“Hay sede vacante desde que murió Pío XI”. Con esta soltura se expresó esta tarde sor Isabel de la Trinidad, la abadesa del convento de clarisas de Belorado que el pasado lunes anunció que abandonaban la Iglesia católica. En una entrevista realizada en directo y en exclusiva por Ana Rosa Quintana en el programa ‘Tardear’, de Telecinco, la monja expresó que “no creemos que Francisco sea Papa, hemos caído de una ensoñación, todo es un invento, no queda ni un rastro de lo que fue su fundación por Nuestro Señor Jesucristo”.
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Ante quince religiosas de la comunidad, y desde el locutorio del monasterio, sor Isabel llegó a afirmar que “estamos profundamente defraudadas de esta usurpación, que él siga diciendo que es el Papa y los demás que no son los obispos”. “Anatema es que se llame del Papa sin serlo”, apostilló. En su intervención televisiva, no solo no se muestran del paso cismático dado, sino que sor Isabel expuso que “tenemos una plena convicción de que la gente tiene que despertar”.
La verdad de Dios
Para la superiora, “nosotras evolucionamos, no somos personas retrógradas que estemos queriendo revivir situaciones de la Edad Media, nuestra vida es compatible con nuestras familias y nuestros amigos, pero la verdad de Dios tiene que estar donde está y es como una tubería que se cierra”.
En esta misma línea, aseguró que “las parroquias parecen más de anglicanos que de católicos”, lo que considera un escándalo, en tanto que “casi no queda ni rastro de la Iglesia Católica, ahora el centro no está en Dios sino en el hombre”.
El desconocido benefactor
Durante la entrevista realizada por Ana Rosa Quintana, la abadesa orilló las cuestiones más espinosas vinculadas a la compraventa de algunos inmuebles. “Es un tema privado, nos iba a dar el dinero, pero la Santa Sede no nos ha dejado”, dejó caer sobre el desconocido benefactor que estaría detrás de la compra de un convento.
Sobre su relación con Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado desde 2019, que se considera obispo y fundador de la Pía Unión de San Pablo Apóstol, la monja desveló que entraron en contacto con esta plataforma en marzo de 2003. A partir de ahí, la abadesa inició cierto “entendimiento” y “conexión” con la entidad. Y aunque ante Quintana negaron pertenece como tal a la Pía Unión, sí admitieron que “como católicas necesitamos un obispo y es el que hemos acogido y él nos ha acogido a nosotras”.
