Premios: 1 Oscar (más 1 nominaciones) Ver más
Ángel y demonio
Su éxito continúa inmutable entre el amor del público y el odio de la crítica.
Contra viento y marea, Kevin Costner se ha forjado una admirable carrera apoyada en su atractivo y en su capacidad de afrontar retos que se presuponen insuperables. Como contrapartida, gran parte de la crítica le ha acusado en ocasiones de magalómano, creído y ligón (como si eso escaseara en Hollywood). Kevin ha permanecido imperturbable ante los ataques y ha continuado haciendo lo que sabe hacer: actuar y ganarse a su público, sobre todo al femenino. Capaz de encarnar papeles de todo tipo, su talento dramático se engrandece sin embargo cuando se mete en la piel de seductores, aventureros o deportistas, roles éstos con los que ha cosechado sobrados éxitos cinematográficos.
Nacido el 18 de enero de 1955 en Lynnwood, California, Kevin disfrutó desde niño con la literatura y vibraba especialmente con los deportes. Estudió Empresariales en la Universidad Pública de California y se licenció en 1978. Por esa época comenzó a estudiar interpretación y, aunque aceptó inicialmente un trabajo de marketing en Orange County, parece que un encontronazo casual con Richard Burton en un avión le convenció de cuál debía ser su camino profesional. Abandonó su empleo y marchó a Hollywood, donde sobrevivió por un tiempo conduciendo camiones o haciendo de guía turístico. Debutó en el cine con Turno de noche (1982) y luego se paseó por películas de poca monta. En una de ellas, Reencuentro (1983), el director Lawrence Kasdan suprimió su presencia en el montaje y quizá para solventar la “deuda”, dos años más tarde ofreció a Costner su primer gran papel: el del joven y alocado pistolero de Silverado. Posteriormente dejaría a todos con la boca abierta protagonizando Los intocables de Eliot Ness (1987), entre dos monstruos como Connery y De Niro. A partir de ahí fomentó la intriga –No hay salida (1987)– y el béisbol –Los búfalos de Durham (1988), Campo de sueños (1989)–, hasta que llegó la excepcional Bailando con lobos (1990). Kevin Costner dirigió, produjo y protagonizó un film épico inolvidable, de vastísima sensibilidad. La Academia le otorgó 7 Oscar, uno de ellos por la realización.
Pero las vacas flacas esperaban a la puerta. Tras notables intervenciones en Robin Hood, príncipe de los ladrones (1991), JFK (1991) o Un mundo perfecto (1993), Costner emprendió un proyecto de enorme presupuesto que acabó con su prestigio por los suelos: Waterworld (1995). La película no funcionó mal en taquilla, pero los críticos se ensañaron con ella. Quiso resarcirse dirigiendo Mensajero del futuro (1997), pero su divorcio con la crítica se hizo más hondo. No tuvo más remedio que plegar alas y elegir papeles más discretos en los románticas Mensaje en una botella y Entre el amor y el juego, ambas de 1999. En los últimos tiempos ha triunfado con Trece días (2000) y quizá eso le ha dado fuerza para emprender su tercera película como director: el western Open Range. Veremos quién gana el tercer asalto.
Premios
Ganador de 1 premio
- Dirección Bailando con lobos
Nominado a 1 premio
- Actor principal Bailando con lobos