Jorge Valdano en entrevista: cómo ser un líder en la empresa y en la cancha
Foto: Rafael Montiel
Foto: Rafael Montiel

Por: Gonzalo Soto

Jorge Valdano asegura que el fútbol le entró a través de la palabra. En su pueblo natal de Las Parejas, en Argentina, no tenía posibilidad de ver los partidos profesionales en televisión, así que los escuchaba en la radio y, sobre todo, leía la revista El Gráfico, una institución del periodismo deportivo de habla hispana. Con el tiempo, no sólo dominó la cancha, sino también la palabra.

El excampeón del mundo en México 1986 es casi como todos lo imaginan: profundo y lleno de anécdotas que apuntalan cada uno de sus diálogos. Desde luego, los personajes de los que habla atrapan: Maradona, Messi, Cristiano, Kempes. Pero con él se habla de todo, desde fútbol hasta economía, y en el camino a todo le encuentra un buen ejemplo y una referencia para hacer valer su opinión con firmeza.

Desde hace dos décadas, la audiencia mexicana lo ha conocido como un comentarista frecuente en partidos de fútbol con TV Azteca y como autor. Ahora, Valdano concedió una entrevista a Expansión para hablar de las lecciones de liderazgo que desde la cancha se traducen en ejemplos para tener éxito sin perder el humanismo, ese que a él tanto lo caracteriza.


E: ¿La inteligencia artificial determinará el perfil de los líderes?

JV: Estamos en una época en la que la innovación tiene un valor de cambio tremendo. Aquellos que son creativos, aquellos que son capaces de indagar en mundos que están por descubrirse, llevan una gran ventaja en estos momentos.

Foto: Juha Tamminen / Reuters
Foto: Juha Tamminen / Reuters




E: El talento, sobre todo, el más joven, hoy es más móvil y busca gratificación casi inmediata, ¿cómo canalizar esas ganas e inquietudes?

JV: Uno de los elementos más importantes para mantener la motivación es que el trabajador sienta que es importante. Si la persona siente que lo que hace es relevante para el sitio en el que trabaja, eso tiene una eficacia motivacional muy, muy grande. Al final, volvemos siempre al humanismo. Hablando de nuevas generaciones, están sometidos a una prueba desconocida hasta este momento, siempre hemos evolucionado en la idea de que nuestra vida sería mejor que la de nuestros padres, ahora estamos llegando a la primera generación en donde los hijos van a vivir peor que sus padres y eso no es fácil de asimilar, es una promesa incumplida.

Foto: Getty Images
Foto: Getty Images
Foto: Getty Images


E: ¿Los líderes evolucionan?

JV: Los líderes evolucionan, efectivamente. Yo no conozco a ningún líder de 20 años en el futbol. Antes de los 27, por ejemplo, es muy difícil que uno diga algo en el vestidor y los demás te escuchen, al revés, te quitan la palabra.


E: ¿Eso es bueno?

JV: La experiencia juega un papel. La gente va aprendiendo en el camino y el liderazgo también, es una cuestión de aprendizaje. Claro que hay líderes napoleónicos que nacen con todo puesto, pero esas son excepciones históricas.


E: ¿El buen uso de la palabra es indispensable para el líder?

JV: No sabes la gana que tengo de contestar que sí, pero no obligatoriamente. Yo he tenido entrenadores que tienen en la palabra un instrumento de seducción que te termina dando ganas de jugar al fútbol, [César Luis] Menotti, por ejemplo. Pero fui campeón del mundo con Bilardo, que sabe todas las palabras que forman parte de una frase, pero no las pone ni siquiera en orden. Pero a base de repetirte, a base de insistir, al final te termina convenciendo.


E: ¿Pero cómo medir o determinar estos límites?

JV: Aquel que tiene más talento tiene más libertad y hay tanto pecado en darle libertad al mediocre como en quitársela al genio. Todo eso lo tiene que tener muy presente el líder, por eso suelo repetir que debe ser un especialista en cada ser humano que tiene bajo su responsabilidad.


E: Con la experiencia de lidiar con grandes talentos en la selección argentina y el Real Madrid, ¿cómo lidias con las personalidades de un equipo? ¿Cómo no ‘romper un vestidor’?

JV: En el Real Madrid, el líder es la cultura del club y en eso Florentino Pérez (su presidente) está resultando muy respetuoso con los valores históricos. En cuanto al ego del que se habla tanto dentro de un vestuario, la gente olvida que los grandísimos jugadores lo son, entre otras cosas, porque son inteligentes y a la gente inteligente es muy fácil convencerla desde el sentido común, pues entienden en qué consiste el error que están cometiendo, pero con una condición: que uno no le diga las cosas en público, hay que decírselo siempre en privado, porque no admiten ser humillados, pero las cosas se asimilan.


E: Acerca de la asimilación, las empresas siguen encontrando la manera adecuada de trabajar en los modelos presenciales y a distancia, ¿qué virtud vez en el trabajo a distancia?

JV: La virtud que tiene es que ayuda a equilibrar la vida personal con la vida profesional. El defecto que tiene es que nos aleja, despersonaliza un poco a la empresa y eso es fatal para la comunicación. La tecnología es un vehículo extraordinario para comunicarnos con gente remota, pero sigue siendo insustituible el mano a mano, donde yo hablo y escucho y en donde las miradas también hablan. Yo creo que encontraremos el equilibrio.


E: ¿Es difícil identificar el talento hoy con tantos filtros que tenemos y con tanta información que nos llega de las personas?

JV: El talento es desequilibrante, esa es la mejor manera de identificarlo y es extraordinariamente atractivo. Uno cuando descubre a un talentoso está deseando que le llegue la pelota para que nos deslumbre y eso ocurre también en cualquier empresa. Aquel que tiene un talento natural muy pronto se empieza a convertir en el centro neurálgico porque tiene más y mejores cosas que decir.

Foto: Getty Images
Foto: Getty Images


E: ¿Talento o disciplina? ¿Qué prefieres en un equipo?

JV: Si se lo preguntas a cualquier entrenador de estos momentos, te diría “disciplina” porque el futbol es cada vez más metodológico, pero si quiero un futbol pleno, yo elijo el talento. Me ponen muy nervioso los entrenadores que dicen “mi equipo ha jugado como yo les pedí en la pizarra en la charla antes del partido”.


E: ¿En un negocio es lo mismo?

JV: Sí. La disciplina tiene prestigio y está bien, porque ayuda a que las cosas mantengan un equilibrio, pero al talento no hay que subestimarlo nunca. Como dicen los italianos, “el talento no es agua”.


E: Hablando de talento, este último mundial fue duro para México, con su peor resultado desde 1978, ¿qué sensación te dejó lo que viste en la cancha?

JV: Me dio mucha pena que prometiera aquello que finalmente ocurrió. [México] había generado muy poca expectativa y efectivamente cumplió con las pocas expectativas. Creo que tuvo mucha mala suerte en algo vital en un mundial: la plenitud de los buenos jugadores, México no tuvo ninguno de sus buenos delanteros en plenitud para generar desequilibrio.

Foto: Rafael Montiel

Créditos

TEXTO Gonzalo Soto / ANIMACIONES Nayeli Araujo / DISEÑO Y PROGRAMACIÓN WEB Nayeli Araujo / COORDINADORA DE FOTOGRAFÍA Betina Garcia / FOTOS Rafael Montiel / Juha Tamminen, Reuters / Getty Images / Shutterstock