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El fin de la inocencia
Las chicas buenas van al cielo, pero Natalie Portman ha escuchado aquello de que las malas van a todas partes.
A pesar de todo, la actriz sigue teniendo una imagen de inocencia y fragilidad, lo que ha provocado en numerosas ocasiones su comparación con Audrey Hepburn. Pero la actriz de ojos marrones, similares a los de la protagonista de Vacaciones en Roma, ha empezado a interpretar a chicas más oscuras, como la striper sin horizontes vitales de Closer, y la musa de Goya, que se queda embarazada en los calabozos de la Inquisición, en Los fantasmas de Goya. "Creo que sigo siendo igual de ingenua que siempre", afirma la actriz. "Es cierto que interpreto personajes más adultos, pero por ejemplo, nunca había visto una dosis de cocaína, hasta que rodé en España, hace poco tiempo. Alguien me ofreció, pero por supuesto las drogas no me interesan", explica Portman, que sigue llevando una vida más o menos normal, sin los escándalos que protagonizan otras estrellas de Hollywood.
Natalie Portman ha pasado unos meses de rodaje en la localidad madrileña de Boadilla del Monte y en el Parque del Retiro, de la capital de España, a las órdenes del prestigioso Milos Forman. De Javier Bardem, que interpreta a un inquisidor, sólo tiene palabras elogiosas. "Es el mejor actor del mundo", comenta la actriz. Nada más finalizar la película, le ha faltado tiempo para ponerse a las órdenes del debutante Zach Helm, que dirige Mr. Magorium y su tienda mágica. En esta original cinta familiar, Natalie Portman interpreta a Molly Mahoney, la insegura directora de la empresa aludida en el título, para más señas la juguetería más extraña del mundo. Este proyecto lo encadenó con My Blueberry Nights, primera película estadounidense de Wong Kar Wai, el prestigioso director de Hong Kong que rodó Deseando amar (In The Mood For Love). Aunque en este momento no para, la actriz llevaba unos años más centrada en sus estudios, que en su carrera cinematográfica, escogiendo con sumo cuidado las películas en las que aparecía. Normalmente sólo rodaba durante las vacaciones de verano. Y al fin, Natalie Portman se ha licenciado en Psicología, por la prestigiosa Universidad de Harvard. Por curioso que parezca, no descarta dejar el cine y ejercer del psicóloga, por una cuestión de desarrollo personal, pues su carrera interpretativa va viento en popa, a toda vela.
De versatilidad probada, no duda en raparse el pelo, si es necesario, como ocurría en V de Vendetta. "No creo que la película justifique el terrorismo ni mucho menos. Pero espero que lance una visión del problema desde una nueva perspectiva. Se trata de meterse en los zapatos del terrorista, para saber por qué se comporta así, y abrir un debate", explica la actriz.
Nacida en Israel en 1981, en la ciudad de Jerusalén, Natalie Portman se muestra comprometida con la causa judía. Mientras estudiaba unos meses en la universidad de su ciudad natal, se embarcó en un proyecto de Amos Gitai, el más ilustre representante del cine israelí. En Zona libre encarnaba a una estadounidense que acompaña a una taxista israelí a ir a Jordania, donde debe recoger una importante suma de dinero. Siendo muy joven, interpretó a una niña judía, la celebérrima protagonista de 'El diario de Ana Frank', en los escenarios de Broadway.
A sus 26 años, la actriz ha pasado más de media vida dedicada a la interpretación, pues Natalie Hershlag, su verdadero nombre, fue descubierta en una pizzería neoyorquina por un cazatalentos cuando tenía 11 años. Aunque éste quería convertirla en modelo, la joven Natalie acabó consiguiendo un contrato para El profesional (Léon), filmado en 1994 por Luc Besson. En ese momento decidió ponerse un nombre artístico, optando por Portman, apellido de soltera de su madre, para proteger a su familia de las malas críticas, si la película salía mal, o para que sus familiares se mantuvieran en el anonimato si se hacía excesivamente famosa.
Ya era una adolescente cuando rodó Beautiful Girls. Estudiante que siempre ha sacado notas altas, para ella lo más importante era ir bien en el instituto, por lo que apenas rodaba. Para contar con ella, George Lucas llegó a retrasar el rodaje de La amenaza fantasma, primera entrega de la nueva trilogía de Star Wars, que convirtió a Natalie Portman, intérprete de la Reina Amidala, en una celebridad. "Acepto que esto haya pasado, pero hubiera preferido que no fuera así. Soy una chica muy discreta, y prefería haberme mantenido muchos años en personajes secundarios interesantes, y así poder llevar una vida normal", ha explicado la actriz.