Mary Donaldson deslumbra en Oslo: aniversario real con tul y una tiara exclusiva para reinas

Justo el día en que se cumplen veinte años de su boda en la Catedral de Copenhague, el rey Federico y su esposa, Mary Donaldson, han protagonizado su segundo viaje de Estado como monarcas de Dinamarca desde la abdicación de la reina Margarita. El matrimonio ha puesto rumbo a Noruega en la mañana de este martes, donde ha sido recibido con honores por el ejército del país, como por el rey Harald y la reina Sonia, y los príncipes herederos Haakon y Mette Marit, con los que Federico y Mary mantienen una buena relación. Los mismos que ya bien entrada la tarde, han organizado una gran cena de gala en el Palacio Real de Oslo, la residencia oficial de los reyes de Noruega en Oslo, contruído en el siglo XIX.

Ha sido poco después de las 20:00 horas de la tarde cuando el rey Federico y su esposa han abandonado el yate real Danneborg en el que se hospedan durante su estancia en la capital de Noruega, para hacer acto de presencia en el enclave real. Ambos se han mostrado muy sonrientes, y demostrado la excelente relación entre las dos casas reales, además de cumplir a la perfección con el protocolo del lujoso banquete que, como es habitual en este tipo de eventos, requería el uso de chaqué y condecoraciones para los caballeros, y vestidos largos, tiaras y exquisitas joyas para las damas.

Mary ha lucido un impresionante vestido azul celeste remodelado de Birgit Hallstein, que ya le habíamos visto cuando aún era princesa, en junio de 2015, durante la boda de Carlos Felipe y Sofía de Suecia, que tuvo lugar en la capilla real del palacio de Estocolmo. Se trata de una prenda que presenta una falda de vuelo de seda, eso sí, sin el bordado de flores originales, y una parte superior de tul, con manga francesa y una tela de hombro a hombro.

Por lo que respecta a las joyas, la natural de Australia ha estrenado la conocida como tiara Pearl Poiré, una joya con mucha historia, pues fue la favorita de su suegra durante su reinado. La joya data del primer cuarto del siglo XIX, cuando fue encargada para la princesa Luisa de Prusia, esposa de Federico de los Países Bajos y fue pasando a sus descendientes, hasta que su nieta, Luisa de Suecia, la llevó a Dinamarca cuando se casó con Federico VIII, bisabuelo de Margarita. La diadema, está compuesta por 18 perlas que tienen forma de pera y cuelgan de diferentes arcos repletos de diamantes.

En esta ocasión, además de la tiara, Mary ha llevado los pendientes y el broche de perlas y diamantes  a juego de la diadema. Del mismo modo, la esposa del rey Federico ha lucido el retrato de Family Order de su marido, que estrenó recientemente en sus primeras fotografías oficiales como reina de Dinamarca, y la banda roja y azul marino de la orden noruega de St. Olav.

Un aniversario muy especial

A pesar de que la pareja celebra 20 años de matrimonio y de que, además, es la primera vez que lo hace desde la abdicación de la reina Margarita, lo cierto es que los reyes han preferido mantener un perfil discreto. Quizás sea por las críticas a las que se han tenido que enfrentar en los últimos meses, debido a la escasa actividad oficial y a los varios períodos de vacaciones de los que han disfrutado, algo que no ha sido bien considerado por los daneses. A esto hay que sumar que, también la pareja ha estado en el punto de mira a nivel personal, por diversas cuestiones relacionadas con el propio rey Federico.

Tras su paso por Suecia la pasada semana, este martes, Federico y Mary de Dinamarca han comenzado un nuevo viaje de Estado a Noruega, dentro de la gira inicial que les llevará hasta Groenlandia y las Islas Feroe. Tal como han confirmado fuentes oficiales, los reyes permanecerán en Noruega dos días.