Biografia de Conde de Cavour

Conde de Cavour

(Camillo Benso, conde de Cavour; Turín, 1810-1861) Pol�tico piamont�s, art�fice de la unificaci�n italiana. Su familia, siguiendo la costumbre aristocr�tica, le destin� a la carrera militar (al Cuerpo de Ingenieros), pero �l abandon� el ej�rcito en 1831 por sus ideas liberales. Desde entonces se dedic� a administrar las fincas familiares, destacando como un empresario agr�cola moderno y eficiente. Sus viajes por el extranjero y su ascendencia ginebrina le hicieron un admirador de la cultura francesa y del modelo pol�tico brit�nico. El aperturismo del reinado de Carlos Alberto de Saboya le permiti� expresar p�blicamente sus ideas.


Camillo Benso, conde de Cavour

En 1847 fund� en Tur�n la revista Il Risorgimento, cuyo t�tulo acabar�a por dar nombre al movimiento por la unificaci�n y a toda una �poca de la historia de Italia. Dicha revista expresaba un ideal de liberalismo nacionalista muy moderado, atractivo para las clases medias conservadoras: hablaba de unificar Italia y emanciparla de la dominaci�n austriaca, as� como de introducir una Constituci�n con divisi�n de poderes, elecciones y gobierno responsable ante el Parlamento; pero todo ello sin apelar a la violencia revolucionaria y distanci�ndose netamente del radicalismo representado por Giuseppe Mazzini.

En 1850 fue nombrado ministro de Agricultura y Comercio, con tal �xito que pronto elimin� de la lucha pol�tica a todos sus colegas y fue nombrado primer ministro (1852). La obra de gobierno de Cavour se centr� en promover la unificaci�n de Italia bajo el liderazgo de V�ctor Manuel II del Piamonte, implantando en toda la pen�nsula un r�gimen liberal moderado; y en reconocer que, a la vista de lo ocurrido en 1848-49, los italianos no pod�an liberarse de la dominaci�n austriaca sin ayuda exterior.

Para conseguirlo maniobr� h�bilmente tanto en la pol�tica interior como en la diplomacia internacional. Comenz� por recabar el apoyo de todas las corrientes liberales y nacionalistas, incluidas las m�s radicales, defraudadas por el fracaso de las pasadas intentonas revolucionarias: incluso Mazzini y Garibaldi dieron un voto de confianza a este arist�crata conservador.

Luego hizo saltar la �cuesti�n italiana� a la escena internacional al involucrar al Piamonte en la lejana Guerra de Crimea (1854), en la que Francia e Inglaterra defend�an al Imperio Otomano contra el expansionismo ruso; con ello aline� a su pa�s con las potencias occidentales y, al mismo tiempo, se sent� junto a los vencedores en la conferencia de paz de Par�s (1856), donde hizo valer que la mera amenaza de su ataque en el norte de Italia hab�a inmovilizado a Austria, haci�ndole desistir de intervenir en los Balcanes.

El conde de Cavour atrajo al emperador franc�s Napole�n III hacia la causa de la unificaci�n italiana, present�ndola como la justa causa de un pa�s peque�o que luchaba por su libertad contra el despotismo germ�nico y reaccionario de Austria, causa que pod�a acrecentar la popularidad del emperador entre las inquietas masas urbanas de Francia; y, en una entrevista secreta que mantuvieron en el balneario alsaciano de Plombi�res (1858), Cavour traz� con �l el plan que luego seguir�an para realizar la unificaci�n.

El plan empez� con una provocaci�n, al embarcarse Cavour en una pol�tica de rearme y rechazar el ultim�tum que le lanz� Austria; �sta cay� en la trampa atacando al Piamonte, momento en que el ej�rcito franc�s acudi� en su ayuda. Las fuerzas conjuntas franco-piamontesas derrotaron a los austriacos en Magenta y Solferino, como estaba previsto; pero ah� Napole�n III detuvo el avance, incumpliendo el resto del plan: por el armisticio de Villafranca (1859) pasaba al Piamonte la Lombard�a, pero no el V�neto, que segu�a en manos austriacas. En cambio, el Piamonte s� tuvo que entregar a Francia los territorios de Niza y Saboya, que hab�a prometido en pago por la ayuda recibida. En protesta por esta �traici�n�, que el rey piamont�s hubo de aceptar, Cavour dimiti� temporalmente de su puesto, al que fue llamado de nuevo enseguida (1860).

La victoria sobre los austriacos desencaden� en toda Italia una oleada de entusiasmo nacionalista: en Toscana, Parma y M�dena se celebraron plebiscitos que decidieron la anexi�n de estos tres estados al Piamonte, e incluso ocurri� lo mismo en la Roma�a, territorio perteneciente a los Estados Pontificios. Cavour utiliz� el entusiasmo nacionalista de Garibaldi para completar la tarea: le puso al frente de una expedici�n que, desembarcando en Sicilia, moviliz� a los revolucionarios del sur de Italia hasta arrebatar a los Borbones todo el Reino de N�poles, que Garibaldi entreg� disciplinadamente al Piamonte.

Argumentando el peligro que para el papa pod�a suponer el avance de los garibaldinos sobre Roma -que habr�a acabado definitivamente con la alianza francesa-, Cavour lanz� a sus tropas a conquistar la Italia central, completando la unificaci�n con las Marcas y Umbr�a, en donde tambi�n se celebraron plebiscitos. Cavour proclam� a V�ctor Manuel rey de Italia, extendiendo al Estado reci�n unificado las viejas instituciones pol�ticas del Piamonte (1861).

Tres meses despu�s mor�a Cavour, dejando creado el Estado italiano, pero cargado de graves problemas que no pudo contribuir a resolver: el enfrentamiento con la Iglesia cat�lica (por la �cuesti�n romana�), la pervivencia de territorios de lengua italiana en manos extranjeras (�territorios irredentos�) y un desequilibrio flagrante entre el norte y el sur del pa�s.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].