Ella, una joven china (2009), de Xiaolu Guo

Xiaolu Guo ha obtenido cierta repercusión a nivel internacional como novelista, con títulos como “Breve diccionario chino-inglés para enamorados”, con elementos autobiográficos. También los incluye en sus películas, como este drama filmado en un estilo cercano al documental, como suele ser habitual en su filmografía. Con Ella, una chica china, la realizadora china afincada en Londres ganó el Leopardo de Oro a la mejor película en el Festival de cine de Locarno.

Estructurada como si fuera un libro de cuentos, en torno al mismo personaje, narra la dramática vida de Li Mei, una muchacha china que vive en un pequeño pueblo en la más absoluta pobreza. Tras sufrir una cruel violación a manos del tipo al que le han prometido a la fuerza, y una serie de peripecias de lo más negativo, decide emigrar para probar fortuna en Londres. Allí acaba casándose con un anciano, pero lleva una vida monótona a su lado, y acaba sintiéndose atraída por Rachid, un emigrante indio que regenta un pequeño restaurante.

Impecablemente filmada, con meritorias interpretaciones, su retrato de la China rural tiene su interés, así como su tratamiento del choque cultural entre la protagonista y su nuevo entorno. La directora sabe describir muy bien al personaje central, y traza con tiralíneas su evolución desde un momento inicial en el que apenas ha salido de su pueblo, hasta que debe enfrentarse al desconocido mundo occidental.

Frente al estilo elegante de Zhang Yimou, el más célebre realizador chino, Guo opta por la crudeza y el sexo explícito, sin que por ello consiga ser tan contundente como algunas obras del responsable de La linterna roja.