Hoffitis, tratamiento y ejercicios en fisioterapia deportiva.

Hoffitis

Fuerzas que actúan sobre la rótula e inflamación de la grasa de Hoffa

La hoffitis o inflamación de la grasa de Hoffa es una patología que afecta al aparto extensor de la rodilla, produciendo dolor.

Anatomía:

La grasa de Hoffa se sitúa posterior al tendón rotuliano entre el fémur, tibia y rótula. Esta grasa protege, amortigua y absorbe impactos.

¿Qué es la hoffitis?

Como su nombre indica es una inflamación de la grasa de Hoffa, que se produce por diversos motivos entre ellos destacan mecánicos (gestos deportivos), postraumáticos o quirúrgicos y anatómicos.

Causas:

Normalmente suele ser un exceso de actividad física o un inicio de la misma demasiado intenso.

Dentro de los excesos, en deportes explosivos destacan los saltos y cambios bruscos de dirección.

En el caso de los deportes no explosivos sería por un exceso de volumen, intensidad o ambas del entrenamiento.

Para ambos tipos de deporte la falta de descanso o falta de recuperación entre sesiones es un factor a tener en cuenta.

Traumatismos directos sobre la rodilla, que pueden pinzar la grasa de Hoffa.

En menores casos una posición de rodillas mantenida podría ser el desencadenante de la hoffitis.

Tener Genu Recurvatum o hiperextensión de rodilla.

Otro tipo de malas alineaciones entre el fémur, la tibia o la rótula.

Signos y síntomas de la hoffitis:

Los signos más evidentes son la inflamación que puede verse a ambos lados del tendón rotuliano, justo por detrás.

Mediante distintas pruebas, ecografía y RMN se puede comprobar el aumento o inflamación de la grasa de Hoffa.

El síntoma más evidente es el dolor en la cara anterior de la rodilla, entre el tendón y el polo inferior de la rótula que se confunde con síndrome femoropatelar o tendinopatía rotuliana.

En algunos casos el aumento del volumen de la grasa de Hoffa, hace imposible la flexión completa o doblar al máximo la rodilla, al igual que puede producir dolor durante la extensión de la misma.

Los pacientes pueden referir sensación de presión en la misma e inestabilidad.

Tratamiento de fisioterapia para la hoffitis:

Después de visitar al médico y que éste opte por el tratamiento conservador que se iniciará con antinflamatorios orales y crioterapia.

Una vez disminuida la inflamación, se pasará al tratamiento de fisioterapia, que consistirá en un programa de ejercicios específico y progresivo, fortalecimiento de la musculatura y control de la inflamación.

En la fase más inicial, el tratamiento con diatermia o ultrasonidos está indicado para bajar la inflamación de la grasa de Hoffa, además se combina con electroterapia, especialmente electroestimulación del cuádriceps para no perder masa muscular.

También se pueden combinar con hielo y vendajes de kinesiotape para reducir la presión en la rodilla.

Ejercicios para la hoffitis:

Fase inicial:

Los ejercicios en esta fase inicial y con el objetivo de no aumentar la presión serán isométricos de cuádriceps en extensión de rodilla a 0º, se contraerá el cuádriceps, pero sin generar desplazamiento de la rótula que pueda comprometer o presionar a través del tendón rotuliano la grasa de Hoffa, 3 a 5 series, una vez o dos al día, de 30 a 45 segundos de duración.

En esta primera fase se podrá hacer bicicleta con el sillín colocado muy detrás, elíptica, natación y caminar en plano para evitar contracciones potentes del cuádriceps.

También se podrán hacer ejercicios en cadena cinética abierta del resto de articulaciones del miembro inferior, como patadas de glúteo (sin apoyar rodilla), abducciones laterales para glúteo medio o flexiones plantares para tobillo.

Si en esta fase no aparece dolor, podemos pasar a la siguiente en la que se iniciarán los ejercicios de extensión y flexión de rodilla.

Fase media:

Empezamos con la extensión de rodilla en cadena cinética abierta, los 30º últimos grados, siempre comprobando que el vasto medial se contrae bien y mantiene la rótula alineada.

Si es así se va aumentando cada día los grados, hasta alcanzar 90º en la fase excéntrica de la extensión de rodilla.

En los movimientos de flexión como curl de isquios, si no aparece dolor se puede hacer angulación completa.

Para esta fase al igual que la anterior los ejercicios aeróbicos son los mismos.

Fase final:

Se pasa a los ejercicios en cadena cinética cerrada para cuádriceps, siendo el primero la sentadilla en pared con fitball y se valora si duele o no la rodilla durante la realización de la misma.

Después se haría sentadilla normal en la que la rodilla puede pasar por delante del pie y se produce un aumento de presión que en caso de no ser doloroso indicará que la progresión está siendo buena.

Se pondrá peso en la sentadilla a dos piernas y si no duele se pasará a la sentadilla unilateral o búlgara. Si no hay dolor lo siguiente será hacer zancadas lentamente, controlando que la rodilla no se vaya hacia dentro.

Finalmente, si todo va bien, se harán saltos a dos piernas y luego a una para comprobar que no hay dolor y la progresión en los ejercicios ha sido la adecuada.

Si en alguna fase aparece dolor, hay que evitar pasar de fase y mantenerse en esa fase combinando con tratamiento de fisioterapia hasta que se pueda pasar de fase.

Para los que quieran volver a correr, primero tienen que poder andar por cuestas, subidas y bajadas sin dolor y entonces se inicia la carrera.

En algunas ocasiones los ejercicios se pueden hacer acompañados de hielo especialmente si la inflamación cesa, pero el dolor no.

Siempre habrá que evitar los ejercicios en lo que se esté de rodillas para no aumentar la presión en las rodillas y comprometer la evolución de la lesión.

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