La dinastía de los Hübner

Cuando el fútbol corre por las venas, no hay nada que lo detenga. Traspasado de una generación a otra, son muchos los lazos que se han unido más allá de su código genético. Dentro del fútbol alemán, los Schweinsteiger, los Kroos o los Götze, hermanos futbolistas de gran proyección, pero cuando se trata del núcleo completo ninguna como la familia Hübner donde padre e hijos dan la cara por clubes que conforman las cuatro primeras categorías; aunque al final del día sea Karin, la matriarca, con el continuo debate a cuál equipo apoyar la que tenga el trabajo más difícil, especialmente en casos como el Ingolstadt – Eintracht a disputarse el próximo tres de octubre.

Bruno Hübner de 54 años es actualmente el director deportivo de las Águilas de Frankfurt, pero antes de esto tuvo leves destellos como profesional cuando iniciase su carrera de atacante en el FVgg Kastel 06 y posteriormente, a partir de la temporada 1981/82 experimentara su punto más alto con el Kaiserslautern. El debut profesional se produjo el día de la inauguración de la campaña, seis partidos luego anotaría su primer tanto contra el Bielefeld; la carrera en corto se apoyaría simultáneamente como empleado en la industria, mano de obra en la empresa BRITA, encargada de la filtración del agua.

Se vistió de “Diablo Rojo” 76 veces en la Bundesliga y 3 en la Copa de la UEFA, en los cuales anotó 18 goles y jamás recibió una tarjeta roja. Su travesía duró hasta 1986 tras una fuerte lesión que lo dejó sin titularidad, pasaría a jugar en el SV Wehen, el club de su ciudad al cual conduciría al ascenso a Segunda División y que sería más adelante la escuela de formación para sus tres hijos futbolistas.

Hübner después de colgar las botas tendría un año de fugaz carrera como entrenador y en 2002 conseguiría su primer trabajo en gerencia deportiva, área donde ha anotado sus mejores dianas. Primero como vicepresidente honorario, llevando el manejo de patrocinadores y la mejora de la imagen pública del que fue su último equipo. En 2008 llegaría al MSV Duisburg como director deportivo cuando los del oeste de Alemania consiguieran la 2.Bundesliga y la final de la Pokal del 2011. Más adelante haría su traslado a Frankfurt para conducir la misma área del Eintracht. Durante su período, han obtenido las mejores posiciones en la tabla desde 1995 y con la disputa de Europa League, gozan de años de bonanza en la institución.

De esa polivalencia de su padre para manejarse en el mundo del balompié, los tres hijos provenientes de su matrimonio heredaron la vena y en el presente, Florian de 24 años juega para el Sandhausen, Benjamín de 26 años con el Ingolstadt y Christopher dos años mayor, en el SV Wiesbaden.

El último, mayor de los hermanos, es pivote derecho con un valor en el mercado de 75mil euros, en una corta carrera iniciada en las divisiones inferiores del Wehen, consecutivamente el Darmstadt y ahora el Wiesbaden. En lo que va de temporada ya ha asistido un gol.

Benjamin es desde el 2014 ficha del recién ascendido a la Primera División alemana, defensor central habitual pero también lateral izquierdo o contención, ha impulsado una carrera de 1,50 millones de euros para cualquier futuro comprador. Como es una constante en los Hübner, tras desarrollarse en el Wehen con quienes debutó en 2008 como profesional, pasó en 2012 al  Aalen y desde ahí su valor se ha quintuplicado.

En la misma posición, el menor Florian hace vida desde 2013 cuando se incorporó al Sandhausen, igual que una vez lo hizo con la U20 nacional, el Wehen y en 2012 en el segundo equipo del Borussia Dortmund. Dos goles en tres partidos disputados de Liga y Pokal es su cuenta en esta campaña en curso.

Una familia entera vinculada y entregada a una de las pasiones más voraces de la contemporaneidad, que pasará al recuerdo por la singularidad y el aporte que le han dado al fútbol germánico, una potencial dinastía cuando Florian, Benjamin y Christopher creen vida, que seguro en su ADN estará las huellas de pelota y césped.