Más allá del Heavy Metal tradicional. El legado de Judas Priest
Portada álbum Painkiller de Judas Priest. El heavy metal clásico, revolucionario y más auténtico.
Portada álbum Painkiller de Judas Priest.

Más allá del Heavy Metal tradicional. El legado de Judas Priest

Desde los inicios del heavy metalJudas Priest ha sido una fuerza inquebrantable, moldeando y desafiando los límites del género. Con una carrera de más de cinco décadas, la icónica banda británica se eleva como un verdadero titán. Desde sus primeros álbumes, pasando por míticos como Defenders of the faith, hasta sus lanzamientos más recientes, Judas Priest ha demostrado una habilidad única para reinventarse mientras permanece fiel a sus raíces. A través de épocas de cambio en la industria musical, la banda ha mantenido su posición como referente del heavy metal, desafiando las convenciones y trascendiendo las expectativas.

Rob Halford de Judas Priest en el Power Trip festival. Fuente: Planet Rock. Heavy metal. Música en Cultugrafía.
Rob Halford de Judas Priest en el Power Trip festival. Autor: Scott Colothan. Fuente: Planet Rock.

Durante esta tercera y última publicación sobre la banda, me adentraré en algunos de sus momentos más emblemáticos, desde la aclamada era de Painkiller hasta su inclusión en el prestigioso Rock & Roll Hall of Fame en 2022. También examinamos los desafíos que la banda ha enfrentado a lo largo de su trayectoria, desde cambios en la formación hasta obstáculos personales, y cómo han superado cada adversidad con una determinación inquebrantable.

Don’t take no for an answer

En lo que a mí respecta, supongo que se deduce por lo ya comentado que es uno de mis discos preferidos del grupo. Seguramente el mejor que habían hecho hasta ese momento, aunque yo era aún muy pequeño como para enterarme de estas cosas y no lo empecé a escuchar hasta tiempo más tarde, alrededor de 1996.

Lo bueno es que la carrera del grupo es tan amplia y exitosa que tampoco lo considero mi disco favorito de ellos (aunque difícilmente podría salir de un hipotético Top 3), ya que ese honor pertenece a otro álbum la mayoría de los días. Pero esta afirmación necesita ser puesta en contexto.

Painkiller: La Furia Desatada de Judas Priest

Tras Defenders Of The Faith, Judas Priest volverían a dar un giro hacia lo inesperado con la edición en 1986 de Turbo, su disco más polarizador hasta entonces y quizás de toda su carrera, con canciones mucho más accesibles para todo el mundo (más allá del fan medio del heavy metal) que además contaban con el uso de sintetizadores. La muy conocida e inicial Turbo Lover es una buena muestra. Tras este disco y otro en directo (Priest… Live!) el grupo quiso volver a coger por los cuernos el toro de las críticas, editando en 1988 Ram It Down, que si bien era una buena vuelta a su estado de forma previo en términos de agresión, sufría de cierta irregularidad en cuanto a las composiciones, combinando, por ejemplo, temazos como el tema título por un lado, y por otro una bastante atroz versión del Johnny B Goode de Chuck Berry (como curiosidad, decir que este disco y Turbo habían sido ideados para ser un único disco doble llamado Twin Turbos, queriendo reflejar ambas caras de la banda, pero la idea no cuajó).

Portada del álbum Painkiller de Judaspriest. Análisis musical en Cultugrafía, difusión y crítica cultural. Repaso a la historia el heavy metal.
Portada del álbum Painkiller de Judaspriest.

Es en 1990 cuando todo encaja de manera perfecta. Con la marcha de Holland llega su reemplazo, el batería americano Scott Travis (que aún sigue en sus filas), y la edición de la que probablemente sea su obra maestra, Painkiller. Travis se presenta al mundo como batería de Judas Priest con la legendaria intro de batería del inicial tema título, en la que el chico castiga su kit de manera abrumadora. El resto del disco es una demostración de furia como no se había visto antes en el catálogo del grupo, con canciones como Nightcrawler, All Guns Blazing o la final One Shot At Glory.

El Despertar Extremo de Judas Priest en los Noventa

Tengo amigos y conocidos que no sólo consideran este disco como piedra angular del género, cosa que desde luego es, sino que alguno llega hasta el extremo de destacar la propia Painkiller como el heavy metal en estado puro o la canción definitiva del género. Ese tema que mostrarías primero a alguien que no tuviese ni idea del asunto y tuviese interés en ponerse con ello. Y si bien considero que Painkiller no sólo es un temazo legendario, sino también la canción definitiva del grupo, no comparto dicha afirmación.

Judas Priest interpreta Painkiller (Live at Wacken 2015). Musica y análisis musical en cultugrafía, difusión y crítica cultural.
Judas Priest interpreta Painkiller (Live at Wacken 2015).

Y es aquí cuando conviene contextualizar. Painkiller es un disco imprescindible y como ya he dicho, probablemente el mejor del grupo. Pero es un disco notablemente más extremo que lo que Priest habían hecho hasta el momento, comenzando la década de los noventa con la idea de competir con los niveles de técnica y agresividad que los grupos de thrash metal venían mostrando desde algo antes de mitad de los ochenta y sobre todo en la gloriosa segunda mitad de dicha década (haciendo más extremo el sonido de los propios Priest, entre otros, así como estos hicieron lo propio en su día con respecto a otros grupos). Y si bien este disco no es un disco de thrash metal propiamente dicho, sí que se codea sin complejos con dicho género y, no en vano, Judas Priest girarían por esa época con gigantes del mismo como Megadeth o Testament. Es curioso cómo se produce una continua retroalimentación dentro del heavy metal, con grupos jóvenes queriendo imitar y expandir el sonido de sus ídolos más veteranos, y estos a su vez, disfrutando de carreras muy largas gracias también a no dormirse en los laureles y a poner al día su sonido para poder competir con esos grupos más recientes que los idolatran.

La Esencia del Heavy Metal en los Ochenta

Por todo esto, no considero un disco como éste, con un sonido tan moderno y editado en un momento en el que el heavy metal había superado su década seguramente más representativa, como el disco definitivo del heavy metal, o la canción título como el tema que ejemplifica todo lo mejor del género. No se trata de un honor exclusivo de Priest, ya que otras canciones de otros grupos me podrían valer, pero dicho honor se lo llevaría, en mi opinión, algo de la década de los ochenta, con un sonido menos actual y más propio de aquellos años. Y como estamos hablando de Defenders Of The Faith, creo que la mayoría de las canciones de este disco podrían considerarse como ejemplos perfectos de heavy metal tradicional para alguien dispuesto a conocer el género, en lo que a Priest se refiere.

Rising from ruins. La Perseverancia y Renovación de Judas Priest

Poco más que decir. Como todo el mundo sabe, tras el relativo bache que supuso la salida de Halford a principios de los noventa (el cantante americano Tim Owens lo sustituyó durante unos pocos años y él volvería poco después de empezar el nuevo siglo), el grupo sigue adelante (nunca ha dejado de existir, de hecho) y en 2020 estaba prevista una gira de aniversario por los cincuenta años del grupo, tras la estela de su genial álbum de 2018, Firepower, pero este plan fue desbaratado por la pandemia.

Portada del álbum Firepower de Judas Priest.
Portada del álbum Firepower de Judas Priest.

Todo esto se ha retomado ya y el grupo sigue a lo suyo, aunque con caras nuevas, y es que tras la salida de Downing, allá por 2010 (ahora con su nueva banda, KK’s Priest, y con mal rollo con el grupo tras su partida), éste fue sustituido por el guitarrista inglés Richie Faulkner (que tuvo un susto serio por temas de salud durante un concierto en verano de 2021), y además en 2018, tras la grabación del ya mencionado Firepower, se supo que Tipton no podría continuar con la actividad del grupo en directo al estar afectado por la enfermedad de Parkinson. El veterano guitarrista sigue siendo miembro del grupo (involucrado también en labores compositivas y de grabación) y ha aparecido de manera esporádica en algunos shows (y creo que lo seguirá haciendo) para participar en alguna canción menos exigente musicalmente hablando, pero mayormente ha sido sustituido por el famoso productor y antiguo fundador y guitarrista de los thrashers ingleses Sabbat, Andy Sneap (cuya marcha también se anunció a principios de 2022, con la idea de que el grupo continuase como cuarteto, aunque hubo que echar marcha atrás y admitir de nuevo al guitarrista, tras el enorme cabreo de los fans, que no admitían nada que no fuese el habitual quinteto).

Dave Holland falleció en 2018, debido a un cáncer, envuelto en un feo asunto de abuso de menores cuyos detalles no vienen al caso, aunque él siempre se declaró inocente.

Still pounding the world (like a battering ram)

Judas Priest afrontan también la preparación de un nuevo disco (empezaron a escribir incluso antes de la pandemia, además de tener ideas que no llevaron a cabo en Firepower), y haríamos bien en disfrutarlos mientras duren ya que podría ser el último. Porque el tiempo no pasa en balde, y por mucho que haya caras más jóvenes, entre comillas, entre sus miembros, Halford y Hill son personas que pasan de los setenta años y algún día dirán basta. Y si ya es duro no tener a ninguno de los dos legendarios guitarristas de manera permanente con ellos, la ausencia de uno de los dos miembros restantes (sobre todo la del cantante, obviamente), haría casi inviable la continuidad de esta gente bajo el legendario nombre de Judas Priest.

Tan legendario que el cinco de Noviembre de 2022, el grupo fue incluido en el famoso Rock & Roll Hall Of Fame, nada menos, junto a Downing, Binks y Holland.

Otros artículos de tu interés: