Bruto con encanto
Til Schweiger es un cineasta trabajador, tremendamente popular en Alemania, que no sólo ha destacado como actor, sino que impulsa sus propios proyectos donde compatibiliza esa faceta con la director. Su aspecto bruto y divertido, muy atractivo, encandila al público.
Tilman Valentin Schweiger nació en Friburgo de Brisgovia, Alemania, el 19 de diciembre de 1963. Til, como le llamaban los amigos y su familia, se formó como actor en la Escuela de Interpretación de Teatro Der Keller de Colonia entre 1986 y 1989. Con dos hermanos, antes había intentado estudiar medicina, pero renunció para decantarse por su faceta actoral. A la hora de interpretar, empezó en los escenarios de teatro de Colonia y Bonn.
Guaperas de buen ver, debutó en cine a lo grande, o por lo menos se le adjudicó un papel protagonista en la comedieta Manta, Manta (1991), cuyo título alude a un automóvil alemán, el Opel Manta. Título intrascendente, le permitó hacer dos años después de boxeador en Ebbies Bluff, film que le supuso un premio juvenil en el Festival Max Ophüls. Pero sería sin duda El hombre deseado (Sönke Wortmann, 1994), la película de enredo que le daría la popularidad, donde daba vida a un tipo que, echado de casa por su novia por infiel, se va a vivir con un homosexual que se siente atraído por él.
En 1995 encontró el amor y se casó con la modelo estadounidense Dana Carlson. Con ella ha tenido cuatro hijos. Aunque acabaron separándose en 2005, nunca se han divorciado.
Schweiger hizo sus pinitos televisivos en series como Die Kommisarin, pero estaba claro que lo que le interesaba era el cine, y en 1996 creó la productora Mr. Brown Entertainment con dos socios, Thomas Zickler y André Hennicke. El primer film de la compañía tenía su interés y fue muy popular. Me refiero a Knockin'on Heaven's Door (Thomas Jann, 1997), donde Schweiger coescribió el guión e interpretaba a uno de los dos enfermos terminales protagonistas, que querían vivir con intensidad sus últimos días; por supuesto, el título aludía a la fantástica canción de Bob Dylan. Más tarde, en 2005, su productora sería Barefoot Films.
1998 fue el año en que probó fortuna en Hollywood, rodando en inglés. De modo que hizo Asesinos de reemplazo, acción pura y dura a las órdenes de Antoine Fuqua, y El beso de Judas, thriller de Sebastián Gutiérrez donde le acompañaban Emma Thompson y Alan Rickman. Por si fuera poco, eligió también 1998 para debutar como director, ayudado por Granz Henman, en el film de acción trepidante y gangsteril Der Eisbär, que también protagonizaba. Qué papel jugó tras la cámara y si quedó satisfecho no está nada claro, pero la realidad es que no volvió a dirigir hasta 2005, con Barfuss, film donde también actuaba, era un mujeriego –su personaje tipo, podríaos decir– que se enamora al fin de una mujer, una desequilibrada mental; el film le valió un premio Bambi, y tuvo buena acogida, de modo que tomó carrerilla su faceta de actor director con Un conejo sin orejas (2007) y Kokowääh (2011), donde volvía a su rol de mujeriego que acaba sentando la cabeza; curiosamente en ambas hay niños en la trama, la primera se ambiente en el mundo de la prensa amarilla, la otra nos muestra al personaje de Schweiger descubriendo que su prosmicuidad le ha dado una hija cuya existencia desconocía.
El caso de Schweiger es curioso, pues impulsa sus propios proyectos, rodados en alemán, y consigue pequeños papeles en filmes hollywoodienses. Entre éstos se pueden señalar Driven (Renny Harlin, 2001), Fórmula 1 con Sylvester Stallone, Tomb Raider. La cuna de la vida (Jan De Bont, 2003), villano enfrentado a la heroína de videojuego encarnada por Angelina Jolie, El rey Arturo (2004), donde repetía con Antoine Fuqua, U-Boat (Tony Giglio, 2004), una de submarinos en la Segunda Guerra Mundial, e inlcuso el engendro con Rob Schneider Deuce Bigelow: Gigoló europeo (Mike Bigelow, 2005). Aunque su rol sea menor, su mejor trabajo para la meca del cine ha sido con Quentin Tarantino, a cuyas órdenes estuvo en Malditos bastardos (2009).
Hay que reconocer que a Schweiger se le dan bien los papeles de tipo duro, pero no es un hombre de grandísimos recursos interpretativos. Lo que sí es cierto es que ha trabajado a fondo para labrarse su carrera, de modo que puede combinar papeles en filmes ajenos con el desarrollo de películas producidas desde su compañía, tal vez no obras maestras, pero muy comerciales en Alemania. De las primeras llegarán pronto This Means War, junto a Reese Witherspoon, The Courier, donde le acompaña Mickey Rourke, y una nueva versión de Los tres mosqueteros (2011).