O’Hara Sisters (Harrison doblando todas las voces en los coros). Un buen final para un disco manifiesto al que todavía le quedaría un L.P. más y varias canciones inconclusas.

“Apple Jam” y las canciones inéditas

Harrison y Clapton en la gira de Delaney and Bonnie

Este triple L.P. fue el inicio de uno de los súpergrupos más importantes de los años setenta, Derek and the Dominos, y gran parte de su génesis se puede rastrear en el tercer disco instrumental. Estas sesiones, que seguían las jam improvisadas que dominaban el rock duro de inicios de los años setenta, se incluyeron como “regalo” a los compradores según Harrison, y tenían títulos al azar tomados de discos del cómico Lenny Bruce o el nombre del perro de Eric Clapton además de celebrar el cumpleaños de John Lennon. Esta última pista, basada en Congratulations de Cliff Richards, fue la segunda acusación de plagio de Harrison en el disco y fue convenientemente citado el compositor en la reedición del año 2001.

En esta también se incluyó el tema inédito I live for you, con la colaboración del guitarrista Pete Drake, además de pistas instrumentales o acústicas de las canciones citadas. La película de Scorsese sobre Harrison, Living in a material world y el propio proyecto Anthology de los Beatles han reunido también muchas maquetas acústicas, la mayoría impecables en tono e intimidad, que demuestran cómo el guitarrista Beatles estaba “en la cima” de su carrera, según afirmación del propio McCartney a Scorsese.

Quedaron en el tintero, a pesar de todo, temas muy interesantes que recoge el bootleg Beware of Abkco como la excelente Beautiful Girl o las inéditas Nowhere to go o Cosmic Empire. Prueba fehaciente de que el Beatle George no mentía cuando decía que tenía canciones “para toda la próxima década”. Todas las publicadas, toda esa creatividad, recibió los elogios de la crítica y cierta envidia de sus ex compañeros.

Éxito y envidias

Harrison y Lennon en las sesiones de Imagine. Poco después, Harrison vetaría a Yoko Ono en el concierto de Bangladesh, enfriándose la amistad de nuevo

All Things Must Pass se lanzó el 27 de noviembre de 1970, en una caja que contenía tres L.P. y con una maliciosa portada en blanco y negro. Cuatro gnomos bávaros, según Harrison, representaban a John, Paul, George y Ringo acompañando un título de aceptación de la ruptura como “todo pasa”. Rolling Stone, a través de Ben Gerson, llamó a este disco “el guerra y paz del rock and roll” además de proclamar a su grandilocuente música como “de vastos horizontes”. Alan Smith, en diciembre de ese año, juzgó en NME que “había mucho amor” en lo producido por Harrison, aun recordando que “faltaba algo” quizá en comparación de los Beatles. Billboard tituló el L.P. como una “mezcla maestra de rock y piedad” además de recordar su “plantel de estrellas” musicales, mientras que Melody Maker llegó a declarar que “¡Harpo habla! – ¡Harrison es libre!” comparando al Beatle más callado con el miembro de los hermanos Marx que hizo de la mudez un método de trabajo.

Este éxito crítico, poco esperado, suscitó envidias en el grupo y “rompió” el balance de poder de los Beatles al ser Harrison por primera vez el miembro de mayor éxito. El periodista Fred Goodman recoge “la envidia” de Lennon por el éxito comercial y de crítica de All Things Must Pass y recuerda su malestar en su visita a Mallorca por oír My Sweet Lord incluso en el extranjero. Poco después, Lennon sería detenido por la guardia civil al intentar secuestrar a la hija de Yoko Ono, Kyoko, de su progenitor Anthony Cox

La recepción al disco de Lennon no fue mucho mejor y Harrison reconstruía que éste “una vez” visitó su nueva casa en Friar Park y allí el líder de los Beatles llegó a decir: “Debe estar de la puta cabeza: va a lanzar tres discos. Y mira la foto de portada, parece Leon Russell en versión asmática”

Ese triple disco fue número uno en casi toda Europa, Estados Unidos y superó los 6.000.000 de copias; el intimista y desgarrado Plastic Ono Band de Lennon, lanzado casi al mismo tiempo, no llegó al millón de copias. Mucho, demasiado, había cambiado desde finales de los cincuenta cuando George Harrison era ese “chaval pesado” que perseguía a Lennon cuando salía con su novia Cynthia. En palabras de Harrison:“Tomorrow when you rise / Another day for you to realize me /Or send me down again / As the days stand up on end / You’ve got me wondering how I lost your friendship / But I see it in your eyes”.

¿Te ha gustado este artículo? Puedes colaborar con Canino en nuestro Patreon. Ayúdanos a seguir creciendo.

Publicidad