Los Sangurimas, la joya literaria de José de la Cuadra
Los Sangurimas resumen análisis

Los Sangurimas, Resumen y reseña

José de la Cuadra:

Guayaquil, 1903 a 1941.

Considerado el mejor de los cuentistas ecuatorianos de la primera mitad del siglo XX, además, miembro del grupo de Guayaquil que enfocó su literatura sobre el montubio ecuatoriano. A su muerte temprana, Enrique Gil Gilbert, exclamó: “Éramos cinco como un puño”.

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Aunque pertenece a la Generación de los 30, sus inicios se perfilaron desde el modernismo. Escribió tres poemas: “Decepción”; “Sangre de Incas»; «A la memoria de Santos Chocano”; “A la Pálida”. El último poema fue dedicado a Teodoro Alvarado con una nota: “amante de los epítetos parnasianos que solo dicen armonía”. También tres artículos cortos: “Medardo Ángel Silva”, que es una nota necrológica por la muerte del poeta; “Los predestinados”, que reseña del libro La edad heroica (Madrid, 1916) de Luis de Zulueta; y “La mujer”, apología al género femenino.

Aunque ya había publicado periódicamente obras como La tigra (1932), en su libro Horno. En 1934 publicó en Madrid la novela montuvia: Los Sangurimas.

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RESUMEN DE LOS SANGURIMAS

José de la Cuadra Los Sangurimas
José de la Cuadra, autor de Los Sangurimas

Los Sangurimas es una novela corta que se divide en tres episodios: El tronco añoso, las ramas robustas y Torbellino en las hojas. Se va a desenvolver específicamente en estos tres episodios de la siguiente manera.

La teoría del matapalo:

Previo a desarrollar la obra, De la Cuadra relaciona al árbol Matapalo con los capítulos de su novela:

Para el narrador de Los Sangurimas, el montuvio es similar a este árbol endémico del litoral ecuatoriano.

“Tal de él, el pueblo montuvio está sembrado en el agro, prendiéndose con raíces como garras. El pueblo montuvio es así como el matapalo, que es una reunión de árboles, un consorcio de árboles, tantos como troncos”(De la Cuadra, 2002).

El tronco añoso, o la vida y carácter de Nicasio Sangurima.

A través de anécdotas y leyendas se narra el carácter fuerte, valiente y bravo de Nicasio Sangurima. Nicasio es hijo de un gringo y de una madre de origen montubio. Sus tíos participaron en las montoneras. De Don Nicasio se dice, por ejemplo, que había hecho un pacto con el diablo, pero Don Nicasio, cual Cantuña, había burlado al diablo, y el diablo lo castigó haciéndolo vivir muchísimo tiempo. También se dice que su latifundio, La Hondura, se hizo un lugar próspero y bonito para cultivar por haber hecho un pacto con el coludo.

“Ño Sangurima quiere morirse pa descansar. Ha vivido más que ningún hombre estos lados. El diablo no lo deja morir. Así se desquita el diablo” (De la Cuadra, 2002).

La Hondura es uno los latifundios más grandes y prósperos de la costa. Está atravesado por riachuelos y un río grande y bravo como el mismo Nicasio Sangurima. El río se llama de los Mameyes.

Don Sangurima tiene tantos hijos como mazorca de maíz. Pero sólo ha reconocido a dieciséis. Repartió su latifundio entre todos sus hijos. Tuvo tres esposas, las dos primeras murieron y la última vive encerrada en un cuarto de la casa grade de la hacienda.

Las ramas robustas, o los hijos de Nicasio Sangurima.

El segundo capítulo narra la historia de los hijos de Don Nicasio. Ventura Sangurima, Terencio Sangurima, Francisco Sangurima y Eufrasio Sangurima quienes desarrollarán el conflicto con el que se cierra la historia en el tercer capítulo.

Ventura Sangurima

Ventura Sangurima era el mayor de todos y por tal recibió de pequeño todo el peso del carácter de don Nicasio. Se cuenta que cuando Ventura lo desobedeció, Nicasio lo hizo azotar como a esclavo, desde ahí, no puede llevar la contraria a su padre. Lo llamaban el “acuchillado”, por una cicatriz que tiene en la cara o el “raspabalsa”.

Trabajaba muy duro y ahorraba absolutamente todo. Sólo lo mal gastaba con su hermano, el cura Terencio. Tuvo 24 hijos con su mujer, de los cuales sólo tres le salieron niñas. Las tres Marías a quienes él envió a estudiar a Guayaquil porque no quería mal lograrlas en la hacienda.

Terencio Sangurima

El cura Terencio Sangurima, sabía que las gentes del campo eran analfabetos, por lo cual “traducía” las líneas de la biblia al entendimiento e idiosincrasia montuvia. Él se refería a este aspecto como la democratización del dogma. El cura, sin embargo, era buen amigo del trago. El único que podía hacer derrochar dinero a su hermano Ventura.

Francisco Sangurima

El doctor Francisco Sangurima. El abogado que constituía para algunos de sus familiares el orgullo de la familia. Tenía su estudio jurídico en Guayaquil, aunque en realidad vivía en soledad en una casa. Era adicto a la soledad. Murió asesinado, según dicen, por su hermano, el coronel Eufrasio Sangurima.

Eufrasio Sangurima

El coronel Eufrasio Sangurima. El peor de todos los hijos de don Nicasio y a su vez el consentido. Eufrasio se ganó el apodo de “coronel” porque participó en las montoneras de Alfaro bajo el mando del general Pedro José Montero. No obstante, su distinción como coronel tal sólo la utilizó para cometer vandalismo y fechorías. Fuera de la Hondura, el coronel asesinaba, robaba y violaba a revolucionarios y contrarrevolucionarios.

Sus tres hijos eran conocidos como los Rugeles. Así mismo, se decía que vivía maritalmente con su hija mayor. Tema al que don Nicasio no prestaba ninguna atención porque no era el único caso incestuoso en La Hondura.

Torbellino en las hojas, o las generaciones posteriores de los descendientes de Nicasio Sangurima.

El tercer capítulo narra el conflicto que se gestó entre los hijos del coronel Eufrasio Sangurima y las hijas de Ventura Sangurima.

Un día habían llegado las tres hijas de Ventura a la Hondura. María Victoria, María Mercedes y María Julia. De ellas se enamoraron los Rugeles, los tres hijos del coronel: Facundo, Pedro y Manuel. Los Rugeles eran famosos por asaltos y violaciones, pero también guapos y entradores. De todos los nietos, los Rugeles eran los favoritos de don Nicasio.

Durante una fiesta, los Rugeles les propusieron a sus primas irse a vivir juntos, pero ellas respondieron que sólo si se casaban. Los Rugeles fueron a pedir la mano de ellas a casa de Ventura Sangurima.

Ventura sabía el carácter de ellos, negó alegando que ellas primero debían terminar sus estudios y después consentiría el matrimonio. Los Rugeles juraron vengarse.

Una noche, María Victoria se fugó Facundo Rugeles. La violaron y mataron enterrando una cruz en su vagina. Ventura no pudo vengarse porque los Rugeles eran consentidos de don Nicasio Sangurima y temía por sus otras hijas. Pero, de forma anónima, el padre Terencio denunció el hecho en Guayaquil.

La policía rural fue a la hacienda y entraron en combate con la gente del coronel Eufrasio. Al finalizar la noche atraparon a los Rugeles la casa de don Nicasio.

La historia finalizó con Nicasio Sangurima medio agonizando en su catre, recriminando por la captura de los Rugeles a su hijo, el cura Terencio Sangurima.

ANÁLISIS DE LA OBRA

Los Sangurimas resumen
Los Sangurimas, portada

Más que una novela corta, los Sangurimas es una especie de mitología que pretende asentar el carácter del pueblo montubio. Otros autores como Alejandro Moreano (2015) lo definen como leyenda, fuera de todo.

José de la Cuadra recrea un universo completo cuyo patriarca fundador es Nicasio Sangurima, el gran árbol cuyos hijos y nietos se ven representados en las ramas y hojas del árbol mismo. El Matapalo.

Simbolismo y mito en Los Sangurimas:

Esta obra es una de las joyas fundamentales de la literatura ecuatoriana de todos los tiempos, tanto por su estructura como por su forma. José de la Cuadra nos presenta a través de don Nicasio la cosmovisión del montubio, explica su forma de ser, su idiosincrasia y su carácter.

Por un lado, el simbolismo que maneja De la Cuadra es fundamental se ve representado desde el principio: El Matapalo, árbol representativo del montuvio ecuatoriano, también es el símbolo de la vida, el símbolo de la existencia misma. Por ello es que don Nicasio siente predilección por unos hijos más que por otros, especialmente por aquellos hijos que lo recuerdan a él mismo.

Con base en lo mismo, la novela se termina con la división de la familia, que representaría la división misma del árbol.

Por otra parte, la hacienda “La Hondura” es el universo en dónde esta familia desarrolla sus conflictos. Hecho interesante es que, al leer los Sangurimas, el lector se siente abrumado por ese espacio hacendatario. Es un universo que no contacta con el exterior. Sólo en ciertas ocasiones se alude a otros lugares fuera de la hacienda.

La Hondura es un universo salvaje con sus propias leyes y su propio patriarca. El más estudiado de los Sangurimas, el abogado Francisco Sangurima es asesinado porque La Hondura no se lleva bien con la civilización ecuatoriana. Una de las hijas de Ventura, venidas desde Guayaquil, también fue brutalmente asesinada. Por ello, es la civilización representada en el Guayaquil de esos tiempos la que ha aniquilado aquel espacio, momento en que termina la novela.

El proto Realismo Mágico de Los Sangurimas.

Otro aspecto esencial es que al inicio de la historia se introducen leyendas que permiten contar ciertos aconteceres de don Nicasio y su hacienda. Bajo este aspecto, De la Cuadra roza con el Realismo Mágico; sin embargo, no sabemos en realidad si los pactos satánicos que se atribuyen a don Nicasio sean ciertos o no; dentro de la misma novela se desmienten estas leyendas.

La narración de José de la Cuadra para los Sangurimas es casi telegráfica. Recuerda a las viejas historias que cuentan los abuelos reunidos alrededor de la mesa. Refuerza así el mitologema con el que permite dar muestras de la idiosincrasia montuvia.  

Según el estudio introductorio que realiza María Agusta Vintimilla (2002) para la obra de José de la Cuadra, dice: (Cuadra, 2002) (Moreano, 2015)

“Sin lugar a dudas, Los Sangurimas es la obra de José de la Cuadra en que reside el mundo mítico creado por el pensamiento montuvio y que, a decir del mismo Cuadra, se manifiesta con una fuerza irrefrenable en dos aspectos: el panteísmo y la fabricación de héroes”. (p.38).

Conclusión.

Los Sangurimas de José de la Cuadra recuerda más al Pedro Páramo de Juan Rulfo, que al Cien años de soledad de Márquez. Bajo este aspecto, y sabedor de que las comparaciones que se han hecho de esta novela son harto conocidas por los ecuatorianos, en lo personal, compararla con otras novelas, es restar valor a la obra.

Los Sangurimas es una obra que se fundamenta por sí misma. Que muestra en lugar de decir, que explora los conflictos humanos y filiales de varios de sus personajes. De la Cuadra es uno de los mejores narradores que ha podido parir esta tierra ecuatoriana porque no rasga la superficie, sino que trata de hacer lo que la buena literatura hace: explorar los valores universales de los personajes y sintonizarlos con la simbología cultural y universal para crear un universo, tan sólo a partir del árbol representativo del pueblo montuvio.

Bibliografía

Cuadra, J. D. (2002). Los Sangurimas. Antares.

Moreano, A. (2015). Vanguardia y realismo en Ecuador. Campaña de lectura Eugenio Espejo.

Resumen
Los Sangurimas, la joya literaria de José de la Cuadra
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Los Sangurimas, la joya literaria de José de la Cuadra
Descripción
Los Sangurimas es una obra que se fundamenta por sí misma. Que muestra en lugar de decir, que explora los conflictos humanos y filiales de varios de sus personajes. De la Cuadra es uno de los mejores narradores que ha podido parir esta tierra ecuatoriana porque no rasga la superficie, sino que trata de hacer lo que la buena literatura hace: explorar los valores universales de los personajes y sintonizarlos con la simbología cultural y universal para crear un universo, tan sólo a partir del árbol representativo del pueblo montuvio.
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Christo Herrera Inapanta
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