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Historia
El 15 de abril, muy marcado

La reina de Espa�a que fue tan insultada al partir al exilio como vitoreada en el �nico d�a que volvi�

Actualizado
La reina Victoria Eugenia, a su llegada a Par�s, el 15 de abril de 1931.
La reina Victoria Eugenia, a su llegada a Par�s, el 15 de abril de 1931.

Eran las 11 y 18 minutos de la noche del 15 de abril de 1969, hace 52 a�os, cuando Victoria Eugenia de Battenberg, Ena, reina de Espa�a en el exilio, exhal� su �ltimo suspiro. Su nieto, el entonces Pr�ncipe Juan Carlos, hab�a viajado con Do�a Sofia a la localidad suiza de Lausanne, donde resid�a la esposa de Alfonso XIII, para acompa�arla en su final, como tambi�n hizo su hijo, el conde de Barcelona, junto a su esposa desde Estoril.

El m�dico personal de la reina, el doctor Nicaut, les hab�a llamado para advertirles que la enfermedad hep�tica que sufr�a la reina era irreversible y estaba cercano su final. Esa noche, mientras cenaban en el restaurante Richelieu, les avisaron que acudieran urgentemente a Vieille Fontaine, la residencia de Ena, pues su estado se hab�a agravado por momentos y era cr�tico.

Su salud se hab�a ido apagando desde su viaje a Espa�a del a�o anterior, en febrero de 1968, para asistir al bautizo del Pr�ncipe Felipe, su bisnieto, del que fue madrina. Un momento hist�rico, pues Ena no hab�a vuelto a pisar suelo espa�ol desde que abandon� el palacio real precipitadamente en medio de gritos e insultos otro 15 de abril, el de 1931, una fecha maldita para ella, tras proclamarse la II Rep�blica.

Victoria Eugenia de Battenberg con su madre, la princesa Beatriz de Reino Unido.
Victoria Eugenia de Battenberg con su madre, la princesa Beatriz de Reino Unido.

Se reuni� en Par�s con su marido, el rey Alfonso XIII, que hab�a salido de Espa�a en barco desde Cartagena, y en Par�s se consumar�a posteriormente su separaci�n matrimonial.Nieta de la reina Victoria de Inglaterra, Ena se instal� en el Reino Unido con su familia, pero en la II Guerra Mundial, decidi� por seguridad trasladarse a la neutral Suiza. All� se afinc� definitivamente, primero en el hotel Savoy de Lausanne y despu�s en el palacete La Vieille Fontaine, que recibi� en herencia de unos amigos, a orillas del lago Leman.

Su reencuentro con Espa�a en febrero de 1968 estuvo cargado de emoci�n; como aperitivo, antes de aterrizar su avi�n, el comandante sali� de cabina: "Majestad, tengo el honor de comunicarle que hemos cruzado los Pirineos. �Viva Espa�a!", exclam� ofreciendo una copa de champ�n a la reina, que rompi� a llorar.

Aun le quedaba lo m�s emocionante por vivir cuando centenares de mon�rquicos se echaron a la calle para aclamarla y posteriormente 20.000 personas acudieron al besamanos que ofreci� la duquesa de Alba en su residencia de Liria, donde se hosped� la reina. "Aunque me destrocen el palacio, el besamanos se celebra", hab�a advertido Cayetana. No en vano, su padre, el duque Jacobo Fitz James, hab�a sentido tal devoci�n y dicen que tambi�n amor por Victoria Eugenia que falleci� con el crucifijo de la reina en su pecho.

La reina Victoria Eugenia, en el bautizo del Pr�ncipe Felipe, al que sostiene en brazos delante de don Juan, su hijo.
La reina Victoria Eugenia, en el bautizo del Pr�ncipe Felipe, al que sostiene en brazos delante de don Juan, su hijo.

Durante el bautizo de su bisnieto Felipe, el 8 de febrero, en el palacio de la Zarzuela, Victoria Eugenia hizo un aparte con Franco, pronunciando su frase para la posteridad. "General, esta ser� la �ltima vez que nos veamos y quiero pedirle una cosa: designe rey de Espa�a. Ya tiene tres: el padre, el hijo y el nieto. H�galo en vida, si no, no habr� rey".

No pudo ver cumplido su deseo, pues falleci� tres meses antes de que Juan Carlos fuera designado por Franco en julio sucesor a t�tulo de rey. Ese 15 de abril, tras expirar, su hijo don Juan, muy afectado, cubri� a su madre con el manto de la Virgen del Pilar. "Cuando muera ponedme guapa", hab�a pedido la reina a sus doncellas Pilar y Petra y a su fiel dama de compa��a, Beatriz Aguilar, que la amortajaron con mantilla blanca y cubrieron su f�retro, de nogal y damasco blanco, con una bandera espa�ola.

Fue enterrada en el cementerio de Boi de Vaux en Lausanne, con una sencilla inscripci�n. "Su Majestad la Reina Victoria Eugenia (Balmoral 24-10-1887/ Lausanne 15-4-1969). Posteriormente, el 25 de abril de 1985, en una solemne ceremonia presidida por su nieto, el ya Rey Juan Carlos, sus restos fueron trasladados al pante�n de Reyes de El Escorial donde hoy reposan junto a los del Alfonso XIII, su esposo, del que estaba separada en vida.

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