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Dirección: Clint Eastwood
Reparto: Sean Penn, Tim Robbins, Kevin Bacon, Laurence Fishburne, Laura Linney
Título en V.O: Mystic River
Nacionalidad: USA Año: 2003 Fecha de estreno: 24-10-2003 Duración: 137 Género: Drama Color o en B/N: Color Guión: Brian Helgeland Fotografía: Tom Stern Música: Clint Eastwood, Lennie Niehaus
Sinopsis: Cuando, siendo un niño, Dave (Tim Robbins) fue empujado al interior del coche de dos depredadores sexuales, su vida y la de sus amigos Jimmy (Sean Penn) y Sean (Kevin Bacon) fueron transformadas para siempre. Años después, sus caminos vuelven a cruzarse por una segunda tragedia, el asesinato de la hija de Jimmy. Sean, ahora detective, investiga el caso, y Dave se convierte pronto en el principal sospechoso. Fecha estreno: 24 octubre 2003

Crítica

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Deuda de sangre, la última película que Clint Eastwood dirigió e interpretó, produjo una cierta decepción entre sus muchos fans. Se notaba en ella el cansancio del actor ante un papel que no le resultaba adecuado y que lastraba la dirección. Por eso, esta nueva película, en la que no aparece como actor, ha sido una agradable sorpresa. En realidad mucho más que agradable, ha significado un reencuentro con el mejor Eastwood, el más sobrio, el más duro, el más clásico. Aunque la historia sucede en Boston, se puede decir que es casi un western urbano y suburbial. Los protagonistas son tres amigos, Jimmy, Dave y Sean. Un día, cuando apenas han superado la niñez, Dave es raptado por unos desconocidos. Después de eso nada volverá a ser lo mismo, ni para él, ni para sus amigos. 25 años más tarde vuelven a encontrarse en unas circunstancias dramáticas que les afectan a los tres. Esta historia de violación de la inocencia, de amistad rota y de venganza innecesaria, está brillantemente servida por tres actores impresionantes. Sean Penn llena de ira y furor el personaje de Jimmy, condenado a ser el verdugo, aunque no quiera; Tim Robbins transmite toda su indefensión y dolor a Dave, víctima predestinada a la inmolación; Kevin Bacon consigue el equilibrio y frialdad que Sean necesita para ejercer de juez entre sus dos amigos. Clint Eastwood ha transformado el best seller de Dennis Lehane en una película casi perfecta en la que la sórdida historia que nos cuenta y la sólida factura con la que la pone en imágenes alcanzan una sintonía muy pocas veces igualada. Para amantes del mejor Clint Eastwood.Lo mejor: la química entre Sean Penn y Tim Robbins. Lo peor: que el Jurado del Festival de Cannes la dejara fuera del palmarés.