Mack, Ashley, Brannagan, Adam y Little son "artistas de la conquista", se mueven y trabajan en grupos. Siguen, de muchas maneras, la palabra de su terriblemente ridícula biblia de la conquista llamada The Game, que trata sobre el engaño y la vergüenza para atraer al sexo opuesto como una mosca a la mierda en una especie de realidad alternativa retorcida. Suelen hablar "espontáneamente" sobre sus próximos viajes tan caros o sobre su trabajo de alto perfil imaginario, asegurándose así el poder tener un rollo de una noche sin demasiado esfuerzo. Pero cuando la protagonista Mack (interpretada por la estrella de Jane the Virgin, Gina Rodriguez) conoce a su compañero de trabajo Nick (Tom Ellis de Lucifer), surge una chispa entre ellos.
Ahora Mack debe intentar convencer al resto de su grupo de amantes de la diversión y el sexo y que entiendan que ya no quiere ligar con tíos buenos en el bar del barrio, sino que ahora busca una relación. Para conseguirlo, necesita la ayuda de todos, curiosamente. Todos tienen que manipular, organizarse, mentir, persuadir, preparar y sentar las bases para que su amor funcione. "El amor es un deporte de equipo", según Mack, y en eso se basa esta película sobre el amor. Por supuesto, Mack encuentra el amor en otro lugar de su camino, se aplica la misma moraleja que en otras 120.000 comedias románticas. Tenías el amor verdadero y duradero esperándote justo delante de tus narices mientras tú estabas buscándolo desesperadamente en otra parte. Resulta cursi, típica y tremendamente predecible.
Players es una película que, en todos los sentidos concebibles, sigue un modelo extremadamente repetitivo de cómo se debe hacer una comedia romántica estadounidense. La directora Trish Sie (Dando la nota 3) intentó darle un poco más de color al viejo patrón tan reciclado con media hora de desenfreno alocado donde los "Players" se regodean en su propia soltura y, aunque esto funciona en películas como Trainwreck (Y de repente tú) o Archie, aquí más bien da vergüenza y no tiene gracia. Gina Rodriguez lucha para conseguir mejorar un guión terriblemente aburrido mientras que Damon Wayans Jr. hace todo lo posible para hacer que tenga más encanto y serenidad, pero nada funciona en una película que no es más que un enorme fracaso lacado en rojo. Échale un ojo a Trainwreck y evita ver Players, es más divertida, encantadora, con una actuación mucho mejor y un guión absolutamente fantástico.