Frases inolvidables de Jean Cocteau

Frases célebres de Jean Cocteau

Verificado Redactado por Bernardo Peña el 4 julio 2019. Artículo revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos el 18 mayo 2023.
Descubre las frases más inspiradoras de Jean Cocteau, un intelectual vanguardista que dejó huella en la cultura del siglo XX.

Jean Cocteau fue un poeta, dramaturgo, novelista y pintor francés que vivió entre los años 1889 y 1963.

Jean Cocteau fue, sin duda, una de las figuras internacionales del movimiento vanguardista de principios del siglo XX. No obstante, este intelectual jamás se adhirió formalmente a ningún movimiento, sirviendo de inspiración a muchos.

La admiración que despertó Jean Cocteau no solo fue en el mundo de la literatura y el arte, también en el cine y el teatro. En definitiva, fue un autor variopinto, rebelde e inspirador. Alguien que logró despertar la curiosidad y el entusiasmo por las nuevas formas del pensamiento de vanguardia.

Frases célebres de Jean Cocteau

No se debe confundir la verdad con la opinión de la mayoría.

La vida es un sueño del que me despertará la muerte.

Cuando una obra parece adelantada a su tiempo, es sólo que el tiempo está detrás de la obra.

La cordura es la locura vuelta del revés.

El genio en el arte consiste en saber hasta dónde podemos caminar demasiado lejos.

Sé que la poesía es indispensable, pero no sabría decir para qué.

La moda muere joven.

Muy difícil hacer bella la felicidad. Una felicidad que solo es ausencia de desdicha es cosa fea.

Debemos creer en la suerte. ¿De qué otra manera podemos explicar el éxito de aquellos que no nos gustan?

Los espejos, antes de darnos la imagen que reproducen, deberían reflexionar un poco.

Escribir es pelearse con la tinta para hacerse entender.

Que comprenda quien pueda, soy una mentira que dice siempre la verdad.

Lo consiguieron porque no sabían que era imposible.

Mi pesimismo no es sino una variedad del optimismo.

Lo que el público te reprocha, cultívalo. Eso eres tú.

Desde el día de mi nacimiento, mi muerte comenzó su caminata. Está caminando hacia mí, sin apresurarse.

No se puede ser indiferente ante la contaminación interior del hombre.

Plantearse los menos problemas posibles es la única manera de resolverlos.

La vida es una caída horizontal.

La gran tragedia de un poeta consiste en ser admirado por aquello precisamente que todos interpretan mal.

Un académico es un hombre que se convierte en sillón cuando muere.

La única técnica que merece la pena dominar es la que uno mismo inventa.

Más frases célebres de Jean Cocteau…

El futuro no pertenece a nadie. No hay precursores, no existen más que rezagados.

En última instancia, todo tiene arreglo, menos la dificultad de ser, que no lo tiene.

El día de mi nacimiento, mi muerte comenzó su caminata. Camina hacia mí, sin prisa.

Comprenda que algunos de sus enemigos se encuentran entre sus mejores amigos.

Crear es un subterfugio para hacerse visible después de la muerte.

Es necesario ser un hombre vivo y un artista póstumo.

La leyenda es una mentira que al final se hace Historia.

¡Confusa época esta, en la que los museos se convierten en iglesias y las iglesias en museos!

Vivimos en una época de individualismo que ya no se habla de discípulos; se habla de ladrones.

A los artistas se nos exigen demasiados milagros: Yo me conformo con hacer oír a un ciego.

A Picasso, hasta los que le detestan, le soportan, porque nunca usa el talento. Solo usa el genio. Sus obras nunca son pensamientos. Son actos.

Escribir es un acto de amor. Si no lo es, es más que escritura.

Una obra maestra es una batalla ganada a la muerte.

Una obra de arte debe satisfacer a todas las musas. Es lo que yo llamo la prueba del nueve.

Un artista no puede esperar ninguna idea de sus semejantes.

A fuerza de ir al fondo de las cosas, uno acaba quedándose allí.

Los ojos de los muertos se cierran cuidadosamente, con no menos cautela deberíamos abrir los ojos de los vivos.

Formarse no es nada fácil, pero reformarse lo es menos aún.

El verbo amar es difícil de conjugar: su pasado no es perfecto, su presente es sólo indicativo y su futuro siempre es condicional.

Hay verdades que uno sólo puede decir después de haberse ganado el derecho a decirlas.

La poesía es una ética. Por ética me refiero a un código secreto de comportamiento, una disciplina construida y realizada de acuerdo con las capacidades de un hombre que rechaza las falsificaciones del imperativo categórico.

Una película es una fuente petrificada de pensamiento.

Licenciado en Psicología por la Universidad de Jaén (2010). Máster en Análisis Funcional en Contextos Clínicos y de la Salud por la UAL (2011) y Máster en Psicología Jurídica y Forense por el COPAO, Granada (2012). Doctorando en Ciencias Humanas y Sociales por la Universidad Pontificia de Salamanca. Ha publicado 8 artículos científicos y es autor de los siguientes libros: «Psicopatología General», «Neurociencias: etiología del daño cerebral» y «Evaluación Psicológica». Además, es coautor del libro «Modelo ROA: Integración de la Teoría de Relaciones Objetales y la Teoría del Apego».