Requisitos para obtener indulgencia jubilar incluyen peregrinaciones, penitencia y servicio

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Los peregrinos que pasen por la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro durante el Jubileo 2025, se confiesen, reciban la Comunión y recen por las intenciones del Papa pueden recibir una indulgencia -- pero también la podrán recibir los reclusos en las cárceles y quienes trabajan en defensa de la vida humana o ayudan a migrantes y refugiados.

Abstenerse "al menos durante un día de distracciones banales" como las redes sociales también puede ser un camino hacia la indulgencia jubilar, según las normas publicadas por el Vaticano el 13 de mayo.

El Papa Francisco dijo que abrirá el Año Santo en el Vaticano el 24 de diciembre de este año y lo clausurará el 6 de enero de 2026, en la fiesta de la Epifanía. Pero también pidió a los obispos de todo el mundo que celebren el Jubileo en sus diócesis desde el 29 de diciembre de este año hasta el 28 de diciembre de 2025.

Durante siglos, una de las características de las celebraciones del Año Santo, o Jubileo, ha sido la indulgencia, que la Iglesia describe como una remisión del castigo temporal que se debe a una persona por sus pecados.

"El pecado 'deja huella'" incluso después de que una persona haya recibido el perdón y la absolución a través del sacramento de la reconciliación, escribió el Papa Francisco en el documento que proclama el Año Santo. El pecado "lleva consigo unas consecuencias; no sólo exteriores, en cuanto consecuencias del mal cometido, sino también interiores, en cuanto 'todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las criaturas, que es necesario purificar, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio'", escribió, citando el Catecismo de la Iglesia Católica.

Las normas para recibir una indulgencia durante el Jubileo fueron firmadas por el cardenal Angelo De Donatis, nuevo jefe de la Penitenciaría Apostólica, un tribunal vaticano que se ocupa de cuestiones de conciencia y de la concesión de indulgencias.

Las condiciones básicas, escribió, son que los fieles estén "movidos por un espíritu de caridad", estén "purificados por el sacramento de la penitencia y alimentados por la Sagrada Comunión" y rece por el Papa. Junto con una peregrinación, una obra de misericordia o un acto de penitencia, un católico "podrá obtener del tesoro de la Iglesia una indulgencia plenaria, con remisión y perdón de todos sus pecados, que podrá ser aplicada a las almas del purgatorio en forma de sufragio".

 

La peregrinación a Roma, dijo el cardenal De Donatis, puede ser a las basílicas papales de San Pedro, Santa María la Mayor, San Juan de Letrán o San Pablo Extramuros. Pero también a una de las iglesias relacionadas con destacadas santas y doctoras de la Iglesia: Santa Catalina de Siena, en la basílica de Santa Maria sopra Minerva; Santa Brígida de Suecia, en Campo de' Fiori; Santa Teresa de Ávila, en la iglesia de Santa Maria della Vittoria; Santa Teresa de Lisieux, en Trinità dei Monti; y Santa Mónica, en la Iglesia de San Agustín.

Los peregrinos a Tierra Santa también pueden recibir la indulgencia plenaria del Año Santo rezando en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, la Basílica de la Natividad de Belén o la Basílica de la Anunciación de Nazaret.

Para quienes no puedan viajar al extranjero, los obispos locales de todo el mundo pueden designar su catedral u otra iglesia o lugar sagrado para que los peregrinos obtengan la indulgencia, escribió el cardenal, pidiendo a los obispos que tengan en cuenta "las necesidades de los fieles, así como la oportunidad misma para mantener intacto el significado de la peregrinación con toda su fuerza simbólica, capaz de manifestar la necesidad apremiante de conversión y de reconciliación".

Las personas que no pueden abandonar su residencia -- "especialmente todas las monjas y los monjes de clausura, los ancianos, los enfermos, los reclusos, como también aquellos que, en hospitales o en otros lugares de cuidados, prestan servicio continuo a los enfermos" -- pueden unirse espiritualmente a una peregrinación y recibir la indulgencia, según las normas.

Visitar “a los hermanos que se encuentran en necesidad o en dificultad” (a un enfermo o a un preso, dar de comer al hambriento, vestir al desnudo o acoger a un migrante), en cierto sentido "realizando una peregrinación hacia Cristo presente en ellos", puede ser otra forma de recibir la indulgencia, dijo el cardenal, añadiendo que se podría obtener una indulgencia cada día por tales actos de misericordia.

"La indulgencia plenaria jubilar podrá ser conseguida también mediante iniciativas que ayuden en modo concreto y generoso al espíritu penitencial que es como el alma del Jubileo", escribió, destacando en particular abstenerse los viernes de "distracciones banales" como las redes sociales o de "consumos superfluos" al no comer carne.

El cardenal De Donatis ha recordado que también se pueden obtener indulgencias por medio de "obras de carácter religioso o social, especialmente en favor de la defensa y protección de la vida en cada etapa", la ayuda a un joven en dificultad o a un emigrante o inmigrante recién llegado, y "dedicando una adecuada parte del propio tiempo libre a actividades de voluntariado, que sean de interés para la comunidad u otras formas similares de compromiso personal".

"No obstante la norma según la cual se puede conseguir solo una Indulgencia plenaria al día", escribió el cardenal De Donatis, "los fieles que habrán emitido el acto de caridad en favor de las almas del Purgatorio, si se acercan legítimamente al sacramento de la Comunión una segunda vez en el mismo día, podrán conseguir dos veces en el mismo día la Indulgencia plenaria", aunque la segunda indulgencia es "aplicable sólo a los difuntos".