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En profundidad Geopolítica Rusia y espacio postsoviético

Teoría del heartland: la conquista del mundo

A principios del siglo XX, el geógrafo Mackinder elaboró una teoría para comprobar qué potencia dominaría el mundo. Desde el Imperio ruso a la Alemania nazi, pasando hoy por el gigante chino, nadie ha conseguido cumplir esa profecía geopolítica.
Teoría del heartland: la conquista del mundo
Un ejemplo clásico de teoría geopolítica es la del heartland, que divide el mundo entre un área pivote y la creciente interior y la exterior. Quien domine Asia Central dominará Eurasia, y quien domine Eurasia dominará el mundo, según Mackinder.

En 1904 el político y geógrafo inglés Halford John Mackinder ideó una teoría generalista sobre el pasado, presente y futuro del poder mundial. Esta teoría, llamada teoría del heartland o del corazón continental, venía a decir que, históricamente, quien controlaba la zona de Asia central-Rusia central-Siberia tenía bastantes probabilidades de controlar tanto el resto de Asia como el resto de Europa y obtener así una posición privilegiada de cara al dominio mundial. Esta especie de profecía geopolítica nunca ha llegado a producirse realmente, aunque sí es cierto que en varios momentos de la Historia ha estado cerca de cumplirse.

En los últimos tiempos se ha relacionado este poder del heartland con el ascenso vertiginoso de China, que regionalmente es una potencia consolidada y mundialmente es una firme candidata a lograr el título de superpotencia en las próximas décadas. Por tanto, aunque esta teoría de principios del siglo XX sea simplista e inconcluyente en muchos aspectos, es interesante porque se ha tomado repetidamente como modelo de política exterior o económica, por lo que aquí intentaremos encajar la proyección del auge chino con las predicciones del geógrafo inglés.

Una idea sustentada en la Historia

En su conferencia “El pivote geográfico de la Historia”, Mackinder introducía la idea de que, históricamente, el poder se había expandido por un medio geográfico determinado. Hasta la Edad Moderna (siglo XV), la expansión se había dado a través del medio terrestre, gracias al caballo y los ejércitos montados. Añadía también el hecho de que hasta esa época todas las grandes invasiones que habían sufrido Europa o Asia provenían de una región en concreto: Asia central.

En la Edad Antigua, en los primeros siglos después de Cristo, los hunos comenzaron una expansión desde la zona de Mongolia y Asia central hacia el resto de Eurasia. De hecho, esta expansión fue uno de los motivos de la construcción de la Gran Muralla China. Por ese mismo continente llegaron a la India y Persia, mientras que en su expansionismo por Europa durante el siglo V d. C. estuvieron a punto de destruir el Imperio romano de Occidente —que sólo aguantó 20 años más—. Casi mil años después, durante el siglo XIII, los mongoles llegaron —en su etapa inicial liderados por Gengis Kan— hasta el sur de China, Irán, Turquía o países actuales tan distantes como Ucrania o Rumanía.

La Teoría del heartland es un concepto acuñado a principios del siglo XX por el geógrafo británico Halford Mackinder. En su primera versión funcionaba a modo de profecía geopolítica, intentando encontrar un patrón geográfico por el cual un país se convertía en potencia mundial. Según esta teoría, los grandes imperios a lo largo de los siglos tenían un fuerte componente de expansión terrestre y todos ellos procedían o habían controlado la zona de Asia Central.

A partir del siglo XV, con el desarrollo de la navegación ultramarina y la llegada a América de los europeos, el medio de expansión más rápido y eficaz deja de ser la tierra y pasa a ser el mar, por lo que la ventaja del heartland respecto a la capacidad de expansión se pierde. Ahora son los países europeos con amplio acceso al mar los que se expanden de manera extraordinaria. España, Inglaterra, Francia y Holanda llegan a conseguir extensos territorios fuera de Europa gracias al desarrollo de sus armadas y al comercio marítimo. Es más, con la movilidad naval ganan en penetración terrestre, por lo que el efecto del corazón continental se ve aún más reducido. También las estructuras políticas, económicas y militares han cambiado desde las grandes invasiones. En la zona de Asia central siguen existiendo tribus o pueblos desunidos y que no se han desarrollado tecnológicamente, mientras que los pueblos europeos, que siglos atrás tenían una capacidad tecnológica similar a la de los invasores asiáticos, han desarrollado armas de fuego potentes, formas de gobierno eficientes, infraestructuras de calidad, poblaciones numerosas y medianamente densas, etc.

En este punto parece que la teoría de Mckinder se diluía en el propio devenir de la Historia, pero entonces llegó un avance que devolvió la vida al maltrecho heartland: el ferrocarril. Gracias a este invento se empezaba a reequilibrar la carrera entre la tierra y el mar. No cabe duda de que el ferrocarril ha sido uno de los puntos de inflexión en la Historia mundial: acortaba el tiempo de desplazamiento de ejércitos y productos y aumentaba la capacidad de transporte entre un punto y otro, especialmente en sitios alejados del mar.

Así llegamos a 1904, cuando nuestro autor explica de manera más amplia todo lo comentado anteriormente. El medio terrestre parecía estar ganando de nuevo la partida al mar, por lo que la teoría del corazón continental resucitaba. De manera más amplia, ahora debía haber una potencia terrestre y una marítima, que básicamente pugnarían por el control del heartland. Quien controlase el corazón continental controlaría el “cinturón interior”, zona que comprendía el resto de la Europa y Asia continental, y quien controlase ese cinturón interior probablemente acabase controlando el “cinturón exterior”, que venía a ser el resto del mundo.

Para ampliar: “El pivote geográfico de la Historia”, H. J. Mackinder, 1904

La lucha por el heartland

Para entender este modelo también debemos verlo desde la óptica de la época en la que Mackinder lo propuso. En 1904 Gran Bretaña era la potencia indiscutible; su imperio colonial era el más extenso del mundo y su poder naval resultaba abrumador. En cambio, como potencia terrestre, había ciertas dudas. ¿Lo era el Imperio ruso, ocupante efectivo del heartland, pero industrial y militarmente atrasadísimo? ¿Sería Alemania, potencia terrestre en alza que miraba con cierto apetito al este de Europa?

A finales del siglo XIX casi estalla una guerra entre británicos y rusos en Afganistán e India por el control de Asia central, una región geoestratégica clave según Mackinder. La cuestión de entonces no era quién iba a controlar el corazón continental, puesto que se sabía ya sobradamente que en su mayoría esta zona estaba bajo el dominio del Imperio ruso, sino si este sería capaz de desarrollar el potencial suficiente para cumplir la profecía geográfica.

Conquista del heartland por parte del Imperio ruso. Fuente: Pinterest

La Primera Guerra Mundial evidenció que Rusia no era ni iba a ser ese candidato a dominador mundial. Su ejército, pésimamente armado, apenas hizo nada en la guerra al no haber una capacidad industrial detrás que respaldase ese esfuerzo. Llegó la Revolución de Octubre, Rusia cambió su nombre por el de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) —con una dura guerra civil acompañada de hambrunas— y el puesto de potencia terrestre se quedó otra vez sin candidato al estar también Alemania puesta contra la lona tras el Tratado de Versalles.

El siguiente momento en el que saltaron las alarmas fue durante la Segunda Guerra Mundial. Gran Bretaña todavía mantenía el estatus de potencia marítima —le quedaba un lustro para perderlo a manos de Estados Unidos—, mientras que la alianza germano-soviética hacía temer que se consumase la gestación definitiva de una potencia terrestre. La ruptura de esa alianza con la guerra entre ambos hizo que el remedio fuese peor que la enfermedad: si Alemania, que dominaba de manera efectiva casi toda Europa Occidental, dominaba también la enorme extensión que suponía la URSS, heartland incluido, el mundo acabaría siendo alemán. El presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt ya entreveía esta posibilidad el 29 de diciembre de 1940 en su célebre discurso “El arsenal de la democracia”:

“Los líderes nazis de Alemania han dejado claro que pretenden no solo dominar toda forma de vida y pensamiento dentro de su propio país, sino también esclavizar a toda Europa y entonces hacer uso de sus recursos para dominar el resto del mundo. […] ¿Alguien cree realmente que necesitamos temer un ataque mientras permanezca en el Atlántico como nuestro más poderoso vecino naval una Gran Bretaña libre? ¿Alguien cree realmente, por otro lado, que podríamos descansar en paz si las potencias del Eje fueran nuestro vecino ahí? Si Gran Bretaña cae, las potencias del Eje controlarán los continentes de Europa, Asia, África, Australia y los océanos. Y entonces se encontrarán en situación de convocar enormes recursos militares y navales contra este hemisferio”.

Desde Estados Unidos sabían perfectamente que, si la URSS y Gran Bretaña caían, ellos acabarían haciendo lo mismo en un tiempo. Finalmente, la máquina de guerra alemana acabó ahogándose en Rusia y hubo de retroceder todo lo andado hasta Berlín.

Dos potencias enfrentadas por el control mundial

El medio siglo posterior estaría marcado por la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS. Ahora sí había verdaderamente una potencia marítima con una capacidad de despliegue mundial —EE. UU.— y una potencia terrestre, de enorme extensión, con muchos recursos, una industria potente y un ejército numeroso y bien armado que además controlaba el heartland —URSS—. El modelo de Mackinder de esa lucha de gigantes empezaba a cuadrar.

Para ampliar: “La Marina estadounidense: de providencia a estrategia”, Andrea G. Rodríguez en El Orden Mundial, 2017

El inconveniente que había ahora era la amenaza nuclear, que implicaba la destrucción mutua si la situación se les iba de las manos, así que todo acabó derivando en la llamada doctrina de la contención, que trataba de impedir cualquier expansión, tanto territorial como de influencia, por parte de las dos superpotencias. De hecho, para que veamos la importancia que esta contención soviética suponía para los Estados Unidos, el presidente Reagan llegó a decir en 1988, casi 50 años después de que Roosevelt se refiriese a la contención nazi, lo siguiente:

“La primera dimensión histórica de nuestra estrategia es relativamente simple, clara y enormemente sensata. Es la convicción de que los intereses de seguridad nacional fundamentales de los EE. UU. se pondrían en peligro si un Estado o grupo de Estados hostiles dominaran la masa de tierra euroasiática. Y desde 1945 hemos procurado evitar que la URSS sacara partido de su posición geoestratégica ventajosa para dominar a sus vecinos de la Europa Occidental, Asia y Oriente Próximo, con lo que se alteraría el equilibrio mundial de poder en nuestro perjuicio”

Geografía política, P. Taylor y C. Flint, 2002

Los dos grandes superbloques: la OTAN y el Pacto de Varsovia.

La Guerra Fría acabó en 1991 con la desaparición de la URSS y, con ella, la idea de que una superpotencia surgiese del heartland. Su heredera más directa, Rusia, estaba inmersa en una crisis tan profunda que la relegaba a la segunda división geopolítica. Por otro lado, las ex repúblicas soviéticas de Asia central —Kazajistán, Uzbekistán, Kirguizistán, Turkmenistán y Tayikistán— se convertían en dictaduras tremendamente corruptas, con rivalidades étnicas; Mongolia no había sido nunca relevante como Estado y no tenía previsiones de serlo, y, finalmente, China acababa de despertar del funcionamiento comunista y apenas había echado a andar por la senda capitalista. Parecía que de nuevo estaba vacante la plaza de potencia terrestre.

China, candidata a potencia terrestre

Cuando Mackinder elaboró su teoría en los primeros años del siglo XX, es poco probable que pensase en China como un candidato aceptable para dominar el heartland. Mackinder sentía cierta fascinación por el Imperio ruso, que en aquellos años llevó a cabo reformas políticas y económicas en su interior para impulsar la industria en un país fundamentalmente agrario. Quizás no pensó en China porque el ahora gigante asiático era entonces un cortijo de las potencias europeas y su emperador poco tenía que decir: gobernaba —por decir algo— el centro y norte de lo que hoy es China; el resto, factorías europeas, influencia europea y todo dominado por europeos.

Como es lógico, los chinos acabaron rebelándose y los europeos optaron por salir de allí, no sin antes provocar que China acabase en un mosaico de varios Estados en un régimen casi feudal. Hasta la victoria de Mao Zedong en 1949, no podemos decir que China fuera un país totalmente unificado y controlado efectivamente por un poder central.

Para ampliar: “Tras las pistas de la China actual. De la Revolución Cultural a Tiananmén”, Adrián Albiac en El Orden Mundial, 2016

Siguiendo fielmente la delimitación original del heartland de Mackinder, las regiones del noroeste de China entran dentro del corazón continental. Más concretamente, podemos incluir la región de Sinkiang, poblada mayoritariamente por uigures musulmanes, dentro de ese espacio conquistador. Así, China tiene medio pie metido en el corazón. Tampoco es que eso sea lo importante; las líneas en los mapas, como las fronteras, es algo imaginario, así que podemos extender el área del heartland a parte de China.

A finales de la década de 1990 y sobre todo en los primeros años del siglo XXI, China ha conocido un desarrollo económico sin precedentes. El tercer país más extenso del planeta y el más poblado, unas tasas de crecimiento vertiginosas que se creían imposibles de mantener a medio plazo en un país tan grande, un comercio exportador que poco a poco va copando el mercado, un presupuesto en defensa que no deja de aumentar, una política exterior ambiciosa, un poder económico apabullante al no tener apenas deuda pública ni una moneda que fluctúe —el yuan es la única moneda potente que no está en el sistema de cambio flexible—…

En definitiva, se constata que en la última década no ha habido tal crecimiento de poder en ningún país o región del mundo. Se empieza a hablar de que China podría ocupar muy pronto, si no lo ha hecho ya, el trono de potencia terrestre. Como bien dijo Napoleón: “Cuando China despierte, el mundo temblará”.

¿La potencia mundial del siglo XXI?

En el recién empezado siglo XX, las armas todavía hacían más daño que cualquier otra herramienta a disposición de Gobiernos o élites. Durante la etapa colonial, unos cuantos cientos de hombres con armas de fuego podían someter extensísimos territorios, igual que los hunos arrasaron media Europa por el simple hecho de tener caballos. La dicotomía tierra-mar duró hasta casi el fin de la URSS, quizás complementada por el aire, aunque sin duda no como medio independiente o comparable a los dos anteriores.

Ahora las cosas han cambiado. Y mucho. Las armas ligeras son relativamente baratas y fáciles de adquirir donde no hay un control estatal fuerte —véase África—, el sistema internacional está organizado mínimamente gracias a la ONU y el Derecho internacional y las armas —afortunadamente— no son sacadas tan alegremente como hasta hace 70 años. Pero no por esto vivimos en un mundo más seguro o menos agresivo. El poder mundial es como la energía: ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma. Cambia de manos o de manera de ejecutarse, pero siempre hay poder.

Que China vaya por delante de Estados Unidos en algunas cuestiones no quita para que Washington todavía saque ventaja a Pekín en otras. Fuente: The New York Times

Estados Unidos nunca ha parecido comprender el poder blando o económico —al menos su Gobierno, porque su sector privado lo ha entendido a la perfección—. Siempre han optado por la fórmula clásica, la guerra, ya con ejércitos profesionales, como en el caso de Irak o Afganistán, o mediante guerras encubiertas, como los golpes de Estado en América Latina o la lucha de los talibanes contra los soviéticos en Afganistán en los años 80.

En cambio, China, en su reconversión del comunismo al capitalismo, ha entendido a la perfección que este mundo ya no lo dominan las armas, sino el dinero. Dar una orden económica puede ser infinitamente más efectivo que guerrear contra un país o usar las armas. El dinero es el arma del siglo XXI. ¿El medio? El ciberespacio. Tierra y mar se ven cada vez más eclipsados por lo que supone lo virtual. Quien piense que Estados Unidos o China no pueden hacer quebrar un país y hundirlo en la miseria en unas horas tecleando cuatro cosas y levantando un par de veces el teléfono vive en un paraíso feliz. A punto ha estado Alemania de hacerlo con Grecia; no iba a ser capaz entonces de hacerlo Estados Unidos con cualquier otro.

Para ampliar: “La Nueva Ruta de la Seda: iniciativa económica, ofensiva diplomática”, Sandra Ramos en El Orden Mundial, 2016

China y Estados Unidos van a combatir. Van a acabar disputando la influencia hasta en el islote más perdido del Pacífico si hace falta. Estados Unidos languidece como potencia marítima mientras China crece como la terrestre. La influencia china en Asia es enorme y eso pone nerviosos a muchos, especialmente a los vecinos. Porque todas las potencias, antes o después, se sienten encerradas y apretadas en el territorio que tienen, por grande que sea. No es el hecho de expandirse territorialmente, sino de aumentar su influencia. Y, si los vecinos son reticentes a ello, mal asunto; empiezan los nervios.

Que desde Pekín hayan querido vallar para ellos los islotes del Mar de China ha hecho que más de uno tenga la mosca detrás de la oreja. De momento, el marcador está ‘Potencia terrestre 0 – Potencia marítima 4’. Para el próximo partido queda poco. Las apuestas están a que una posible Tercera Guerra Mundial sería principalmente entre Estados Unidos y China en un futuro inexacto. ¿Quién se proclamará vencedor en la disputa por el control mundial? ¿Será China, una potencia del heartland, del interior del gran continente euroasiático, como profetizaba Mackinder? ¿O será por el contrario Estados Unidos, una potencia del exterior del corazón continental? La conquista del mundo ha empezado; hagan sus apuestas.

La carrera entre Estados Unidos y China es evidente en multitud de variables. Sin embargo, en la mayoría las diferencias entre una potencia y otra son claras. Fuente: Visually

Fernando Arancón

Madrid, 1992. Director de El Orden Mundial. Graduado en Relaciones Internacionales por la UCM. Máster en Inteligencia Económica en la UAM. Especialista y apasionado de la geopolítica.

28 comentarios

  1. Expandir comentario
    Jose D. Rosello

    Genial la primera parte del articulo (vamos, que a mi me ha gustado mucho). Hay un documental rodado en la Segunda Guerra Mundial, dirigido por Frank Capra, si no me equivoco, donde se expone esta teoria aplicada a Alemania.

    Tambien tengo que decir que la última parte, la del choque entre USA y China no me parece que esté tan bien resuelta porque deja argumentos importantes fuera, uno de ellos es la capacidad de «influencia cultural», llamemosla asi y que se traduce en Hay un «sueño americano», pero desde luego no hay nada aún como un «sueño chino». Otros factores son importantes como el poderio militar real. Toda la marina china es de «aguas marrones» es decir, fluvial o costera, hasta este año carecian de marina de «aguas azules» (portaaviones etc), tuvieron el primeor este año. La comparación con USA es perdida abrumadoramente.

    Me permito, porque me aprece relacionado y pertinente dejar un enlace a un articulo (corto) mio en otro blog. espero que no importe:

    http://www.debatecallejero.com/asia-aun-tan-lejos/

    saludos

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    Fernando Arancón

    En primer lugar muchas gracias por comentar. ¡A menudo se enriquecen mucho más los artículos por los comentarios que por el propio artículo!
    Obviamente, esto está escrito desde la perspectiva que tenía Mckinder. Después de esta teoría de 1904 hizo dos más, dos revisiones durante la 1ª y 2ª Guerra Mundial, pero eran contextuales y no de carácter estructural, por lo que tienen bastante menos valor que la que aquí comentamos (además de formar parte de la misma teoría).

    En cuanto al choque EEUU-China, es necesario decir que los cambios en la sociedad internacional tardan décadas en producirse. A no ser que haya un cambio brusco del tipo que sea, las políticas y actuaciones internacionales son lentas y tardan años y años en verse en perspectiva. El giro por ejemplo de Estados Unidos hacia Asia-Pacífico se pretendía dar en 2001 con la llegada de Bush al poder. ¿Qué pasó? 11S. EEUU tuvo que ir a Oriente Medio en vez de a Asia y China aprovechó la oportunidad para desarrollarse con calma y sin presiones. Así que las consecuencias de las que aquí hablamos podrían darse fácilmente en 2020 o 2030.

    El factor cultural que comentas es interesante, pero es muy eurocéntrico. El «sueño americano» hace tiempo que es ya una leyenda mas que una realidad. Se tiene en ciertos puntos, pero no cabe duda de que están empezando a surgir otros modelos de desarrollo, tanto estatal como ciudadano, que desplazan al del sueño americano. Ni EEUU ni Europa es ya una referencia. Es un mundo gris que languidece mientras modelos asiáticos, latinoamericanos o africanos de desarrollo aparecen de manera atractiva. El tema es que el poder mediático todavía está en EEUU y Europa, lo que actúa de barrera para no dar visibilidad a estos nuevos modelos. Te asustaría saber cómo está desplazando la agencia oficial china Xinhua a los medios europeos en África.

    Con el tema de las flotas, es correcto lo que dices, pero también hay que verlo en perspectiva de futuro. La armada china es irrisoria en cantidad y calidad si la comparas con la estadounidense o la japonesa. La cuestión aquí es que EEUU se ha desangrado en Afganistán e Irak y ya no puede mantener semejante presupuesto de defensa mientras que China lleva 15 años aumentándolo casi exponencialmente. No le queda mucho para que ambos se igualen y tampoco mucho más para que el de China sobrepase al de EEUU. Eso, en 10, 15 o 20 años dará para que si todo sigue en la senda por la que va esto, China y EEUU tengan los dos ejércitos más potentes del planeta.

    Un saludo!

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      Telma Laura T

      fernando que interesante analisis, y de los participantes tambien, que como bien dices enriquecen mucho el articulo, lo cual nos permite que tu amplies y aclares más el analisis, felicidades¡¡¡

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    Es curioso que Roosevelt hiciera una guerra junto a la URSS y contra Alemania para evitar el establecimiento de un poder en el corazón de Asia, pues ese poder era la propia URSS.

  4. Expandir comentario

    Completo e interesante. Tal vez convendría tener en cuenta también el papel de Rusia, que posee recursos naturales e influencias con las que controla buena Europa Occidental. Pese a todo, el tablero se resuelve entre las grandes potencias económicas, y los conflictos seguirán sucediéndose en las zonas de recursos limitados (petróleo, gas, coltán…)

    Por cierto he visto que eres graduado en Relaciones Internacionales, sería un auténtico placer poder charlar un rato e intercambiar ideas. Un saludo y gracias por el artículo.

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    EEUU DEBE PACTAR CON RUSIA EL REPARTO DEL MUNDO YA QUE EN CASO CONTRARIO DESAPARECERA DEL MAPA EN MENOS DE 100 AÑOS CUANDO CHINA LO SUPERE AMPLIAMENTE TAMBIEN EEUU DEBE PACTAR CON HISPANOAMERICA OSEA LOS PAISES HEREDEROS DE ESPAÑA UN NUEVO ARREGLO QUE REPARE LAS OFENSAS A LOS HISPANOS EFECTUADAS POR INGLATERRA DIRECTAMENTE O POR BRASIL TRADICIONAL ALIADO DE INGLATERRA O POR LOS MISMOS ESTADOUNIDENSES A MEJICO CENTROAMERICA Y HASTA A ARGENTINA TODO ESTO CON MIRAS A ARMAR UNA CONFEDERACION JUSTA E INVENCIBLE DE NORTEAMERICANOS QUE OBVIO DEBERAN ANEZARSE CANADA Y DEVOLVER LO ROBADO A MEJICO Y REDUCIR A LA MITAD EL TERRITORIO BRASILERO EN BENEFICIO DE LOS PAISSES HISPANOS CON TODO ESTO SE CREARA UNA VERDADERA SUPERPOTENCIA HISPANONORTEAMERICANA AL ECHAR DEL CONTINENTE A LOS ANGLOJUDIOS

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    POR CIERTO LA FAMOSA TEORIA DEL HEARTLAND ESTA EQUIVOCADA Y ES UN INVENTO INGLES COMO LO PRUEBA LA CAIDA Y DESTRUCCION DEL PODER GRIEGO ANTE ESPARTA O EL CARTAGINEZ ANTE ROMA ADEMAS INGLATERRA SIN LOS EEUU ES NADA

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      Bueno, no se por donde coger estos comentarios. Veamos algun punto 1) ?Caida de poder Griego ante Esparta? que yo sepa, Esparta era y es Griega, supongo que te refieres a la victoria de Esparta sobre Atenas. Cartago contra Roma es otro ejemplo de la clasica dicotomia entre un poder continental-terrestre como el Romano y otro maritimo como Cartago. Roma construyo su flota y al final derroto a Cartago. EUA sin duda son herederos en cierto modo de la posicion del Imperio Britanico e incluso de la influencia de Imperios como el Espanol, Portugues, Holandes o Frances. La lista de suposiciones no la sigo muy bien pero dudo de que las cosas en 100 agnos deban ser de ese modo si o si, me parecen mas bien especulaciones. Un pacto entre EUA e Hispanoamerica, puede ser pero dudo que se forme como manera de reparar ofensas. Ademas, recuerdo que Espana ayudo a la Independencia de EUA e Inglaterra a la de muchos paises Hispanoamericanos. Brasil aliado hoy del RU?? Los anglos de EUA son una cosa y otra son los judios en EUA. Es mas, tambien hay muchos judios en creo qeu casi todos los paises Latinoamericanos, Argentina, Uruguay, Chile, Venezuela, Brasil…etc. Vamos creo que para empezar a argumentar deberias escribir frases hechas y no diatribas de pensamientos sin orden.

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    Me parece muy interesante este artículo, pero me gustaría conocer tu punto de vista con relación al crecimiento de India y qué papel tendría esta potencia emergente en el futuro? más aún considerando las rivalidades comerciales existentes con la actual China.

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      Fernando Arancón

      Vaya cosas me pedís. Casi me puede dar para otro artículo, que además es un tema bien interesante. La cuestión de la India como poder alternativo al chino está muy comentado, pero desde mi punto de vista hay diferencias considerables que merecen ver la comparativa con cierta perspectiva. Cuestiones como el brutal crecimiento demográfico indio y el estancamiento poblacional de China (causado por una política de hijo único mantenida demasiado tiempo); el modelo económico que desarrolle cada uno (India todavía está en un estadio de industrialización y terciarización inferior al chino); el sistema político de cada país (India es la mayor democracia del planeta, pero el autoritarismo chino facilita en gran medida que las luchas de poder propias de una democracia no interfieran en las políticas) o la noción de seguridad que cada estado planea aplicar en un futuro (te recomiendo leer el artículo sobre el Collar de Perlas) entiendo que son variables fundamentales para poder seguir adecuadamente la proyección de ambos países. Siento no entrar en mucho detalle, pero si no este comentario sería gigantesco.
      Un saludo

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    Yo no estoy muy de acuerdo con la teoría del Heartland: los mongoles dominaron el mundo porque eran los amos de la emboscada, y en plena edad media, sólo los mamelucos y los vietnamitas supieron vencerles con contundencia.

    En cuanto a China dos cosas que a mi juicio pueden interferir enormemente: China será la mayor potencia económica, pero ¿dónde están las mejores universidades del mundo?, en Occidente (según el criterio de Shangai). Es cierto que China tiene un ejército de doctores pero he leído que sus doctorados son de poca calidad.

    Otro factor a tener en cuenta: ahora en China se trabaja cómo un esclavo, pero de aquí a unas décadas surgirán derechos civiles, estado del bienestar, estancamiento de la natalidad, población envejecida, bajo rendimiento laboral etc, etc. (cómo ha ocurrido en Occidente). Por todo ello está por ver si seguirá creciendo exponencialmente a lo largo de este siglo.
    Saludos

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    Gonzalo Calvo

    La teoría en cuestión es una táctica de distracción. La teoría que funciona es la del control marítimo, no la del control terrestre. Yo la llamaría Mindocean, en contraposición a Heartland.

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      Fernando Arancón

      Se llama Teoría del Poder Marítimo y es de 1890, casi coetánea a la de Mackinder

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        Gonzalo Calvo

        Pues eso. Ya tienes un tema para un nuevo artículo. Ahora bien, si habláis de Heartland en referencia cruzada al Heartland Institute, que ha financiado estudios sobre cambio climático, deberíais ser más explícitos… (!)

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    Excelente, como siempre!

  11. Expandir comentario

    Me ha gustado especialmente la primera parte del artículo. Respecto a China, pienso que ya es la primera potencia mundial. No soy economista, pero me parece que si China posee más del 30 % de la deuda externa de EE.UU., es quien manda, posee la llave para hacer caer de rodillas a la hasta ahora primera potencia. Creo que los chinos son más pragmáticos y menos propagandísticos que los gringos, pero en África ya es muy evidente su poder y en Latinoamérica está empezando a mostrarse.

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      Hola. Es cierto que el poder de China se extiende a todos los continentes de distintas formas. Pero los Estados Unidos pueden estar tranquilos, dominan el mar y tienen el ejército más poderoso (no más numeroso). Y lo de la deuda… Yo tampoco soy economista, pero teniendo en cuenta que los Estados Unidos a través de la Fed (Reserva Federal) ostentan una soberanía monetaria indiscutible, yo diría que tienen control de su deuda y de su situación. Podrían no pagar la deuda y no sucedería nada directamente, o invalidarla a través del dólar, no en vano tienen el poder de emitir, restringir o invalidar su propia moneda.

  12. Expandir comentario

    Seria muy bueno una analisis de los alcances de México hacia futuro, pues es bien sabido que es un país muy rico…

  13. Expandir comentario
    Manuel Vázquez Laguna

    Excelente artículo!!!!!

  14. Expandir comentario

    El articulo de referencia, esta buenisimo. Didactico y pedagogico. En referencia a la segunda parte del mismo, hay que tener presente que las alianzas, tanto económicas como militares, juegan un papel fundamental en la actualidad. Por lo tanto,es sabido que China esta aliada con Rusia, este ultimo al igual con India, lo que refleja que tanto Euro-Asia Central y Asia están siendo dominada por un mismo eje. No hay dudas que en el hipotético caso de sentirse amenazados su dominio y poder, van a unirse mas aun para defenderlo. China, Rusia e India son potencias nucleares y las tres (mas algún otro que se una) estarian equilibrando el poderío economico militar, político y estratégico del planeta.-

  15. Expandir comentario

    Enhorabuena por el artículo,muy interesante.Sin embargo creo qe hay un par de puntualizaciones que hacer entorno al supuesto poderío futuro de China.La primera es que,como ya se ha esbozado por ahí arriba en otro comentario China es un país que aún no ha dado el gran salto adelante que necesita en cuanto a derechos civiles,sociales y humanos.En este sentido,cuando la gran parte de su población adopte alcance los estándares del llamado estado del bienestar y el gobierno chino se vea obligado a conceder estos derechos,el gasto para el citado gobierno será enorme,con lo que tendrá que desviar una buena parte de sus fondos para política internacional y expansión en África hacia su propio país,lo que probablemente le hará perder competitividad a nivel económico.El segundo problema,si cabe más importante,la burbuja inmobiliaria.China lleva muchos años con un tremendo problema de hiperconstruccion,cuando esta burbuja estalle tendrá un problema muy serio a nivel económico y social,y obligatoriamente tendrá que replegarse hacia el interior.Ppr estas dos cuestiones aún no resueltas en el país asiático creo que,a pesar de la masa poblacional y los tremendos recursos que tiene,China es un gigante con pies de barro.Un saludo

  16. Expandir comentario

    Muy completo e interesante el artículo. Leí un comentario más arriba preguntando tu opinión sobre el papel de la India en relación a la Teoría del Heartland, me gustaría mucho leer un artículo acerca de esto.

  17. Expandir comentario

    Muy interesante el artículo, es imposible que tocando tantos contrapunto no se genere una rica dialéctica con tantas opiniones.
    En lo particular me interesaría aportar sobre la falta de mención de un país como Azerbaiyán, el cual en la actualidad y en años venideros promete transformarse en el próximo Dubai del Cáucaso, potmr su riqueza en petróleo y sobre todo en Gas!
    Es decir allí tenemos un actor estable próspero, que a sabido realizar contratos con las más importantes petroleras mundiales garantizandose una estabilidad interna basada en esos acuerdos.
    Considero que mucho de lo que acontece hoy y en el futuro por esa región tendrá en Azerbaiyán a un actor clavé.

  18. Expandir comentario

    Felicidades por el articulo;en mi opinion,como ya se apunto por ahi,China,tendra un problema con su economia,cuando el estado tehga que ceder derechos a los trabajadores y por otro lado,creo,que el papel de India,como potencia,sera muy importante,si no la lia con su vecino,Pakistan

  19. Expandir comentario

    Interesantísimo el artículo (y más aún porque no tengo mucho que hacer en mi trabajo). Acoto a esto que, si bien el poder económico es importante, en el fondo e implícitamente está sustentado por el poder bélico; hoy no sabemos qué está primero, si el poder bélico o el económico (el huevo y la gallina), pero históricamente el poder bélico condujo al poder económico. A la vuelta de hoja, el creciente poder económico de China está alimentando su poder bélico. El cambio de paradigma es importante (y amerita un artículo, ¿o no?). Mientras EEUU mantenga el nivel de poder bélico, será la potencia (ningún país puede acercársele), pero está claro que China aspira a dominar el mundo y lo hace invirtiendo en poder bélico de todo tipo (entiéndase con poder bélico no sólo el armamentístico, sino toda la ciencia y la tecnología por detrás, incluso la dominación del espacio). Quizá el mundo llegue a un nivel de civilación tal que no se desate una tercera guerra, pero el poder es adictivo como las drogas. Saludos desde Argentina. Pablo.

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      Jesús Calderón Barrancos

      El poder Bélico es un factor fundamental para obtener la hegemonía mundial, hay estudios históricos como los de RASLER & THOMPSON en su trabajo Global War and the Political Economy of Structural Change, que atribuyen ese poderío bélico al poder naval de distintas potencias hegemónicas a lo largo de la história.

      La cuestión sobre si vino primero el poder bélico o el económico, es un debate insulso, puesto que lo económico es indispensable para cualquier objetivo político-militar, no construyes absolutamente nada sin dinero, no obtienes cañones, acero, portaviones, etc. solo con buena voluntad.

      Entonces existe una confluencia de factores decisivos, por ejemplo el tema energético, El carbón fue fundamental para Inglaterra y su revolución industrial, en el caso norteamericano el tema del petróleo, por lo que la posesión o control indirecto de naciones donde abunda el recurso es probablemente es uno de las principales formas de mantenimiento de la influencia norteamericana. Para ver más sobre estos trabajos es interesante leer a LK Oliveira en su trabajo Energia como recurso de poder na política internacional.

      Pero regresando al tema de la economía, no hay donde perderse sin una generación suficiente de riqueza no hay cómo financiar poder militar, no hay cómo financiar una fuente energética capaz de sustituir al petróleo, o no hay cómo financiar una innovación tecnológica tal que desafíe los estándares de nuestra época. Para Giovanni Arrighi la transición hegemónica sólo se da cuando un país consigue dominar las altas finanzas, lo que le va a dar sustento para innovar, financiar, armar, etc.

      Y no sostengo esta postura solo por el hecho de ser economista, sino por que la argumentación de estudiosos multidisciplinares en el área me resultó convincente.

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    Acoto una cosa, opino como economista (aunque bien no he podido recibirme)

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    Luís Jaír Pacheco

    De acuerdo con este análisis. Aunque Estados Unidos es hoy la super potencia hegemónica militar, su economía es su principal talon de Aquiles. El declive energético de combustibles fósiles marcará la nueva realidad y relación de poder. Los avances tecnológicos y de comunicación serán claves, de ahí que la conquista del espacio exterior es fundamental. Todo ello requiere de un manejo más geoestratégico y de uso del poder blando e inteligente, tal como lo propone Nye, y otros. Los recursos naturales asociados a estas nuevas tecnologías alternativas emergentes y energéticas no están en el area pivote, sino en Latinoamérica y de ahí que infortunadamente la lucha por el control será despiadada y definitiva.

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