La Epistemología de Hume y la Crítica a la Metafísica

La epistemología de Hume

Reflexiona sobre el modo de conocimiento, es decir, sobre cómo los seres humanos podemos llegar a la verdad. Los primeros en desarrollar esta filosofía fueron Heráclito y Parménides, que estudiaron la diferencia entre apariencia y realidad. Posteriormente, Platón se convertiría en el primer filósofo en postular una teoría completa sobre el conocimiento, donde introdujo el símil de la línea y la idea de que conocer es recordar (innatismo). Mientras que Platón sostenía una postura idealista, su discípulo Aristóteles inaugura el empirismo, destacando la experiencia como forma de conocimiento. Sin embargo, la crisis de conocimiento de la edad moderna propició la aparición del racionalismo, defendido fundamentalmente por Descartes, y que supuso una vuelta al idealismo de Platón. Pero con Hume y Locke la epistemología volverá al empirismo, inspirado en Aristóteles, y que afirma que el ser humano es una “tabla rasa” principalmente pasiva en la elaboración del conocimiento.

Principio moderno de la inmanencia

No existe un contacto directo de nuestro entendimiento con el objeto. Solo tenemos acceso a representaciones, a relaciones de ideas que nos llegan por los sentidos.

Principio empirista (Locke)

Todos los contenidos del pensamiento derivan de nuestra percepción interna o externa. Nos tenemos que limitar a la experiencia. En consecuencia, Hume hace una clasificación de los contenidos de la conciencia según su nitidez e intensidad: impresiones (suponiendo que se originan en el mundo exterior – sensación – o interior – reflexión) e ideas (que derivan de las impresiones).

Principio de copia o correspondencia

A toda idea le corresponde una impresión. La veracidad de la idea se comprueba preguntando por la impresión de la que deriva y, en consecuencia, el término del que no se pueda encontrar una impresión no significa.

Principio de asociación

Las ideas se asocian entre sí (nuestro entendimiento las asocia) de tres modos: semejanza, contigüidad espacial o temporal y relación causa-efecto.

Principio nominalista (Ockham)

No existen los universales propiamente. Un universal es sólo un signo bajo el que se asocian una serie de singulares.

Crítica a la metafísica de Hume

La metafísica es la rama de la filosofía que se pregunta por lo que va más allá de lo físico o experimentable. Podemos considerar a Heráclito y Parménides como los padres de la metafísica al introducir la diferencia entre apariencia y realidad. Este tema quedó relegado a un segundo plano durante la filosofía de los sofistas y Sócrates que se decantaron por cuestiones políticas. Fue Platón, discípulo de Sócrates, el primero en desarrollar la metafísica completa con la teoría de las ideas, donde defiende la existencia de dos mundos. Posteriormente, Aristóteles deberá dar una explicación a este concepto platónico, y afirma que solo existe un mundo donde hay muchos modos de ser (ontología). Sin embargo, Descartes dará un cambio radical al iniciar el paso del objeto al sujeto. Es cierto, sin embargo, que en la modernidad Descartes da un giro subjetivista. La metafísica de Descartes que parte de un concepto de idea parecido al de Platón sitúa en el propio sujeto que conoce la estabilidad del mundo conocido (claridad y distinción). Su principio racionalista se convierte en el fundamento de los grandes sistemas metafísicos de los siglos XVII y XVIII: Spinoza, Leibniz… Hume dará comienzo al empirismo moderno. David Hume es considerado uno de los grandes filósofos de la modernidad. A partir de él comienza una gran postura antidogmática que se mantiene hasta nuestros días. Hume está en contra de la correspondencia entre nuestras ideas y la realidad objetiva, como defendía el racionalismo. Hume deberá dar a conocer una postura inconcebible para la época, que Locke no se atrevió a pronunciar porque sabía que abriría ciertas consecuencias. La filosofía, desde Platón y Aristóteles, se ha basado en el pensamiento metafísico. Ha supuesto como base de su razonar la existencia de determinadas realidades que van más allá de lo experimentable, y determinan y condicionan el ser de las cosas. Desde el comienzo de la filosofía nos hemos relacionado con ideas, esencias, accidentes, sustancias, etc. Hume, llevando el empirismo a su expresión más radical, desarrolla una postura contra lo metafísico, es decir, contra aquello que pretenda ir más allá de toda experiencia. El empirismo, en definitiva, es experiencia. Para llevar a cabo esta crítica del pensamiento metafísico, Hume critica tres conceptos clave: 1) la definición (esencia u ousía), 2) la sustancia (hypokeimenon) y 3) la causalidad (aitia). Así, Hume pone en duda los tres grandes pilares del conocimiento, tal y como se entendía en su tiempo. Hume entiende que las afirmaciones generales sobre cuestiones de hecho se basan en la supuesta existencia de una conexión necesaria causa-efecto entre sucesos. Aplicando el principio de copia, Hume muestra que la supuesta conexión necesaria no produce ninguna impresión o experiencia. Cuando analizamos una experiencia causa-efecto, tan solo encontramos la contigüidad espacial, la sucesión temporal y la regularidad de esta relación. La relación causa-efecto solo puede formularse a posteriori, nunca racionalmente a priori. Cualquier pretensión de afirmar algo general sobre las cuestiones de hecho es simplemente una creencia basada en la costumbre. Eso sí, la creencia es un sentimiento tan vivo que acompañando a una relación de ideas nos hace pensar que se trata de una impresión. De manera similar, Hume analiza la idea de definición general (esencia). Hume afirma que no tenemos experiencia de las definiciones generales, sino solo de hechos singulares (nominalismo) y, por lo tanto, la multiplicación de hechos singulares no nos va a permitir formular ninguna definición general. Las definiciones son contenidos inválidos de nuestra conciencia, pues no derivan de ninguna impresión. Por último, aplica el mismo análisis a la idea de sustancia. Según Hume, nunca tenemos experiencia de la sustancia misma, sino que es el hábito el que nos hace asociar ideas que aparecen juntas espacial/temporalmente como si “fueran” en una “cosa”. La sustancia no es más que el nombre con el que la mente presenta un conjunto de cualidades que aparecen unidas. Concluirá pues que no existe en el mundo objetivo ni la sustancia extensa, ni el yo ni Dios (“hipótesis inútil”). La postura filosófica introducida por Hume se conoce como fenomenismo escéptico. El hecho de no poder ir más allá de los fenómenos (experiencia) hace que afirmemos que no es posible conocer la verdad objetiva. Esta crítica realizada por Hume al conocimiento ha supuesto la base del falsacionismo (Karl Popper). A partir del falsacionismo, las tesis científicas ya no se tratan de verificar, sino de falsear, lo que permite a la persona desarrolladora de la tesis intentar reformular su postura, lo que permite que la ciencia vaya evolucionando. Finalmente, Hume influirá en Kant, al que ayudará a despertar del “sueño dogmático”.

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