La verdadera historia detrás de la triste boda de Charlène de Mónaco
Hace 12 años, Alberto II y Charlène de Mónaco contrajeron matrimonio en el principado. Todo parecía felicidad, pero la cara de ella y otras situaciones que se dieron alrededor denotaban que la novia no la estaba pasando nada bien. ¿Qué fue lo que pasó?
Charlène de Mónaco se casó con el príncipe soberano Alberto II el 2 de julio de 2011, en el patio del Palacio Grimaldi. Las cámaras del mundo estaban concentradas en ese evento en el principado por lo que pudieron captar cómo la africana tenía un rostro muy triste y se secaba las lagrimas con un pañuelo.
A pesar de que cuando el obispo Bernard Barsi le preguntó a la royal si quería casarse con su pareja, y ella sonrió y dijo que sí, muchos dudaron de la honestidad y de su verdadero sentimiento. Se llevan 20 años de diferencia, y cuando se casaron, hace ya 12 años, ella tenía 33 y el 53.
La verdadera historia de la triste boda de Charlène de Mónaco
Charlène de Mónaco fue bautizada por un sitio web británico como "La princesa prisionera" y esto tiene una explicación. Al parecer, meses antes de la boda, la actual madre de Jaime y Gabriela de Mónaco se enteró de que Alberto II habría tenido un tercer hijo (ya tenía otros dos ilegítimos) con otra persona.
Al saber esto, la exnadadora intentó refugiarse en la embajada de Sudáfrica en Francia, y luego de fallar, volvió a querer volar al país africano aunque fue interceptada y le quitaron su pasaporte. El destino estaba sellado: sí o sí iba a casarse con Alberto.
Obviamente, desde la Dinastía Grimaldi negaron todas estas versiones. La boda duró tres días en el palacio del principado y costó 45 millones de euros. Según contaron varios medios de comunicación, como el diario inglés The Sunday Times, este casamiento estuvo arreglado a cambio de cifras millonarias de dinero. El diario luego fue denunciado por el propio Alberto II.
Ella llegó al patio del Palacio Grimaldi junto a su padre con vestimenta de Giorgio Armani y con un aspecto muy nervioso. Muchos testigos afirmaron que luego del evento ni siquiera quería darle un beso al príncipe soberano. La tensión estaba clara y se notaba que había algo raro. En la luna de miel, en Sudáfrica, se alojaron en distintos hoteles.
Hoy en día, con dos hijos mellizos de por medio y viviendo en el Palacio Principesco de Mónaco, parece imposible un divorcio entre Alberto II y la nacida en el actual territorio de Zimbabue. Sin embargo, siempre quedará la duda acerca de si realmente Charlène de Mónaco quería acceder a ser su esposa o si en realidad fue la prisionera de un arreglo económico.