El viaje oficial a Noruega de Federico y Mary de Dinamarca ha sido todo un escaparate de gestos, miradas y momentos llenos de complicidad entre ellos, no solo porque han celebrado allí sus 20 años de matrimonio, sino porque se encontraban en la mejor de las compañías: sus amigos Haakon y Mette Marit.
Los herederos noruegos han estado presentes en todos los actos de los reyes, a pesar de que los reyes son Sonia y Harald. Pero la delicada salud de este ha hecho que delegue casi toda su agenda en sus hijos, de similar edad que sus invitados.
Quizás por eso, reyes y príncipes parecían dos parejas de amigos visitando lugares bonitos. Ello ha propiciado que Federico y Mary, que son escrupulosamente observados desde que se conoció la amistad de él con Genoveva Casanova, se hayan soltado en sus afectos públicos.
Lejos de otras imágenes más rígidas y serias, el matrimonio ha dado un recital de cercanía y química, especialmente por parte de él que se ha volcado en demostrar que veinte años después sigue igual de enamorado de la australiana que cuando se casaron.
En la zona boscosa de Østmarka pudieron disfrutar de una caminata al aire libre en Ulsrudvannet, una reserva natural de 256 kilómetros cuadrados. Equipados como verdaderos andarines, los reyes daneses y sus amigos, los herederos noruegos, saludaron, posaron y disfrutaron de un paisaje muy hermoso.
Los reyes también caminaron por las calles de Oslo, con atuendos primaverales y cogidos de la mano, igual que Haakon y Mette Marit, que se casaron antes que ellos y siguen mostrando su estrecha relación.
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